La crisis climática agrava la transmisión de muchas enfermedades infecciosas

26/10/2022
En: lavanguardia.com
Digital
La salud humana está a merced de los los impactos ambientales y climáticos que ocasionan los combustibles fósiles. El calentamiento del planeta, agravado por la persistente dependencia de esta energía sucia (carbón, petróleo y gas), está teniendo múltiples repercusiones sanitarias y ejerce una presión adicional sobre los sistemas de salud mundiales. El resultado es una mayor incidencia de las afecciones relacionadas con las altas temperaturas, mayor riesgo de enfermedades infecciosas y creciente incidencia de la inseguridad alimentaria. Así lo indica el nuevo informe Countdown on Health and Climate Change (Cuenta atrás para la salud y el cambio climático), elaborado por la revista científica Lancet. "La crisis climática nos está matando. Está acabando no solo con la salud de nuestro planeta", resume Antonio Guterres, secretario general de la ONU, al valorar el informe. El documento recalca que la pobreza energética y las muertes por exposición a la contaminación atmosférica son otros efectos derivados de lo que se cataloga como "estrategia erróneo" de los gobiernos, que "amenaza cada vez más la salud de todas las personas que hoy habitan la tierra y de las generaciones futuras". El cambio climático está afectando la distribución y transmisión de muchas enfermedades infecciosas, destaca el informe, obra de 99 expertos de 51 instituciones, incluidas la Organización Mundial de la Salud (OMS), y dirigido por el University College de Londres. Con el aumento del movimiento de personas y bienes, la urbanización y el cambio climático, los virus transmitidos por mosquitos, moscas, arácnidos y demás se ha propagado rápidamente en las últimas dos décadas, y el resultado es que ahora la mitad la población mundial vive en países donde el dengue está presente. Enfermedades La probabilidad de transmisión del dengue aumentó un 12% De promedio, durante el periodo 2012-21, la probabilidad de transmisión del dengue aumentó un 12% (a causa del mosquito Aedes aegypti o del mosquito tigre, el Aedes albopictus ) en comparación con los datos del período 1951-60 a nivel mundial. Igualmente, en este período la transmisión del chikungunya aumentó un 12% a causa del mosquito tigre y del 12,4% en el caso del zika por mosquito del denge (A. aegypti). lMario Chaparro LV También se ha comprobado que el número de meses propicios para la transmisión de la malaria aumentó un 31,3% en las zonas altas de las Américas (más de 1.500 m sobre el nivel del mar) y de 13,8% en África en comparación con los período 1951-60 y 2012-21. Las aguas costeras, debido a los cambios en las concentraciones de sal y de temperaturas, se están volviendo más aptas para la transmisión de patógenos. Entre 2014-21 y 1982-89, la zona de costa apta para patógenos Vibrio aumentó de 47,5% a 86,3% en el Báltico; del 30% al 57,1% en el noroeste de EE.UU.; y del 1,2% al 5,7% en el noroeste del Pacífico Noroeste. Datos en Europa Las condiciones ambientales cambiantes también están modificando la idoneidad para la transmisión de enfermedades infecciosas en Europa. La idoneidad climática para la transmisión del dengue aumentó un 30% en la última década con respecto a los años 50, y el riesgo ambiental de brotes del virus del Nilo Occidental aumentó un 149% en el sur de Europa y un 163% en Europa central y oriental en el periodo 1986-2020 con respecto a 1951-1985. Las temperaturas más cálidas también están cambiando las temporadas de floración de varias especies de árboles alergénicos, ya que las temporadas del abedul, el olivo y el aliso comienzan entre 10 y 20 días antes que hace 41 años, lo que afecta a la salud de alrededor del 40% de la población en Europa que sufre de alergias al polen. Son datos de The Lancet Countdown en Europa, liderado por el Barcelona Supercomputing Center y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). "Nuestro informe de este año revela que nos encontramos en un momento crítico. Vemos cómo el cambio climático está impactando gravemente en la salud en todo el mundo, mientras que la persistente dependencia global de los combustibles fósiles agrava estos daños para la salud en medio de múltiples crisis mundiales", afirma Marina Romanello, directora ejecutiva de Countdown de Lancet en el University College London. Enfermedades subyacentes cardiovasculares y respiratorias Las muertes relacionadas con el calor aumentaron un 68 % La suma de servicios relacionados con la pandemia y el aumento de las enfermedades infecciosas debido al cambio climático ha provocado errores de diagnóstico, presión sobre los sistemas sanitarios y dificultades para gestionar los brotes simultáneos de enfermedades. Mientras tanto la exposición al calor extremo exacerba enfermedades subyacentes como las cardiovasculares y las respiratorias, y provoca golpes de calor, alteraciones