El sector de la alimentación ecológica echa raíces en España

16/07/2018
En: abc.es
Digital
Preservar la fertilidad del suelo y reconstruirlo de manera natural, no usar químicos ni productos de síntesis que perjudiquen al medio ambiente, usar responsablemente los acuíferos, rotación de cultivos, y gestión de plagas sostenible son algunos de los principios innegociables de la agricultura ecológica. La concienciación de llevar una vida saludable y el cuidado del medioambiente hacen cada vez más fuerte y visible al «sector bio» que exhibe un buen semblante e incrementa su facturación con el correr de los años. Somos lo que comemos, y los productos orgánicos ya no son cosa de algunos pocos. España es primero en producción a nivel europeo y el consumo está en alza. Los millennials son la vanguardia y las grandes cadenas de supermercados se suman a la creciente ola verde. Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) explican que la producción ecológica se encuentra regulada en España desde 1989. Pero no fue hasta el año 1993 cuando entró en aplicación el primer Reglamento comunitario. La producción ecológica también llamada biológica u orgánica es un sistema de gestión y producción agroalimentaria que combina las mejores prácticas ambientales junto con un elevado nivel de biodiversidad y preservación de los recursos naturales. Como distintivo para que el consumidor pueda diferenciar los productos ecológicos, todas las unidades envasadas llevan impreso el logotipo de la UE, el código numérico de la entidad de control y los términos específicos de producción ecológica. En palabras de Diego Roig, director de la consutora especializada Ecological.Bio, «la normativa europea busca homogeneizar un sistema de producción más limpio, que use menos químicos y que tenga un especial cuidado en la cría de los animales, entre otras cosas. Es un fenómeno que está ocurriendo a nivel mundial y que cada vez tiene más adeptos». Sucede lo mismo en España. Un reciente informe del Mapama junto a la consultora GfK revela que el mercado ecológico nacional creció un 12,55% en 2016, últimos datos estadísticos disponibles. Y asegura que España ha entrado en el «top 10» mundial en términos de volumen de mercado interior (con 1.686 millones de euros facturados). Esto se traduce en un importante aumento del número de consumidores y del consumo per cápita nacional. Vale mencionar que EEUU. encabeza la lista con un volumen total de mercado de 38.938 millones de euros. Según Roig, el sistema de producción convencional tiene una serie de ineficiencias medioambientales que hay que corregir. Respecto a la agricultura ecológica, el nuevo modelo de producción ayuda en términos de sostenibilidad y menor contaminación del planeta. Además, el representante de Ecological.Bio asegura que los consumidores están cada vez más preocupados por su salud. «Parte de la población entiende que a través de la alimentación ecológica se pueden evitar una serie de enfermedades vinculadas a los químicos asociados con la producción tradicional», explica. El incremento de la inquietud por una vida sana y una alimentación equilibrada, liderada por la generación millenial, pero cada vez más extendida en toda la sociedad, juega a favor de una industria que ya ha echado sólidas raíces en nuestro país. Números en alza«El sector encara el futuro con perspectivas muy positivas con el objetivo de consolidar el crecimiento actual y alcanzar los 2.000 millones de volumen de mercado para el próximo año», dice un estudio denominado «El sector ecológico en España 2018», publicado por la consultora ecológica. Por el momento, el porcentaje de consumo de productos «verdes» en España significa el 1,69% del mercado total de alimentación, aún lejos de las principales economías consumidoras. En la actualidad, Dinamarca lidera la clasificación mundial como el país con mayor porcentaje de consumo ecológico, seguida por Luxemburgo, Suiza y Austria. En el país danés, el 9,7% de las ventas totales de alimentación son de producción ecológica. El informe subraya que el gasto per cápita en España ha aumentado un 12,58%, y asciende a 36,33 euros por persona. Respecto a este indicador, nuestro país se ubica en la posición 18 de un ranking mundial liderado por Suiza (274 euros), Dinamarca (227 euros) y Suecia (197 euros). «Estos datos son muy positivos porque el consumo de productos bio ha dejado de ser una moda para convertirse en una tendencia, y año a año el crecimiento del mercado interior es a