Invernaderos solares: desperdicio cero

07/06/2021
En: abc.es
Digital
Hace ya tiempo que la agricultura intensiva en invernaderos se viene sumando a la apuesta sostenible. Las cosas ya no son como antes y el sector avala cada vez más su potencial dentro de la economía circular y la bioeconomía , debido a la reutilización y reciclaje de plásticos , así como por la revalorización energética de biomasa procedente de restos de cosecha. El empleo de estos plásticos resulta esencial para esta actividad agraria y, a pesar de la mala imagen debido a la generación de estos residuos, el sector recuerda en su informe que solo genera el 7% de los residuos plásticos y que, además, contribuye más que otros al reciclaje, ya que representa el 9% del total reutilizado, sin contar los envases. En términos absolutos y teniendo en cuenta el volumen de plásticos generados por la agricultura en España (147.000 toneladas anuales), este sector recicla el 48% del total . En ese característico y llamativo mar de invernaderos existen dos tipos de plásticos . Los más resistentes, que tienen una vida útil de entre tres y cinco años , y son los que sirven de cubierta a las instalaciones. Cuando son sustituidos se llevan a plantas recicladoras que transforman esos residuos en pequeñas bolitas (granza) que entran a formar parte de otros productos como contenedores de basura, capazos para la recolección hortofrutícola o maceteros. Sin embargo, hay o tros que son utilizados sobre el terreno como acolchado, manta térmica o solarización que son mucho más endebles y cuyo tratamiento resulta más complejo. Aún así, la normativa obliga a su traslado a plantas certificadas. Desde el d epartamento de agroecología de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas (Aproa), Rosa García señala que «e l 95% de los residuos se gestiona de manera adecuada y solo un 5% restante genera impacto visual y ambiental . Una práctica que proviene de gestores piratas que recogen el residuo, valorizan lo que le es rentable y dejan el resto a su suerte, así como de una pequeña proporción de agricultores que tienen mala práctica ». Esta experta insiste en que «es una problemática que preocupa al sector, que perjudica su imagen, pero de la que es responsable una minoría». En este sentido, desde Aproa se ha puesto a disposición de los agricultores un servicio de aviso de residuos en situación de abandono en el medio ambiente. Pero además, señala que el compromiso va mucho más allá de una adecuada gestión de estos residuos, y que se «está investigando en nuevos materiales biodegradables y/o compostables , que están demostrando muy buenas prestaciones». También la valorización energética de aquellos que no pueden ser reciclados ofrece una alternativa para que puedan incorporarse de nuevo al ciclo productivo para que «pasen de ser un residuo a un recurso », sentencia García. Y hay ejemplos de ello: como una planta de tratamiento en Almería donde por cada 1.000 kilos de residuo plástico de difícil reciclado se producen 900 litros de combustible líquido. Un sector comprometido que participa en el proyecto europeo Reinwaste, con el objetivo de que los residuos inorgánicos generados en los sistemas agroalimentarios (tales como envases, embalajes, plásticos, sacos, botellas, etc. tanto de los sistemas productivos como de la industria agroalimentaria) sean gestionados conforme al paradigma actual de la bioeconomía y la economía circular. Otra de las apuestas del sector por la economía circular es la utilización de restos vegetales de invernadero para el desarrollo de nuevos alimentos o complementos alimenticios, cosméticos. .. la fermentación de los mismos para obtener compuestos de alto valor añadido (biotransformación) o su utilización como fertilizante tras un proceso de digestión anaeróbica. Jan van der Blom, entomólogo y responsable del departamento de Técnicas de producción de Coexphal , reconoce que « la cantidad de residuos vegetales que produce Almería alcanza al año los dos millones de toneladas. Hace ya más de quince años que se prohibió la quema de residuos y los agricultores están obligados a llevarlos a gestores autorizados para su compostaje». En este sentido, señala otros avances como el control biológico de plagas han favorecido que los cultivos lleguen sin apenas residuos y que puedan ser utilizados para alimentación animal donde. Por ejemplo, los restos de melón o de sandía son muy demandados. Y comenta otras interesantes prácticas como la reutilización de restos para compost propio, en especial en los invernaderos de producción ecológica, o la trituración de los restos de pimiento para incorporarlos a los suelos y obtener más materia orgánica. Soluciones prometedoras de un sector que apuesta por el residuo cero.
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