de sueño, problemas de salud mental y aumento de las muertes relacionadas con accidentes laborales. Y, en este sentido, se indica que las poblaciones vulnerables son las más expuestas al calor extremo. Entre 2012 y 2021, los niños menores de un año estuvieron sometidos 4,4 días más a condiciones de olas de calor y los adultos mayores de 65 años 3,2 días más en comparación con el período de 1986 a 2005. lv El estudio destaca que las muertes relacionadas con el calor aumentaron un 68 % entre 2017 y 2021, en comparación con el período de 2000 a 2004, mientras que la exposición humana a días de peligro de incendio muy alto o extremadamente alto aumentó en el 61 % de los países desde 2001-04 a 2018-21. Pérdida de ingresos equivalentes hasta el 5,6% del PIB La exposición al calor provocó la pérdida de 470.000 millones de potenciales horas de trabajo en todo el mundo en 2021, y ocasionó pérdidas de ingresos muy sustanciales, que alcanzaron el 5,6% del producto bruto interno (PBI) en el caso de los los países de ingresos bajos y medios, lo que agravó el impacto de la carestía de la vida). El documento resalta que, pese a los efectos "sumamente perjudiciales para la salud", los gobiernos y las empresas siguen dando prioridad a los combustibles fósiles frente a las soluciones energéticas limpias. Y la gran mayoría de los países siguen dando a este sector (petróleo, carbón y gas) subvenciones que a menudo supone cantidades similares, o incluso superiores, a las destinadas a los presupuestos sanitarios. Inseguridad alimentaria Las cosechas acortan la temporada Sabido es que el cambio climático aumenta la probabilidad y la gravedad de fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, fuertes precipitaciones, incendios forestales, tormentas y sequías. Y en este sentido, los datos indican que, a corto plazo, el cambio climático está afectando a los pilares de la seguridad alimentaria. El aumento de las temperaturas y el clima extremo amenazan pone en peligro las cosechas; de hecho, en 2020 se ha acortado la temporada de crecimiento de los cultivos en 9,3 días para el maíz, en 1,7 días para el arroz y en 6 días para el trigo de invierno y primavera con relación al período 1981-2010. Como consecuencia de ello, ha aumentado el número de personas que consideran que han pasado de sufrir una situación de inseguridad moderada a inseguridad grave; esta cifra creció en 98 millones en 103 países según los datos de 2020 (en comparación con lo que ocurría anualmente entre 1981 y 2010). En promedio, un 29 % más de la superficie terrestre mundial se vio afectada por una sequía extrema anualmente entre 2012 y 2021, en comparación con el período de 1951-1960, lo que provoca inseguridad hídrica y alimentaria. Campos de trigo Narcís Serrat Malnutrición Más presión sobre la disponibilidad y el acceso a alimentos "El cambio climático ya está teniendo un impacto negativo en la seguridad alimentaria, con implicaciones preocupantes para la malnutrición y la desnutrición. Un mayor aumento de la temperatura, de la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos y de las concentraciones de dióxido de carbono, ejercerá aún más presión sobre la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos, especialmente para los sectores más vulnerables", afirma la profesora Elizabeth Robinson, jefa del Grupo de Trabajo de Countdown de Lancet y directora del Instituto de Investigación Grantham de London School of Economics. Esta experta añade que "esto es especialmente preocupante, ya que las cadenas de suministro de alimentos a nivel mundial este año han demostrado, una vez más, que son muy vulnerables a las crisis", como se manifiesta en un rápido aumento de los precios de los alimentos y en un incremento proporcional de la inseguridad alimentaria, El clima cada vez más extremo empeora la estabilidad de los sistemas alimentarios mundiales, e interactúa con otras crisis concurrentes, lo que socava los progreso hacia la erradicación del hambre. La prevalencia de la subnutrición aumentó durante la pandemia: hasta 161 millones de personas más se enfrentaron al hambre durante la pandemia en 2020 que en 2019. Esta situación se ve ahora agravada por la invasión rusa de Ucrania y la crisis energética y del coste de la vida, con impactos en la producción agrícola internacional y en las cadenas de suministro que amenazan con provocar que 13 millones de personas más se enfrenten a la desnutrición en 2022. Subvenciones dañinas La mayoría de países dan subvenciones dañinas En este sentido, los sistemas de salud "son la primera línea de defensa para tratar los efectos en la salud física y mental de los fenómenos meteorológicos extremos" y de un clima cambiante, añade Kristie Ebi, jefa del grupo de trabajo de Countdown de Lancet sobre adaptación, planificación y resiliencia para la salud, y profesora del Centro de Salud y Ambiente Mundial de la Universidad de Washington. Sin