Las D. O. de Borja y Cariñeña dicen que Estados Unidos es el mayor importador de caldos del mundo que es un mercado "de valor" para ambos y que reemplazarlo sería muy difícil
Cata de vinos de la D. O. Campo de Borja en Madrid
Rubén del Valle Producciones
Los viticultores aragoneses son de los que más pueden sufrir con la política arancelaria de Donald Trump . Aunque no les pilla de sorpresa, porque ya en su primer mandato impuso tasas a los vinos con una graduación alcolólica inferior a los 14 grados (muchos de los producidos en Aragón se libraron), las distintas Denominaciones de Origen (DO) viven con gran preocupación lo que pueda pasar si finalmente las amenazas de Trump se aplican en marzo.
Ignacio Domingo, el gerente de la Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón (AIAA) cifra la exportación de alimentos y bebidas desde Aragón a Estados Unidos en unos 40 millones de euros y el vino supone el 11% o 12% de esa cifra. "Es el producto que más se vende allí, el resto son dulces y bollería, carnes, conservas vegetales y aceite, pero el oro verde que se exporta desde Aragón se sitúa por debajo del millón de euros", indica.
Sin embargo, asegura Domingo, "para el vino, el mercado norteamericano es muy relevante a nivel de imagen y de marca y el sector en Aragón está mirando con mucha preocupación los movimientos de Trump".
No obstante, hasta marzo, dice, cuando las amenazas del presidente norteamericano podrían convertirse en decreto (una vez el departamento de Comercio se las apruebe), "no se puede hacer una estimación del impacto que pueda tener en las exportaciones desde Aragón ni el gravamen que tendrán sus productos", señala Ignacio Domingo.
José Ignacio Gracia, secretario y director técnico del Consejo Regulador de la D.O. Campo de Borja, reconoce que les preocupa mucho lo que pueda pasar. "Precisamente esta pasada semana tuvimos una reunión con importadores de distintos países y estuvimos analizando lo que se nos viene encima ".
" Estados Unidos es el segundo mercado en volumen para la DO Campo de Borja. El primero es Reino Unido, aunque por 'valor' es el norteamericano porque compran los caldos 'premium'", explica. En total, exportan a Norteamérica, tanto a la costa Este como Oeste, un total de dos millones de botellas, lo que supone más del 20%, añade.
" Es un mercado muy demandante de garnacha, una variedad en la que se han volcado muchos esfuerzos para darla a conocer y de hecho en otoño de este año tenemos, de la mano del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), una actividad de promoción muy importante en Nueva York", explica el director técnico de la D. O. Campo de Borja.
" Si Trump impone aranceles al vino nos puede afectar mucho . En su primer mandato nos libramos porque nuestros caldos suelen tener 14 grados o más y el arancel era para lo que estuviesen por debajo, pero ahora habrá que esperar a ver cómo los concreta", apunta. "Al parecer, piensa aplicarlos país por país y no de forma general al conjunto de la Unión Europea , por lo que habrá que esperar", afirma.
" Estados Unidos sigue siendo el país número uno en importación de vino a nivel mundial para España, Francia, Portugal, Argentina, China, Sudáfrica o Australia. Son muy buenos importadores y consumidores. Y tienen ciudades icónicas como Nueva York, el altar mundial del vino por eso nos preocupa mucho lo que haga Trump y lo seguimos con atención", recalca Gracia.
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La incertidumbre llena botellas
Mientras se concreta la política de aranceles anunciada, desde la D. O. Borja van a continuar con su calendario de promoción de la garnacha con la que viajarán esta primavera a Alemania, Suiza y el Reino Unido y ya en otoño a Nueva York y California en Estados Unidos.
El presidente de la DO Cariñena , Antonio Ubide, muestra también su malestar y preocupación ante los aranceles anunciados por Trump. En su caso exportan un millón y medio de botellas a Estados Unidos. "Es nuestro quinto o sexto mercado en valor, precedido por Alemania o el Reino Unido". Recuerda que ya con el anterior mandato de Trump y su gravamen al vino perdieron lo que se había ganado en mercado en diez años" y teme que ahora vuelva a pasar lo mismo.
" Con estas guerras comerciales, a la agroalimentación en los países del sur de Europa como España, nos va a ir muy mal" . Y en el caso concreto del vino ante "la mayor oferta y la menor demanda", si se pierde el mercado norteamericano, "tendremos un problema".
"Los importadores de Estados Unidos no quieren saber nada de aduanas ni de complejidades y todo lo que no sea marca prioritaria, se lo quitarán de encima y ya está", anticipa.
En cuanto a la búsqueda de mercados alternativos a Estados Unidos, Ubide explica que no es tan sencillo: "Primero porque ya hay muchos haciéndolo y luego porque recacomodar una oferta en una demanda que no existe es muy complicado ", advierte. "No hay exceso de demanda de vino ni en Centro Europa ni en China por lo que con los aranceles si Estados Unidos los acaba imponiendo, se perderá un nicho importante, habrá artificialmente un exceso de oferta y nos bajará el valor del mercado a todos los productores".
Lo que le gustaría, dice Ubide, es que "hubiera una respuesta solidaria y contundente por parte de Europa", pero no está seguro de que ocurra porque "siempre utilizan la agricultura, que da trabajo a tres millones de personas, como moneda de cambio ".
Asi pues, concluye, seguirán expectantes las bodegas de la D. O. Cariñena a lo que decida el departamento de comercio de Estados Unidos, "un gran consumidor de vino" que puede hacer tambalear esta industria y otras del sector agroalimentario, con el efecto añadido del " perjuicio que causará a miles de consumidore s, que verán incrementado el precio de los productos" y no serán solo los norteamericanos sino los de muchos otros países, avisa.
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