En este municipio, además, se elaboran algunos de los mejores claretes del mundo Castilla y León cuenta con 2.248 municipios , todos ellos singulares y con una gran historia detrás. Localidades que presumen de un patrimonio importante, de su gastronomía, sus gentes o de una naturaleza que invita a descansar y desconectar del mundanal ruido. Pero también hay pueblos que destacan y son reconocido mundialmente por otras cuestiones, ya sea por el vino, el cereal, la ganadería o la industria láctea, como es el caso que ocupa a estas líneas. El potencial del sector lácteo de Castilla y León, que representa una cifra de negocio superior a los 2.000 millones de euros y genera en la Comunidad más de 6.000 empleos, además de tener unas ventas al exterior que han aumentado un 45 por ciento en los últimos cinco años, ocho puntos más que la media nacional. Y dentro de esta destaca la quesera, donde Castilla y León se sitúa a la cabeza en el conjunto nacional, elaborando uno de cada tres quesos de los producidos en el conjunto del país, y por constituir un elemento clave de apoyo al desarrollo rural, al sector ganadero y a la fijación de población. Además, en la Comunidad se produce cerca del 60 por ciento de la leche de oveja de España , con la provincia de Zamora a la vanguardia. Y es que Castilla y León puede presumir de tener un pueblo en el que existe una empresa que es la más antigua de España en la elaboración de quesos. De hecho, la actual Mantequerías Arias elabora la marca de queso Boffard que pasó a formar parte de esta empresa en el año 1998, pero que en el año1882 recibió por parte del Rey Alfonso XII el título de proveedor oficial de la Casa Real. Desde entonces, Boffard ha estado íntimamente ligado a las más altas exigencias de calidad , y continúa fabricándose en un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid siguiendo los métodos tradicionales de elaboración con prensado en paños de algodón. De hecho, según explican en la web de mantequerias Arias, durante su tiempo de maduración en bodega y dependiendo variedad, es volteado, cepillado y bañado en aceite hasta tres veces según la receta tradicional de los pastores castellanos. Y este pueblo es Corcos del Valle, un municipio de poco más de 200 habitantes, cuya fábrica se instaló ya hace 28 años en una parcela de 45.000 metros con una superficie construida de 8.500 metros cuadrados. En ella se siguen usando métodos tradicionales que ya seguían los pastores castellanos hace más de 100 años. Pero este municipio cercano a Valladolid es más que esta marca de quesos, ya que se caracteriza también por sus viñedos y por ser una de las zonas donde se elaboran algunos de los mejores vinos de la DO. Cigales, que destaca por sus rosados y claretes de gran calidad. De hecho, el municipio se encuentra inmerso entre los Montes Torozos y la Ribera del Pisuerga, y es lugar propicio para la visita de bodegas en las que probar el espectacular clarete de la zona. Un pueblo que tiene tres núcleos de interés histórico como Corcos del Valle, Palazuelos el Viejo y Aguilarejo , donde se puede disfrutar también de varias joyas arquitectónicas, como la Iglesia de Santa María la Mayor, de piedra, donde se erige formidable su portada, y conserva un retablo dedicado a San Roque y una escalera de caracol hecha en piedra de una sola pieza para subir a la torre. También hay que visitar la esclusa 40 del Canal de Castilla, u n lugar paradisiaco y el Monasterio de Santa maría de Palazuelos, ubicado entre Corcos y Cabezón de Pisuerga. El templo del desaparecido Monasterio Cisterciense de Santa María de Palazuelos es Monumento histórico Artístico (BIC) desde el 3 de junio de 1931. Sus restos se localizan al nordeste de Valladolid, a unos 19 kilómetros de la capital, y a 2,5 km al norte de Cabezón de Pisuerga , junto al Canal de Castilla, en la margen derecha del río Pisuerga. El monasterio fue lugar importante en la historia pero la Desamortización de Mendizábal acabó con su grandeza y esplendor. Dentro del monasterio destaca la iglesia, construida en estilo románico, con cabecera de estilo cisterciense, capiteles góticos y tramos de la nave en estilo herreriano. Tiene tres amplias naves separadas por pilares cuadrados que sustentan arcos de medio punto y que son divididas en cinco tramos. Las bóvedas son de crucería del XVI. En el interior, la magnífica capilla sepulcral de Santa Inés en donde están enterrados tanto el fundador como su familia.