El vino de la semana: Malvasía Volcánica Brut Nature
Beber
Este espumoso canario Reserva del 2016 se cultiva bajo el manto de ceniza volcánica de La Geria, en Lanzarote
Botella de Malvasía Volcánica Brut Nature
El Grifo
Ramon Francàs
11/07/2021 08:00
Un 'accidente' en una partida de botellas fue el inesperado origen de este espumoso que es toda una rareza canaria. Sucedió en 1986. Entonces, los corchos de una partida de botellas de Malvasía Semiseco salieron despedidos, en parte debido a que el vino, de forma accidental, les refermentó. Tres años después, en 1989, tras comprobar que esta variedad de uva autóctona "era perfecta para espumosos ", El Grifo elaboró este Malvasía Brut Nature. Desde esta bodega de San Bartolomé de Lanzarote afirman que este burbujeante vino que ahora estrena nueva imagen es "ideal para cuando el paladar pide la alegría de las burbujas". Es un monovarietal de Malvasía volcánica que se cultiva bajo el manto de ceniza volcánica de La Geria (Lanzarote).
El viñedo está plantado en un paisaje impresionante, casi de otro planeta, con lava que empezó a emanar hace 11 millones de años. La tierra se abrió en el Parque Natural de Timanfaya para dejar campos de cenizas que han permitido obrar el milagro de uno de los viñedos más bonitos del mundo. Las vides se plantan en conos formados en los lapilli (pequeños fragmentos de lava arrojada durante la erupción del volcán), llamado localmente picón, y protegidas adicionalmente por pequeños muros de piedra seca. Este singularísimo espumoso de la isla Conejera es un Reserva del 2016 Brut Nature (con 3 gramos por litro de azúcares). Se elabora siguiendo el método tradicional, de segunda fermentación en botella.
Malvasía volcánica
CLV
Las uvas proceden de vides de pie franco y de una vendimia temprana, para evitar que el grado alcohólico del vino base no excediera los 10,5º de alcohol. Su crianza sobre sus lías se alargó un año en botella, como mínimo. El degüelle es manual, a medida que las botellas salen al mercado, para preservar su frescura. Su color es amarillo pajizo pálido y la burbuja es fina, con un buen desprendimiento (rosario) y con una corona perfecta.
El carbónico está bien integrado, aunque no es muy persistente. Se trata de un espumoso ligeramente aromático, con recuerdos a fruta fresca ( manzana ) y de hueso ( melocotón ), y también a flores blancas, con pequeños matices a panadería fruto de la crianza sobre lías. En boca el paso es seco, agradable, fresco, fino y elegante, con un final con una nota de almendra cruda y cierta salinidad. Presenta un buen balance y una buena acidez.
Es redondo y sabroso, y remarcable su carácter mineral. Desde la bodega se sugiere que su espumoso ofrece uno de los mejores maridajes con arroces, por su "excelente armonía". También es un buen acompañante de mariscos, ya que ayuda a potenciar el sabor y la intensidad aromática de los crustáceos, o de pescados azules o más grasos, ya que el efecto del carbónico ayuda a compensar la sensación grasa en boca. Incluso armoniza con aves y carnes blancas, cordero, estofados, carpaccios o una fideuá con verduras estofadas.
Logo de la bodega El Grifo
CLV
Desde El Grifo se apunta que "es un vino muy singular, que cosecha elogios y que acompaña aperitivos, grandes mesas y, como no, sobremesas en las que se desea brindar". Fundada en 1775, El Grifo es la bodega más antigua de Canarias, y está entre las diez más antiguas de España. Están muy sensibilizados con la protección del medioambiente. La instalación de una planta fotovoltaica que produjo 61Mw/h durante el año pasado les ha permitido dejar de arrojar 41 toneladas de CO2 a la atmósfera. La hacienda de El Grifo consta de 40 hectáreas. De ellas, 32 hectáreas están plantadas de viñedos y el resto son de lava volcánica sobre la cual se construyó la bodega y en la que se encuentran los chabocos, es decir, los agujeros que ocultan los antiguos viñedos.
La familia Otamendi, actual propietaria, inició ya hace algunos años la reconversión del viñedo a cultivo ecológico . Lo alcanzarán completamente en 2025, fecha que coincidirá con el 250 aniversario de la construcción de la bodega. Mantienen algunas vides del siglo XIX que son verdaderas esculturas vegetales y que maduran en la ladera. Son vendimiadas a mano, una por una. Desde la bodega se afirma que "el fuego, el viento y la roca crean unas condiciones extremas de las que nacen unos vinos con un marcado carácter y personalidad, con los que descubrimos el alma de una tierra y un clima únicos en el mundo". La latitud y escasa altitud convierten a la isla de Lanzarote en el lugar de Europa donde más pronto se vendimia.