El grupo cooperativo destina 3,5 millones a placas fotovoltaicas para autoconsumo y obtiene ya el 40% de sus ingresos de segmentos no tradicionales. El grupo cooperativo Fruits de Ponent trata de diversificar su actividad y apuesta por generarse toda la electricidad necesaria para su actividad. La firma, con sede en Alcarràs (Segrià), está desarrollando un plan inversor de unos 3,5 millones de euros en placas fotovoltaicas sobre tejados y pérgolas, con la meta de elevar hasta cerca de tres megavatios (MW) la potencia de renovables, un objetivo que espera alcanzar a finales de 2023 o principios de 2024. La mitad de la inversión ya se ha llevado a cabo. Fruits de Ponent no descarta, en el futuro, comercializar la energía entre sus propios socios. Este es uno de los retos que se ha impuesto la antes llamada cooperativa de segundo grado, que también participa en el proyecto conocido como el Valle del Hidrógeno, en Tarragona, que coordina la Universitat Rovira i Virgili (URV). "Además del autoconsumo, queremos ver cómo se pueden transformar los tractores para que pasen de funcionar con gasóil a hidrógeno ", apunta su director general, Josep Pressegué. Fruits de Ponent facturó 55 millones en su último ejercicio fiscal, terminado el pasado 31 de mayo. La menor cosecha fue compensada por el aumento de precios . Tiene 110 empleados -más unos 500 temporales y otras 200 personas que ayudan a labores concretas a los socios- y está formada por cuatro cooperativas de primera grado: Camp d'Alcarràs, Agrària Progressiva de Benavent, Ramell y Agrària del Llobregós, todas en la comarca del Segrià. Fruits de Ponent agrupa a 180 familias propietarias con un total de 3.000 hectáreas y ha creado un banco de tierras para evitar que se deje de cultivar terreno por falta de relevo generacional. La fruta de hueso (melocotón, nectarina y albaricoque) ha sido el grueso de la actividad, aunque también entró en pera y manzana. "Hemos probado con granadas, kiwis y caquis, pero no funcionan", explica Pressegué. Negocio no tradicional La diversificación se ha producido con el aceite, la almendra, los cereales y las agrobotigues . "Hace ocho años, el 80% de la facturación procedía del negocio tradicional; ahora es del 60%", apunta el directivo. La pasada campaña, la fruta de hueso cerró con 30.000 toneladas, frente a las 55.000 toneladas de una temporada normal. Actualmente se exporta entre el 75% y el 80%, con Francia, Italia y Alemania como principales países, pero también destacan el norte de África, Brasil y el este de Europa. En 2014 sufrió el cierre del mercado ruso, que llegó a suponer el 20% de las exportaciones, y por ello sigue de cerca la evolución de Ucrania. Exportaciones "Teniendo en cuenta que nos hemos comprometido con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), estamos planteándonos si tiene sentido llevar tan lejos la producción, pero al mismo tiempo vemos que la logística está planteando soluciones para descarbonizarse", añade. Pressegué explica que esta campaña se esperan entre 7.000 y 8.000 toneladas de almendras y unas 12.000 toneladas de cereales como maíz, trigo y cebada. "Nuestra intención no es incrementar la producción, sino garantizar la calidad ", apunta Pressegué. Una de las dificultades que afronta el sector es el alza de los costes (combustible, abonos, salario mínimo interprofesional...) y la dificultad de trasladarlo al precio final.