El Parque Rural de Montserrat cuenta con la única sala de despiece de carne de uso compartido que hay en Cataluña. El Tall ya ha acogido algunos cursos de formación sobre manipulación cárnica, pero está previsto que a partir del próximo mes de diciembre los ganaderos ya puedan empezar a utilizar las instalaciones para cortar su propia carne. La técnica del Parque Rural de Montserrat, Marta Martínez, explica que con este proyecto se quiere "fomentar el emprendimiento" para que los ganaderos puedan "cortar la propia carne y comercializarla". Además, en un momento de crisis en el sector, Martínez considera que es oportuno tener un espacio "donde compartir gastos". El Tall, situado en Marganell, ha costado unos 100.000 euros, financiados por la Diputació de Barcelona y los fondos FEDER. El Tall es un obrador compartido que ha impulsado el Parque Rural de Montserrat y la Asociación de Iniciativas Rurales de Cataluña a través del BCN Smart Rural, un proyecto europeo que impulsa la Diputación de Barcelona. El nuevo obrador proporciona a los ganaderos un espacio donde "crear red" y "compartir gastos". En este sentido, Martínez apunta que no sólo pueden compartir gastos de luz o mantenimiento, sino también "burocráticos", como por ejemplo tener un registro sanitario. Curso de manipulación cárnica que se realiza en El Tall ACN De hecho, la creación de la sala de deshacer compartida es una idea que surge de los propios ganaderos de Montserrat, la mayoría de los cuales hacen ganadería extensiva que, además de sacar rendimiento de la carne o la leche de los animales, "también hacen un servicio ambiental porque pastan el sotobosque y, por tanto, ayudan a prevenir incendios". Martínez explica que muchos de ellos tienen externalizado el servicio de deshacer la carne y comercialización y ahora, dice, tienen una oportunidad de hacerlo de forma mancomunada. Ganadería extensiva Es el caso, por ejemplo, de Maria Àngels Altimira, que practica la ganadería extensiva de vacas desde 2003 en la finca Mas Set-Rengs, en Sant Salvador de Guardiola. Altimira explica que, desde siempre, han comercializado los terneros que crían en el matadero y dice que así sacan muy poco rendimiento: "Cuando has contado los gastos de alimentación, de pasto y del matadero te encuentras que tienes un ganado de mucha calidad pero que no puedes quitarle valor". Cree que, con la sala de despiece de Montserrat, podrán valorar mucho más su producto. Valentina Muñoz es una pastora del Parque Rural de Montserrat. Tienen cabras lecheras ecológicas en Làctics Casanueva, en Sant Vicenç de Castellet. Explica que ellos siguen el ciclo cerrado: ordeñan las vacas, a partir del ordeño elaboran productos como quesos o yogures y disponen de tierras donde cultivan la comida para sus animales. A pesar de comercializar directamente la carne del cabrito, llevan a los animales al matadero y, desde allí, una empresa externa lo recoge, corta y devuelve a la explotación. Cree que la nueva sala de deshacer de Montserrat les puede ahorrar algún intermediario. Sesión del curso de corte acn Ambas constatan que el sector ganadero está pasando por un momento "muy crítico", y afecta sobre todo a las pequeñas empresas. "El precio de la luz, el gas y el pienso ha subido una tontería y la administración no nos da ninguna ayuda para sacar adelante nuestras empresas", lamenta Muñoz, quien reclama más subvenciones. De la misma opinión es Maria Àngels Altimira, quien lamenta que esta situación también hace que no haya relieve generacional y que los jóvenes no quieran trabajar en el sector. Lee también Recuperan el antiguo camino ganadero de Santa Coloma de Queralt a Cunit como ruta turística Agencias