doble dígito», señala Roig. Los expertos destacan que uno de los principales frenos tradicionales para el desarrollo de esta industria la falta de accesibilidad y de disponibilidad del producto se ha corregido con el crecimiento del canal especializado. Pero también sobre todo por la creciente apuesta de las marcas de gran consumo por la categoría bio y la llegada de estos productos a los estantes de las grandes superficies comerciales. Esta situación abre un mundo de nuevas posibilidades a los productos bio y anuncia un proceso de reestructuración de los canales comerciales en los que herbolarios y ecotiendas compiten con nuevos actores. Tanto el aumento del consumo como las perspectivas de crecimiento sectoriales no han pasado inadvertidos para la industria alimentaria y los inversores. «Grandes empresas del sector agroalimentario nacional e internacional han realizado importantes inversiones financieras en empresas bio con el objetivo de posicionarse en un sector de alto potencial de crecimiento», relata el CEO de Ecological. Junto al crecimiento sectorial se ha desarrollado una iniciativa de acompañamiento a nivel administración pública, imprescindible para fortalecer la competitividad empresarial, el aumento de conocimiento de la población sobre este tipo de productos y la mejorara de su comercialización. En concreto, el Mapama ha lanzado una «Estrategia para la Producción Ecológica 2018-2020», cuyas principales líneas de acción son fomentar el consumo interno y mejorar la comercialización de productos ecológicos; contribuir a una mejor vertebración sectorial de la producción ecológica; apoyar el crecimiento y consolidación de la producción ecológica, con especial atención a la ganadería ecológica y al sector industrial; y estudiar el papel de la producción ecológica en la política de medio ambiente y adaptación al cambio climático. Los esfuerzos empresariales empiezan a dar sus frutos. Otro hito para el sector en España lo confirma: su liderazgo europeo en producción y el quinto puesto mundial en superficie agrícola dedicada a lo orgánico; más del doble que en 2007 y seis veces más que en el año 2000. Según Eurostat, el área orgánica total en 2016 en la UE-28 rondaba los 11,9 millones de hectáreas y se espera que crezca en los próximos años. El área orgánica total «es la suma del área en conversión y el área totalmente convertida». Para que un terreno adquiera estas características debe someterse a un proceso de conversión que puede demorar de dos a tres años dependiendo del cultivo. Hay que destacar que cuatro Estados representaron más de la mitad de las tierras cultivadas orgánicamente en 2016: España (16,9%), Italia (15,1%), Francia (12,9%) y Alemania (9,5%), es decir, el 54,4% del total. Futuro promisorioDesde Ecological.Bio aseguran que han sido muchas las empresas agroalimentarias nacionales e internacionales las que se han lanzado a la categoría bio en los últimos tiempos. «Los grandes operadores están viendo el movimiento del sector. Las cadenas de supermercados están haciendo accesible el producto para el consumidor, cosa que no existía hace unos años y que contribuye al desarrollo del sector», dice Roig. El crecimiento de herbolarios y las ecotiendas es notorio, incrementa la oferta y refleja un crecimiento positivo. Una de las características de la producción ecológica española es el aumento tanto en las exportaciones como en las importaciones. Las exportaciones de productos orgánicos alcanzaron los 890 millones de euros en 2016 y las importaciones llegan a los 596 millones. Son cifras que suponen un aumento de las exportaciones del 51% en los últimos cinco años y del 196% en el caso de las importaciones. En el último año computado, las exportaciones han crecido cerca del 14,5% en relación al año anterior, pasando de 778 millones de euros en 2015 a los 891 de 2016, mientras que las importaciones siguen un ritmo de crecimiento aún mayor con un aumento del 38,3% en el mismo periodo. «Estamos exportando cereales, frutas, verduras, aceites, pero importamos productos elaborados de valor añadido porque aquí no se encuentran alternativas. Es uno de los principales retos que debe enfrentar la industria para encontrar un equilibrio entre lo que se vende fuera y lo que se trae», explica el director de Ecological.Bio. Tareas pendientes y retos en el horizonte cercano para un sector bio que ha echado raíces en un territorio fértil para seguir creciendo.
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