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Espárragos blancos a la sombra de la sierra de Gredos

09/03/2020
En: hoy.es
Digital
Hace cuarenta años, antes que el tabaco floreciera por el noreste extremeño, los campos de Campo Arañuelo y La Vera eran en buena medida terreno ocupado por el espárrago . Verde o blanco, cultivados en parcelas, ocuparon miles de hectáreas . La clave de esa presencia masiva era la rentabilidad. Hoy, se expanden en unas 1.000 las hectáreas entre las dos provincias extremeñas y la realidad de esta hortaliza y su mercado no permite hacer planes optimistas a corto plazo. Se paga bien por un kilo de espárrago, que se puede considerar casi producto gourmet, admiten quienes los cultivan, pero sus costes más la competencia que llega de China y Perú no lo hacen atractivo para crecer. Bernabé Luis , de 60 años, natural de Villanueva de la Vera , es el encargado de la explotación 'Baldíos de Casatejada' , en el término municipal de Talayuela . Desde hace poco más una semana, supervisa el trabajo de una cuadrilla que ha empezado a recoger espárragos. La finca tiene 130 hectáreas ocupadas por este producto de la variedad grolim. Cada hectárea suele generar de media entre 5.000 y 6.000 tallos y hay que regenerarla con nuevas plantas a partir de los siete años desde que comienza su ciclo de producción. Bernabé comprueba la temperatura de la tierra y se queja de que, a pesar de ser un invierno seco, ha habido heladas, algo que no quiere el espárrago cuando está a punto de brotar. «Esto no puede ser una alternativa al tabaco ni a otro producto. Tiene su clientela, sí. Pero no puede crecer mucho más porque es muy costoso: mano de obra, maquinaria para preparar la tierra, gasóleo, plásticos... Hace dos años el Tiétar se desbordó y hubo que preparar toda la parcela de nuevo, con lo que eso supuso», enumera el encargado. Junto a la vega del río Tiétar, en una tierra muy arenosa, centenares de metros de plásticos cobijan a esparragueras que generan tallos blancos y verdes. En realidad, son la misma cosa. La diferencia es que a unos les da la luz (verdes) y a otros (blancos), no. La familia Baztán, con La Huerta de La Vera, saca al mercado un millón de kilos «Solemos trabajar cerca de un millón de kilos de espárrago blanco, de los cuales exportamos el 70% en fresco y el 30% lo solemos fabricar en conserva para la venta aquí en España. Los principales países donde exportamos son Alemania, Suiza y Francia , también algo en Austria », informa sobre el terreno Jara Baztán Burcio , de 33 años, mientras a pocos metros un jornalero extrae con una gubia (especie de gancho) el producto. Tres generaciones Baztán es la responsable de ventas y márketing de La Huerta de La Vera , la empresa clave del espárrago cultivado en la región. Nacida en Extremadura, de padre navarro y de madre extremeña, Jara representa una tercera generación de productores originaria de Navarra aunque con su negocio ya extremeño. «Mi abuelo navarro cultivaba espárrago. Mi padre vino a Extremadura hace ya 50 años aproximadamente. Junto a mi abuelo fundaron la empresa Jarcha . Después mi padre comenzó a trabajar por su cuenta. Mi hermano Javier y yo hemos continuado con el cultivo del espárrago fresco y vamos aumentando la fabricación de la conserva cada año bajo el nombre de La Huerta de La Vera», relata a HOY. La empresa agrícola tiene parcelas situadas en Talayuela, Mérida (carretera de Don Álvaro) y Badajoz (Rincón de Caya). Su fábrica se halla en Rosalejo , municipio también situado en la comarca de Campo Arañuelo. Son unas 200 hectáreas de espárrago en total de las que 164 están en producción. Además ha apostado por otros cultivos como el almendro, el olivo, el pimentón y el pistacho para diversificar la actividad agraria. En España hay unas 13.000 hectáreas cultivadas de espárrago blanco y verde . Los blancos de Navarra y los verdes de Huétor-Tajar, en Granada, tienen una denominación de origen a la que poder acogerse. En Extremadura, según datos de la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural, el espárrago ha seguido en el último trienio una línea estable en cuanto a superficie cultivada. Así, ocupó 950,50 hectáreas el año pasado entre las dos provincias, 466 en la pacense y 484 en la cacereña. Primeros kilos de esta campaña, que irán mayoritariamente a países como Alemania o Suiza. / BRÍGIDO Mientras, en el 2018 fueron 962,95 hectáreas, 482 en la provincia de Badajoz y 480 en la de Cáceres. Por último, en 2017 se cosecharon 891,96 hectáreas (436 en territorio pacense, 455 en el cacereño). «Llevamos años en este sector y creo que lo conocemos bien. Por eso puedo decir que se trata de un sector complicado. El producto que se cultiva es caro para el consumidor y al productor se puede pagar un buen precio en función de la calidad y del calibre. Esas dos cosas son ciertas pero también lo es que tenemos unos costes muy altos y eso hace que no haya elevadas expectativas de crecimiento», resume Jara Baztán. Época dorada «Nuestra empresa lleva años en el sector y tiene buenas vías de comercialización gracias a que conocen cómo son nuestros espárragos pero el cultivo en sí no ofrece una gran rentabilidad para que se desarrolle mucho. Gracias a las ayudas europeas de la PAC salen un poco las cuentas », finaliza. Baztán pone como ejemplo de costes la gran necesidad de mano de obra. Entre 300 y 400 trabajadores por campaña para la cosecha en sus parcelas y el tratamiento del producto en las instalaciones de Rosalejo , que ocupan 6.000 metros cuadrados. «El problema no es solo la gran cantidad de mano de obra que necesitamos