La gravedad de los daños ocasionados por el tornado, que el pasado sábado arrasó más de cien hectáreas de invernaderos en el municipio de El Ejido, ha hecho que el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Rodrigo Sánchez Haro, se personase ayer por la mañana en la zona para mostrar su apoyo a los agricultores afectados por la catástrofe.
Rodrigo Sánchez ha visitado la zona acompañado por los responsables políticos del municipio, así como de la delegada de gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, Gracia Fernández.
Durante la visita, que se ha producido en un contexto de especial sensibilidad debido a la cercanía en el tiempo de los hechos, el máximo representante de la Junta en labores agrícolas ha recorrido varios de los puntos de las zonas afectadas.
Apoyo
En el recorrido, el consejero del ramo transmitió que, en primer lugar, "el motivo por el que estamos aquí es porque queremos transmitirle nuestro apoyo a los agricultores que se han visto afectados por el tornado". A continuación, Rodrigo Sánchez Haro explicó que el trabajo que hay que hacer ahora es "por parte de todas las administraciones involucradas".
"Todos tenemos que buscar las fórmulas necesarias para darle solución al problema que se ha generado con este tornado", ha afirmado el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía.
Medir los daños
El trabajo de reparación de los daños creados a los agricultores será arduo, tal y como reconoció el propio consejero, que señalaba que "la primera medida que se debe tomar es la evaluación, con rigor y seriedad, de los perjuicios ocasionados, tanto por parte de los agricultores como de las administraciones".
En este sentido, el consejero ha destacado que la Consejería de Agricultura "ya se ha puesto a disposición de los afectados" con el objetivo de establecer cuanto antes "una cifra exacta de los daños que se han producido".
Un trabajo que, de acuerdo con Rodrigo Sánchez Haro, debe comenzar por los propios agricultores. "Que se evalúe todo antes de proceder a cualquier reparación", ha sido la consigna que ha dado el responsable de Agricultura de la Junta de Andalucía.
Respaldo masivo
El alcance del fenómeno ha hecho que, además de la Junta, el resto de agentes sociales, políticos y económicos relacionados de forma directa o indirecta con el sector agrícola almeriense se vuelquen en el respaldo y el apoyo a los afectados por el tornado.
Así, además de la administración local ejidense, ayer estuvo en la zona afectada el subdelegado de Gobierno, Andrés García Lorca, que conoció de primera mano a alguno de los agricultores afectados por el suceso.
También las organizaciones agrarias han jugado un importante papel a la hora de conocer los problemas de los propietarios de las fincas cuyas estructuras volaron por los aires el pasado sábado.
Algunas de ellas ya han emitido algunas valoraciones en las que calculan que las parcelas afectadas ocupan un total de 200 hectáreas, aunque el ayuntamiento de El Ejido rebajaba ayer, en una primera valoración, esta cifra a las 150 hectáreas. Ante la magnitud de los hechos, el siguiente paso es luchar por el cobro íntegro de las indemnizaciones por los daños.
Los afectados buscan pasar página tras la tragedia
En el día en el que más de 37 provincias españolas han estado bajo alerta por nieve, lluvia u oleaje, el municipio de El Ejido ha sido testigo de un fenómeno tan corto como intenso: un devastador tornado que ha arrasado, causando graves daños, cientos de invernaderos a su paso por las localidades de Balerma, Matagorda, Guardias Viejas, El Ejido -zona Copo- y el norte de Santa María del Águila, llegando hasta San Agustín.
Las primeras estimaciones apuntan a 150 hectáreas de cultivos bajo plástico los daños producidos en el campo ejidense. Las graves consecuencias que tendrán para las familias propietarias de estos invernaderos serán mucho más difíciles de establecer: sus planes de futuro, basados en la renovación de sus explotaciones con el objetivo de hacerlas más competitivas, han saltado por los aires. Toca empezar de nuevo otra vez.
Este es el caso de Antonio, un agricultor de la zona de San Agustín que sufrió en primera persona este desconsuelo. En su invernadero, las estructuras metálicas resisten, pero el plástico, de recién estreno, y el alambre de este año ha sido arrancado.
Es el momento de intentar salvar algunas partidas de las dos hectáreas plantadas de pimiento tipo Sweet Palermo, una de las categorías más apreciadas en el mercado. Aunque la mayoría de la cosecha ya no podrá ser salvada.
Las pérdidas no dependen solo de la inversión -"unos 300.000 euros tan solo en la estructura, más abono, fertilizantes, semillas, mano de obra, etc.", explica Antonio-, sino que la renta derivada de la venta de sus productos también se ha disipado.
El trabajo ahora consiste, sin tiempo a lamentarse, en cuantificar los daños para comenzar un largo trámite con las aseguradoras para el cobro de la indemnización.
Del cobro de los seguros depende no solo la renta de los agricultores : también familias enteras para los que estos cultivos son el principal o único medio de vida del que disponen. El tornado, si invita a algo, es a reflexionar sobre el esfuerzo y el alto riesgo que conlleva la actividad agraria. Una actividad que, ahora más que nunca, debemos proteger y asegurar a toda costa.