Las cooperativas agroalimentarias surgieron en España a mediados del siglo XX como fruto de la necesidad que tenían los agricultores de vender los frutos de su trabajo diario en el campo. Su esencia no ha cambiado en todos estos años: la unión de los pequeños para conseguir cosas grandes. Esto, en una sociedad cada vez más individualizada, podría resultar chocante, pero es una fórmula de éxito y en muchos de los pueblos de nuestro país la cooperativa es la empresa principal. Dcoop es la unión de más de 200 cooperativas, que, a su vez, reúnen a más de 75.000 familias dedicadas a la agricultura y ganadería. Su objetivo es generar valor añadido para las cosechas de sus socios y socias a través de la industrialización. Así, Dcoop comercializa el aceite, las aceitunas, leche de cabra, vino, almendras y pistachos de estas familias ubicadas en distintos puntos de España, sobre todo en Andalucía. Asimismo, es una empresa dimensionada: en España no se vende todo lo que se produce, por lo que hay que exportar . Y ahí es donde está también Dcoop para estas familias, para que su producción llegue a otros países. Por otro lado, los agricultores y ganaderos son dueños de sus propias empresas . Además, las cooperativas traen beneficios para los habitantes de los pueblos, ya que son sinónimo de abaratamiento de costes. Por ejemplo, en muchos pueblos solo hay una gasolinera y es la de la cooperativa y lo mismo ocurren con las tiendas, que no solo tienen productos útiles para agricultores y ganaderos, en muchas ocasiones son un supermercado como cualquier otro. Esto ocurre también con la sección de crédito, que sirve para financiar a las familias y para resolver dudas administrativas. Además, la cooperativa es lugar de encuentro de sus socios y socias. Asimismo, son mucho más que empresas y no se quedan en la parte del beneficio económico y la creación de empleo. Las cooperativas sirven para dinamizar los pueblos y ayudan a fijar la población rural de lo que conocemos como la España vaciada. Por ejemplo, las actividades que desarrolla el Grupo Dcoop llevan a la necesidad de contratar más personal, tanto en las plantas productoras, como en las cooperativas socias, algo que revierte luego en los pueblos. No hay que olvidar tampoco que las cooperativas apoyan las actividades culturales, deportivas, sociales o benéficas de los pueblos, algo que también las hace estar vinculadas a sus vecinos y vecinas. Las cooperativas agrícolas están caminando para superar los personalismos y localismos tan presentes en este sector, además de otro principal problema, como es la falta de la presencia de las mujeres y el relevo generacional . Con jóvenes con cada vez más formación y jornadas como 'MuYJoven', que persigue el acceso de estos y de las mujeres a los órganos rectores de las cooperativas, se va consiguiendo algo que parece cada vez más posible: la unión de las cooperativas con el objetivo de elaborar productos de calidad con la máxima productividad y el menor coste posible. Todo ello, de la manera más sostenible y ofreciéndosela a los consumidores de manera directa a precios competitivos.