sino los problemas que tenemos para lograrla , como también pasa en otros sectores agrarios», apunta. Teófilo Moreno , de 70 años, natural de Cuacos de Yuste , asiente en el diagnóstico. Moreno, responsable del sector tabaquero de UPA-UCE , conoce perfectamente el cultivo del espárrago. Vivió como trabajador su mayor momento de esplendor. Y tiene claro que no es un cultivo que ni pueda ser alternativa al tabaco en la zona noreste de la región ni seguir el ritmo de crecimiento del olivar superintensivo o del almendro en los últimos años. «Es muy difícil por varios motivos. Por costes para el productor, por competencia foránea y porque no todo el mundo aquí en España puede pagar seis o siete euros por un manojo de seis u ocho espárragos», empieza a contar el representante agrario. Procesado de espárrago blanco en las instalaciones de la familia Baztán en el municipio de Rosalejo. / BRÍGIDO En Extremadura, recuerda, hubo hace unas décadas una empresa navarra, Gigante Verde , que solo ella cosechaba 4.000 hectáreas de espárrago en Campo Arañuelo y La Vera. En sus campos trabajó como temporero durante cuatro años. «Toda esa superficie se fue eliminado por los grandes costes de preparar la tierra y la necesidad de mano de obra que conlleva y porque hay mucha competencia de producto muy barato que llega fácilmente de China y Perú », sentencia Moreno. «Para que compitamos bien es fundamental el mercado del espárrago fresco, que es donde se puede ganar algo porque en el de conserva es mucho más complicado. Lo importante es que el espárrago fresco tenga una buena calidad, como el que tenemos en Extremadura, y l legue cuanto antes a los mercados internacionales , como se está haciendo aunque a veces no se puede por la climatología», concluye. Esa es la política de la familia Baztán. «Nuestros espárragos empiezan ahora a llegar a Alemania, el gran consumidor de Europa de este producto. Por cuestiones de meteorología, los alemanes no pueden comer su espárrago hasta mayo o junio. Como son grandes consumidores, empiezan a abrir boca con nuestro espárrago y tenemos dos meses buenos de alta demanda desde ese país, los de marzo y abril», indica la responsable de ventas de La Huerta de La Vera. «El valle del Tiétar es magnífico para cultivar espárrago. Es el mejor sitio de Extremadura pero requiere de mucho trabajo y hacer bien las cosas», insiste Bernabé Luis. «Si las cosas fueran fáciles no tengas dudas de que habría muchas más hectáreas en marcha», finaliza. Diferentes tipos de envases con el espárrago elaborado de La Huerta de La Vera. / BRÍGIDO El 90% de los espárragos blancos que se consumen en España son de fuera Pocos datos tan rotundos como el del consumo de espárrago blanco en España para situar el debate sobre si es rentable producir este producto, no ya en regiones como Navarra sino en otras como Extremadura. Solo el 10% de los 45 millones de kilos de espárrago blanco que se consumen al año en España es de origen nacional. Casi todos vienen de China y Perú. Su gran éxito viene de un precio muy inferior al espárrago hecho en nuestro país. «Es una diferencia tan brutal que te encuentres medio kilo de espárrago procedente de China o de Perú a poco más de euro o euro medio, y otro de aquí a cinco o seis en el caso más barato... Así es imposible competir. La clave está en la diferencia abismal de costes de producción, incluida la mano de obra, entre uno llegado de esos países o uno hecho aquí», reseña Jara Baztán, responsable de ventas y márketing de La Huerta de La Vera. La estadística dice que China es el principal productor del mundo. Y que en ese territorio asiático están unas 93.000 hectáreas de las 265.000 cultivadas en el mundo de esta hortaliza. A la vez es el mayor consumidor, por lo que la mayor parte de su producción se quede dentro de sus fronteras. España ha pasado de ser el tercer productor mundial, después de China y de Perú, al sexto. Ya le han superado México, Alemania (el gran referente europeo tanto productor como consumidor) y Tailandia. Diferenciación El consumidor «debe tener claro la calidad y el coste de un espárrago hecho aquí», señala Baztán. A la vez debe saber leer muy bien el etiquetado cuando va a comprarlo a un supermercado o una tienda. «Es muy posible que aunque ponga en las etiquetas que el espárrago es de otros países, el consumidor se despiste por el hecho de que empresas conserveras y comercializadoras que los distribuyen tienen su domicilio en Calahora (La Rioja) o Madrid. Algunos pudieran creer que el espárrago entonces es nacional», informa la responsable de la empresa extremeña líder en el cultivo del espárrago. Francia y España son los principales países destinatarios del espárrago peruano. En el país andino destinan algo más de 22.000 hectáreas a ese cultivo, que goza de una gran ventaja productiva: su ciclo de producción se extiende durante los doce meses del año, no por los tres o cuatro meses como mucho que ocurre en España (comienza la recolección en marzo y, a más tardar, finaliza en el mes de junio). Al espárrago de Perú le ha salido un duro competidor en el mismo continente. Es el mexicano, que se cosecha a lo largo de casi 30.000 hectáreas. Es una de las grandes zonas emergentes mundiales de este codiciado producto. En Europa el gran productor y consumidor es Alemania (28.000 hectáreas). «La gente en Europa consume mucho espárrago blanco, bien fresco, sobre todo, o en conserva. Hay una alta demanda en este continente. La competencia es muy alta. Es lo que tiene el sistema de globalización económica», finaliza Jara Baztán.
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