Clausurado el Congreso sobre la "arquitectura verde" de la PAC post2020 y que se celebró entre el 29 y el 31 de mayo en Zafra (Badajoz), centrado en el papel de los eco-esquemas, instrumento que incentivará prácticas agrícolas y ganaderas con mayor impacto beneficioso sobre el entorno.
Las conclusiones, fruto de los debates realizados en esos días, señalan que la mayor ambición medioambiental de la PAC ofrecerá nuevas oportunidades para el sector agro - ganadero, al tiempo que dará respuesta a las expectativas de los consumidores .
El congreso "La arquitectura verde de la PAC post 2020. Profundizando en eco-esquemas", fue organizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y en el mismo participación de más de 170 personas de 16 Estados miembros.
Inaugurado el pasado 29 de mayo, el Congreso contó con representantes de la Comisión Europea, de las Presidencias rumana y finlandesa, así como de centros de investigación y tecnológicos de España, Portugal y Francia, además de organizaciones profesionales agrarias, ecologistas y de la sociedad civil.
En el Congreso se debatió sobre los retos medioambientales a los que se enfrenta la agro-ganadería europea y se profundizó en la realidad ambiental de los países meridionales, abordándose el papel de los eco-esquemas, un nuevo instrumento que permitirá incentivar prácticas agrícolas y ganaderas con mayor impacto beneficioso para el clima y el medio ambiente.
También se expusieron experiencias desarrolladas para mejorar la adaptación de la agricultura a los cambios medioambientales; la mejora del uso de recursos, o la potenciación de la biodiversidad en las explotaciones.
Los denominados «eco-esquemas» están incluidos en la propuesta de reglamento sobre Planes Estratégicos de la PAC y con ellos la Comisión Europea pretende impulsar regímenes voluntarios de apoyo en favor del clima, que van más allá de los requisitos obligatorios establecidos (condicionalidad).
En el marco de este tipo de intervención, serán los Estados miembros los que concedan ayudas comunitarias a los agricultores «genuinos» que se comprometan a observar en su explotación ganadera y en sus superficies de cultivo prácticas ganaderas y agrícolas beneficios para el clima y el medio ambiente.
Entre las conclusiones, como resultado de los debates, los participantes coincidieron en señalar que la propuesta de la futura Política Agrícola Común (PAC) refuerza sus aspectos medioambientales y climáticos, contemplados en la denominada "arquitectura verde".
Esta circunstancia, según el MAPA, genera oportunidades para el sector agro-ganadero, además de ofrecer respuesta a las expectativas de los consumidores y ciudadanos europeos.
El nuevo modelo de gobernanza que se propone en la reforma, orientado a resultados, permitirá un analizar mejor las necesidades y promoverá la programación de intervenciones beneficiosas para el medio ambiente.
Mayores incentivos
El nuevo modelo debe permitir atender las especificidades de las diferentes agriculturas que conforman el mapa europeo y, al mismo tiempo, garantizar que se preserva el carácter común de la PAC.
Además, es necesario asegurar el equilibrio y la coherencia entre todas las intervenciones medioambientales en los futuros planes estratégicos de la nueva PAC.
Se ha puesto de manifiesto la relevancia de los eco-esquemas, como instrumento incentivador para que los productores avancen hacia un sistema agrario más sostenible, más competitivo y capaz de responder a las demandas de los ciudadanos.
Los eco-esquemas deben remunerar las prácticas que vayan más allá de los requisitos mínimos medioambientales de la Unión Europea y deben ser flexibles para que den cabida a las diferentes realidades productivas comunitarias, sin generar una excesiva carga administrativa .
Una flexibilidad que es imprescindible , según el MAPA, para recoger la realidad de las regiones particularmente afectadas por l os efectos del cambio climático, como son las del S ur de Europa.
Además, se añade en estas conclusiones, las iniciativas desarrolladas por los agricultores ante la necesidad de dar respuesta a los desafíos medioambientales demuestran la implicación de los productores y que ellos son el principal motor hacia un modelo agrario más sostenible.