embargo, la realidad es que los gobiernos siguen fomentando la producción y el consumo de combustibles fósiles, ya que 69 de los 86 gobiernos analizados en este informe subvencionan efectivamente los combustibles fósiles, por un total neto de 400.000 millones de dólares en 2019 (si se tiene en cuenta la contribución tanto de los instrumentos de fijación de precios del carbono como de las subvenciones a los combustibles fósiles). Estas subvenciones superaron el 10 % del gasto sanitario nacional en 31 de los países, y superaron el 100 % en cinco países Beneficios récords Las empresas agotan su "cuota" de emisiones Por otra parte, actuando al margen de sus promesas y de los compromisos climáticos, las estrategias actuales de 15 de las mayores empresas de petróleo y gas lleva a que su producción de gases de efecto invernadero superará en un 37 % su cuota de emisiones compatible con el 1,5 °C de calentamiento en 2030, y en un 103 % en 2040. Muchas de ellas registran beneficios récord este año. Pero "retrasar aún más sus inversiones para una transición energética sin emisiones de carbono amenaza con alejar permanentemente al mundo del cumplimiento de los compromisos establecidos en el Acuerdo de París",dice el informe. Una bomba petrolífera en funcionamiento al amanecer cerca de la población tejana de Midland, Estados Unidos EFE/Larry W. Smith Contaminación del aire Hogares dependientes del uso de combustibles sucios Las demoras en el uso de las energías limpias y el acceso desigual a ellas han permitido que los hogares sean dependientes del uso de combustibles sucios, y que estén expuestos a la pobreza energética y a niveles peligrosos de contaminación del aire en el interior. La biomasa (como la madera o el estiércol) aportó el 31% de la energía consumida en el sector doméstico a nivel mundial en 2020, y llegó al 96 % en los países de ingresos bajos y medios. Las concentraciones domésticas de contaminación atmosférica por material particulado (PM2,5 ) superaron 30 veces la recomendación de la OMS en 2020 en los 62 países evaluados, lo que expuso a las familias a niveles peligrosos de contaminación atmosférica. La apuesta por el carbón Los recursos destinados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación atmosférica son insuficientes. Además ahora, las respuestas acotadas a la crisis energética y a la crisis del costo de vida amenazan con agravar el cambio climático, ya que muchos gobiernos y empresas están volviendo a apostar por el carbón, amenazando aún más la salud y la supervivencia de las personas. "Las estrategias actuales de muchos gobiernos y empresas encerrarán al mundo en un futuro mortalmente caliente, y nos atarán al uso de combustibles fósiles. Así, ensombrecen rápidamente las perspectivas de un mundo habitable. Esto es el resultado de un profundo fracaso en reconocer la necesidad de volver a priorizar urgentemente la financiación para garantizar un futuro asequible, saludable y sin emisiones de carbono", afirma el profesor Paul Ekins, jefe del grupo de trabajo de Countdown de Lancet sobre economía y finanzas, y profesor de Política de recursos y ambiente en la Bartlett School del University College London. La crisis climática nos está matando. Está acabando no solo con la salud de nuestro planeta, sino también con la de las personas de todo el mundo mediante la contaminación atmosférica... Antonio Guterres Secretario general de la ONU Como respuesta a la publicación del informe, Antonio Guterres, el secretario general de la ONU (que no participó de la redacción del informe), afirmó: "La crisis climática nos está matando. Está acabando no solo con la salud de nuestro planeta, sino también con la de las personas de todo el mundo mediante la contaminación atmosférica, la disminución en la seguridad alimentaria, los mayores riesgos de brotes de enfermedades infecciosas, el récord en altas temperaturas, las sequías, las inundaciones y más". "La salud humana, los medios de vida, los presupuestos de una familia y las economías de los países están siendo aniquilados, mientras la adicción por los combustibles fósiles escala sin control. La ciencia es clara al respecto: las inversiones masivas y sensatas en energías renovables y resiliencia climática garantizarán una vida más sana y más segura para las personas de todos los países", agrega Guterrez. Un editorial relacionado, publicado en The Lancet advierte: "El mundo se está acercando a varios puntos de inflexión y, una vez que los crucemos, ocasionarán un aumento de las temperaturas muy superior a 2 °C. La conclusión fundamental de estos hallazgos es que las medidas actuales a nivel mundial son insuficientes... El informe Countdown es nuestra mejor oportunidad de poner a la salud en el centro de una respuesta política para proteger el bienestar humano. Merece nuestro apoyo, pero, sobre todo, que actuemos".
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