Planta fotovoltaica en Cáceres. / E. P. Hace 7 años, concretamente el 11 de diciembre de 2018, tuvieron lugar en Mérida unas interesantes jornadas que, bajo el título de 'La Transición hacia un Modelo Energético más Sostenible', aportó un interesantísimo análisis sobre los retos y oportunidades que este proceso de transición energética abría. Participaron en ellas grandes conocedores del tema. La semana siguiente me publicaron un artículo sobre ellas, en el que resaltaba, y compartía, la afirmación en aquel acto del entonces presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, de considerar dicho proceso de Transición como «la mayor oportunidad para Extremadura». En esas jornadas, el representante de Red Eléctrica Española manifestó «el enorme reto que este cambio de modelo de generación va a suponer para la gestión de la red, ya que vamos a pasar de una generación concentrada en grandes Centrales, la mayoría de ellas con producción predecible y regulable, a otro modelo en el que la generación estará atomizada en una multitud de actores que verterán a la Red de forma imprevisible la energía generada». Inversiones Apuntó también que «el nuevo modelo, tal y como está desarrollándose en estos momentos, requerirá de fuertes inversiones en nuevas líneas de distribución», que cifró en 7.000 Millones de [icono]. Sin entrar en los motivos por los que no se han realizado las inversiones en reforzar las redes, mientras que sí se ha seguido aumentando las macro instalaciones fotovoltaicas en nuestra comunidad, procede que reiteremos las mismas preguntas que ya planteamos en el citado artículo de hace siete años: 1. «Si los nuevos sistemas de generación de energías renovables serán atomizados y distribuidos, ¿por qué seguir centralizando su distribución con todos los costos y dificultades que esto conlleva? Vayamos a un nuevo modelo de autoconsumo y abandonemos el modelo del siglo XX de grandes centrales productoras y cables destrozando el paisaje. Ello daría a Extremadura la oportunidad de atraer población y empresas ante la facilidad y economía del costo energético». 2 La energía solar requiere de baterías que adapten los ciclos de generación a los momentos de consumo. El mundo del almacenamiento de energía es indispensable para este nuevo modelo de generación, «¿Por qué no apostar por convertir a Extremadura en un Polo de Competencia en materia de Acumulación Eléctrica? ¿Vamos a desperdiciar también esta irrepetible oportunidad?». En estos años solamente se han dado algunos tímidos pasos en lo que respecta al almacenamiento con la creación del Centro Internacional de Investigación en Almacenamiento de Energía (CIIAE), pero los proyectos como las fábricas de Cátodos, la empresa de Baterías, la explotación del Litio y los proyectos de Hidrógeno Verde siguen en el mundo de las 'musas', y hace falta algún Lope de Vega que los pase «de las musas al teatro». Autoconsumo El otro interrogante que planteábamos hace más de un lustro, el desarrollo rápido del autoconsumo, sigue igualmente en mantillas. La mayor ventaja que representan las energías renovables, su generación distribuida, no se está utilizando. Si esas grandes centrales solares que tenemos en Extremadura en lugar de estar colgadas de una Red que a duras pena logra transportar su electricidad a los tradicionales centros de consumo, hubieran estado alimentando proyectos industriales situados en sus proximidades, muy posiblemente no habríamos tenido el apagón, por dos motivos: porque no habría existido en la Red un excedente de electricidad ofertada, y porque esas grandes centrales al estar conectadas directamente al consumidor no habrían sufrido las oscilaciones de la Red y no se habrían auto protegido. Extremadura podría presentarse al mundo como el modelo de Transición Energética realmente sostenible. No se trata por tanto de abandonar el objetivo de seguir desarrollando las energías renovables, pero sí de transformar las condiciones de la manera en que se utilizan; llevando el consumo a donde se genera, y desarrollando sistemas de almacenamiento que equilibren la generación de la electricidad con la demanda. En ambos temas Extremadura tiene mucho que decir y hacer. Hemos perdido ya 7 años, no malgastemos la oportunidad, y convirtamos la afirmación que nos sitúa como posible foco del problema vivido en una verdadera oportunidad.