CAMPO
El sector agrario de Vegas Altas comienza el nuevo año pendiente del cielo
La falta de lluvias preocupa de cara a un 2022 que se presenta con incertidumbre. Los productores de la comarca hablan de un «buen 2021» para el sector agroganadero
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Un agricultor recoge la cosecha de este año con su máquina cosechadora en una de sus parcelas. S. S.
Pendientes del cielo. Así encaran los agricultores y ganaderos de la comarca de las Vegas Altas el nuevo año 2022 , que se presenta como acabó el 2021, es decir, con incertidumbre en cuanto a precios, con los insumos por las nubes y con la atención puesta en unas lluvias que hasta ahora han sido escasas y que ponen en jaque las campañas de numerosos cultivos de cara a los próximos meses en la comarca.
Y todo ello después de un 2021 que en términos generales puede considerarse como positivo para el sector agrario, no solo comarcal, sino también regional. Al menos eso es lo que afirman desde dos de las principales asociaciones agroganaderas de la comarca como son la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Villanueva de la Serena (Agryga) y la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Don Benito y Comarca a través de sus portavoces Herminio Íñiguez y Natalia García-Camacho , respectivamente.
En este sentido, por cultivos, la fruta, el tomate y el maíz son los que probablemente han tenido mejores rendimientos en términos de producción a lo largo del pasado año. Por un lado, en cuanto a la fruta, García-Camacho reconoce que las previsiones para la campaña eran muy positivas. Hubo buena producción (excepto en Vegas Bajas), pero los precios fueron más bajos de lo esperado a la hora de la comercialización.
La ciruela, principal cultivo frutícola de la región, tampoco ha vivido su mejor año en la comercialización, ni tan siquiera con la apertura del mercado brasileño. En este sentido, la dirigente cree que es «urgente» que el sector se replantee el cultivo y comience a contemplar nuevas alternativas como el kiwi después de encadenar ya varias campañas por debajo de lo esperado. Íñiguez, por su parte, considera que la campaña frutícola ha sido especialmente buena en algunas variedades, aunque coincide en que los precios no han acompañado en todas ellas.
Buena campaña tomatera
El tomate, principal cultivo de la comarca , también ha vivido un 2021 cuyo balance es positivo. Las producciones alcanzaron medias que superaron los 90.000 kilos por hectárea en un año en el que se han vuelto a superar los dos millones de toneladas producidas en Extremadura, principal región productora del país. Todo ello en una campaña en la que los precios también fueron superiores a los del año pasado, aunque «insuficientes» a juicio del sector y a tenor de la considerable subida de los costes de producción. «Las OPFH no han sabido negociar los precios con las fábricas y han estado por debajo de lo deseado», lamenta Íñiguez.
También fue buena la campaña de maíz y cereal de invierno . Hubo buenas producciones y buen precio, aunque de nuevo la subida de los costes volvió a lastrar la rentabilidad de los productores en una campaña que afrontaban con especial optimismo. «Al final, la subida de los precios no se ve reflejada en lo que le llega al agricultor», apunta Natalia García-Camacho en este sentido. Peor sensación ha dejado la campaña de la almendra, cuyos precios se han situado en unos valores «muy bajos debido a la pandemia», apunta García-Camacho, y añade que confía en que «puedan repuntar de cara a este 2022». La aceituna, por su parte, ha dejado buenas producciones y buenos precios en almazara.
Estabilidad en el arroz
El arroz, a falta de conocer cotizaciones finales, ha presentado unos resultados ligeramente inferiores en producción, aunque desde el sector remarcan que la campaña ha estado «dentro de la normalidad» gracias también a la labor desempeñada por los agricultores con la siembra directa y el consecuente ahorro de agua. Y en cuanto a la ganadería, poco extendida en la comarca, el balance que hace Natalia García-Camacho es bueno para el subsector del porcino, que tras un inicio complicado de año logró reponerse a lo largo del 2021.
Pero donde mayor temor y preocupación hay por parte de los agricultores y ganaderos es en el agua . A día de hoy, los embalses del Orellana y el Zújar se encuentran a un 59,7 y 52,6% cada uno. En este sentido, Natalia García-Camacho ve como «muy preocupante», la previsión de recortes de hasta un 20% de cara a la próxima campaña de riego siempre y cuando los próximos meses sigan siendo especialmente secos.
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