Nombrar alimentos del campo castellanoleonés no es complicado, pero hacerlo exhaustivamente ya reviste una mayor dificultad. No en vano, la comunidad aporta numerosos productos a los centros de distribución y a la buena mesa. La d espensa regional es tan importante que la actividad agroalimentaria se vuelve estratégica, tanto por su peso en el conjunto del sector industrial de la región como por su contribución a la cohesión territorial . Al fin y al cabo, es clave para fijar población en el medio rural. Las actividades agroalimentarias aportan, en conjunto, el 9% del Valor Añadido Bruto (VAB) regional y algo más del 10% del empleo, al tiempo que suponen más del 15% del valor exportado por la comunidad. En el contexto nacional, Castilla y León representa más del 10% del valor de la producción agraria y aporta casi el 9% del VAB y el 8% del empleo del campo español. Aunque Castilla y León es un consolidado gigante alimentario, sus ventas han sufrido los efectos de la pandemia, contrayéndose un 1,7% en 2020, hasta el entorno de los 11.100 millones de euros. Pero, por suerte, la caída no fue mayor al ser una actividad esencial que se pudo mantener mejor que otros sectores en los que el parón fue más fuerte. Más allá de estas sombras, abundan las luces. El empleo disminuyó en 2020 un 2% en el conjunto del sector industrial de la región, pero en la rama agroalimentaria creció nada menos que un 3,5%. Los cinco subsectores agroalimentarios más destacados son el cárnico, el de productos de la alimentación animal, el lácteo, la panadería y pastas alimenticias, y la fabricación de bebidas. Estas especialidades suponen casi el 90% de las firmas agroalimentarias de la región, prácticamente el 80% de la cifra de negocio y cerca del 80% de los empleos del conjunto de la industria agroalimentaria castellanoleonesa. Por descontado, entre las bebidas merece un capítulo especial el vino , con más de 600 bodegas y nueve denominaciones de origen (Ribera del Duero, Cigales, Rueda, Toro, Bierzo, Arlanza, Arribes, Tierras de León y Tierra del Vino de Zamora), a las que se suman tres denominaciones de vinos de calidad (Sierra de Salamanca, Valtiendas y Valles de Benavente). Tan abrumadora oferta va, sin duda, ligada a una pujante actividad enoturística , con exponentes como la vallisoletana Milla de Oro del Vino , que discurre entre los municipios de Tudela de Duero y Peñafiel, con el río Duero como eje vertebrador. Asimismo, y pese a no situarse entre los más importantes en términos de facturación, el subsector del azúcar es importante para Castilla y León . "Con ventas de 326 millones, que equivalen al 70,2% del negocio azucarero nacional , la región ocupa la primera posición", explican desde el Ejecutivo autonómico. La puesta en marcha en 2021 de la Plataforma de Dinamización de la Investigación e Innovación Agraria y Alimentaria por parte del Gobierno castellanoleonés pretende fortalecer y modernizar aún más la agroindustria regional , dando un impulso a su competitividad a través de la I+D. La iniciativa se organiza en torno a siete áreas y 23 líneas de trabajo . "Queremos ampliar la colaboración y aprovechar el talento y la capacidad investigadora, buscando sinergias y una investigación útil, que se concrete lo antes posible ", tal como destacan desde el área de Agricultura. Con este modelo de investigación, la plataforma está trabajando ya en más de 140 actividades de I+D, que involucran a más de 100 socios , entidades de investigación y empresas nacionales e internacionales, además de un elevado número de actuaciones de transferencia de tecnología. Actualmente se trabaja en tres ejes fundamentales: una agricultura y ganadería eficientes, competitivas y sostenibles ; la bioeconomía circular agraria; y la necesidad de vincular la I+D a mercados y consumidores. Todos los esfuerzos tienen un objetivo, pues la industria de la biotecnología vegetal tiene grandes oportunidades si aprovecha avances como los relativos a la edición genómica . "Así se pueden mejorar las características de los cultivos (productividad, resistencia al clima o plagas, calidad y sabor) y sus cualidades nutritivas (enriquecimiento de vitaminas, alimentos nutracéuticos...), mientras se reducen sus necesidades (agua, fertilizantes, fitosanitarios o tierra) y los contaminantes", contextualizan los expertos de la plataforma especializada público-privada Biovegen.