Con el proyecto Olib, el Ciheam Zaragoza trata de reforzar el conocimiento que tienen cooperativas, agricultores, asesores y técnicos de este país en olivicultura y elaiotecnia.
Contenido exclusivo
Los olivos constituyen un eje fundamental para las zonas rurales del sur del Líbano.
José Casanova Gascón.
El olivo es el símbolo de la paz en muchas culturas. Ya en las antiguas Grecia y Roma se intercambiaban ramas de este árbol como muestra de concordia tras una batalla. Y es precisamente el olivo el protagonista de un proyecto de cooperación con sello aragonés que pretende fortalecer el desarrollo local del Líbano, país que vive un conflicto armado con Israel desde el pasado mes de octubre.
La iniciativa Olib, impulsada por el Ciheam Zaragoza y financiada por la Diputación de Zaragoza, pretende reforzar el desarrollo local sostenible y la convivencia en este territorio a través de la mejora del rendimiento y la productividad de este árbol. En concreto, se basa en impulsar la transformación agrícola del sector de la olivicultura mediante actividades de formación a productores, agricultores, técnicos y asesores locales como base para la innovación en la toma de decisiones respecto al manejo agronómico del olivo y su producción en la región de Nabatiye, en el sur de Líbano.
"Agronomía, economía social y desarrollo rural son los tres ejes fundamentales del proyecto. Y entre los objetivos se encuentra lograr un manejo más sostenible del cultivo del olivo y los recursos naturales (agua, suelo y biodiversidad) a través de una mejora de las capacidades de los productores; elaborar una guía de buenas prácticas en árabe y en español para la protección del medioambiente y para garantizar cultivos más resilientes al cambio climático ; estimular el papel de las cooperativas agroalimentarias dentro del sector; o potenciar el conocimiento sobre técnicas avanzadas de procesado de la aceituna para mejorar la capacidad de la cooperativa para producir aceite de mejor calidad", explica Laura Quijano, gestora de proyectos en el Ciheam Zaragoza.
Alrededores de la cooperativa de Deir Mimas.
José Casanova Gascón.
Otra de las metas de Olib tiene que ver con el empoderamiento femenino en las zonas rurales del país, razón por la cual se vertebra en torno a la colaboración con la cooperativa de mujeres de la localidad de Deir Mimas. "Las cooperativas dirigidas por mujeres en el Líbano están contribuyendo a impulsar la economía y ayudando a las comunidades locales a hacer frente a la reciente crisis multicausal del país. Es necesario visibilizar el trabajo que llevan a cabo para el impulso y la sostenibilidad económica de la zona", apunta Quijano, resaltando que el apoyo de esta entidad es fundamental para la recepción de los materiales de formación en el territorio y para el monitoreo del olivar. La cooperativa, además de beneficiarse del programa formativo, facilita sus instalaciones y su red para ser ejemplo de la implementación de buenas prácticas para la mejora del rendimiento y la conservación del cultivo en la zona.
La experta señala que las zonas de conflicto se caracterizan por un contexto social más frágil y vulnerable, por lo que trabajar en ellas implica prestar especial atención al entorno en el que se desarrollan las actividades del proyecto, siendo necesario realizar una evaluación detallada de los riesgos y prever el impacto que pueden tener durante su duración. "De lo que se trata con los proyectos de cooperación al desarrollo es de fomentar medios de vida y de generación de recursos que favorezcan la estabilidad de las zonas de intervención y, en la medida de lo posible, que esa estabilidad desemboque en áreas libres de confrontación. Olib incide directamente en la capacitación y cualificación profesional de las personas que quieren vivir del olivo, y eso siempre es un buen punto de partida", indica la profesional.
Una de las cunas de este cultivo
El Líbano es conocido por ser una de las cunas de las áreas de cultivo de olivos. En torno a estos se ha desarrollado gran parte de la actividad social y económica de las zonas rurales del sur del país, constituyendo también un eje fundamental de su cultura y gastronomía. "A pesar de los esfuerzos de los productores independientes del olivar, que actúan por iniciativa propia para poner en valor el activo del país en este cultivo, la estructura organizativa de los agricultores es escasa debido a distintos factores. Así, en el Líbano apenas existen cooperativas agrícolas activas y el país cuenta con un grave problema de segmentación del sector productor oleícola. Estos factores ponen de manifiesto la necesidad de fortalecer el tejido civil y la cohesión entre agricultores", manifiesta Quijano.
NOTICIAS RELACIONADAS
Sigue el apoyo a la recuperación del olivo en el Líbano desde el campus de Huesca
El proyecto, que comenzó el pasado mes de enero y se extenderá hasta diciembre, aborda con profundidad el cambio climático y el respeto al medio ambiente, lo que servirá para preparar una guía de técnicas agronómicas en la que se recogerá un resumen de buenas prácticas y de recomendaciones sobre el manejo agronómico del olivo y el resultado de procesado de aceituna en almazara. "Estas guías se entregarán a las cooperativas locales y a sus beneficiarios para difundir y transferir el conocimiento coordinado dentro del proyecto, que servirá a su vez como base para el manejo sostenible del cultivo . Además, los materiales del programa de formación de la iniciativa abordan la mejora del rendimiento y la productividad del olivo, incidiendo en el cuidado del suelo y la gestión integrada de las plagas, contribuyendo así a la sostenibilidad de un cultivo clave con un impacto real en la zona", señala la gestora de proyectos del Ciheam Zaragoza.
Asimismo, se abordarán sesiones de compostaje y de transformación de residuos como puntos de mejora de las almazaras, contribuyendo a la sostenibilidad medioambiental de las explotaciones.
Conforme a los criterios de