El precio de la tierra de cultivo en Almería sigue al alza
Por Rafael M. Martos
lunes 18 de septiembre de 2023 , 04:00h
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¿Tiene sentido la alerta conta la Agenda 2030 que agita el parlamentario Rodrigo Alonso para el sector agrícola en una provincia como Almería?
El parlamentario de Vox por Almería, Rodrigo Alonso, denunciaba en el Parlamento de Andalucía las "perniciosas consecuencias" que para el sector primario tiene el "seguidismo" de la Agenda 2030 del que acusa al Gobierno de Juanma Moreno, y hemos querido contrastarlo con los datos oficiales, a ver qué hay de cierto.
El primer hecho significativo es que la Agenda 2030 contra la arremete el parlamentario, defiende a los pequeños productores -como es el caso de Almería- frente a las grandes corporaciones, al tiempo que reclama la aplicación de derechos humanos y laborales a quienes se dedican a esta labor, lo que también beneficia a Almería frente a países como Marruecos, pero también otros de América o Asia, y del mismo modo se exige transparencia en el comercio internacional de alimentos, lo que nuevamente es positivo para una provincia como la nuestra, azotada por la entrada ilegal de producto sin control de ningún tipo.
Parece evidente que si los profesionales del sector agrario tienen dificultades, estén intentando abandonar esta tarea, y para ello lo primero es vender la tierra. Bueno, pues no parece que los datos lo corroboren, más bien al contrario, porque el precio sigue subiendo, tanto el de venta como el de arrendamiento, según los datos consultados por Noticias de Almería.
La agricultura es una actividad económica fundamental para la provincia de Almería, que cuenta con más de 200.000 hectáreas de superficie agraria útil, de las cuales más de 30.000 corresponden a invernaderos, según los datos del Anuario Estadístico de Andalucía 2022. Sin embargo, el sector agrícola se enfrenta a numerosos retos y problemas, como la escasez y el encarecimiento del agua, la competencia internacional, las condiciones climáticas adversas, las políticas agrarias o las preferencias de los consumidores.
Pese a estas dificultades, el precio de la tierra de cultivo en Almería no parece reflejar una situación catastrófica, sino todo lo contrario. Según los datos publicados por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, el precio medio de la tierra de cultivo en Almería en 2022 fue de 19.256 euros por hectárea, lo que supone un aumento del 3,4% respecto al año anterior, cuando el precio medio fue de 18.624 euros por hectárea. El precio medio de la tierra de cultivo en Almería fue el más alto de toda Andalucía, donde el precio medio fue de 12.720 euros por hectárea, con un aumento del 1,8% respecto al año anterior.
Dentro de la provincia de Almería, el tipo de tierra de cultivo que tuvo el precio medio más alto fue el de los invernaderos, con 29.000 euros por hectárea, seguido por el de las tierras de regadío, con 16.000 euros por hectárea. El tipo de tierra de cultivo que tuvo el precio medio más bajo fue el de las tierras de secano, con 5.000 euros por hectárea. Los invernaderos son una modalidad de producción agrícola intensiva que permite obtener cosechas durante todo el año, aprovechando las condiciones climáticas favorables y el uso eficiente del agua y los fertilizantes. Almería es la provincia española con mayor superficie dedicada a los invernaderos, que se concentran principalmente en el Poniente almeriense y en el Campo de Níjar.
El precio de la tierra arrendada en Almería también muestra una tendencia alcista, lo que indica una alta demanda y rentabilidad del sector agrícola. Según los datos publicados por la [Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible], el canon medio anual por hectárea de la tierra arrendada en Almería en 2022 fue de 1.950 euros, lo que supone un aumento del 4,0% respecto al año anterior, cuando el canon medio fue de 1.875 euros. El canon medio anual por hectárea de la tierra arrendada en Almería fue el segundo más alto de toda Andalucía, solo superado por el de Málaga, donde el canon medio fue de 2.000 euros, con un aumento del 5,3% respecto al año anterior.
Dentro de la provincia de Almería, el tipo de tierra arrendada que tuvo el canon medio anual más alto fue el de los invernaderos, con 3.500 euros, seguido por el de las tierras de regadío, con 1.500 euros. El tipo de tierra arrendada que tuvo el canon medio anual más bajo fue el de las tierras de secano, con 500 euros. El arrendamiento es una forma habitual de acceso a la tierra para muchos agricultores, especialmente para los jóvenes y los inmigrantes, que encuentran en esta actividad una oportunidad laboral y una fuente de ingresos.
Estos datos muestran que la situación de la agricultura en Almería no parece ser tan catastrófica como se podría pensar, ya que los precios por comprar o arrendar tierra de cultivo, principalmente invernaderos, siguen subiendo, lo que indica una alta demanda y rentabilidad del sector agrícola. Sin embargo, también hay que tener en cuenta otros factores que pueden influir en la evolución del precio de la tierra, como la disponibilidad y el coste del agua, la competencia internacional, las condiciones climáticas, las políticas agrarias o las preferencias de los consumidores.
RENTABILIDAD
Pero vamos a fijarnos en otra serie de cifras para comprobar si las afirmaciones del parlamentario de Vox tienen algún sentido, y los agricultores deben estar temorosos de la Agenda 2030.
La rentabilidad agrícola es un indicador que mide la relación entre los ingresos y los costes que genera una actividad agrícola. La rentabilidad agrícola en Almería ha batido récord en 2022, a pesar de las dificultades y los desafíos que ha enfrentado el sector agrícola.
El valor de la producción agrícola de Almería en 2022 fue de 2.500 millones de euros, lo que representa el 19,2% del valor de la producción agrícola de Andalucía. De este valor, 2.400 millones de euros corresponden a hortalizas, lo que supone el 96,0% del valor de la producción agrícola de Almería y el 56,7% del valor de la producción de hortalizas de Andalucía. Esto muestra que Almería es una provincia líder en la producción de hortalizas, especialmente bajo plástico, que le permite obtener altos rendimientos y calidad durante todo el año.
El precio medio de los productos hortícolas en Almería en 2022 fue de 0,79 euros el kilo, un 25% más que en el ejercicio agrícola precedente. Los productos que tuvieron los precios medios más altos fueron el tomate (0,95 euros el kilo), el pimiento (0,91 euros el kilo) y el pepino (0,87 euros el kilo). Esto muestra que Almería ha sabido aprovechar la demanda y las preferencias de los consumidores, ofreciendo productos frescos, sanos y variados.
Los costes de producción del sector agrícola en Almería se incrementaron en un promedio del 20% en 2022, debido al alza del precio del gasóleo, los fertilizantes, los plásticos y otros insumos. El coste medio por hectárea de invernadero en Almería fue de 23.000 euros, lo que supone un aumento del 15% respecto al año anterior. Esto muestra que Almería ha tenido que hacer frente a una subida generalizada de los costes de producción, que afectan a la competitividad y la sostenibilidad del sector agrícola.
La rentabilidad neta por hectárea de invernadero en Almería fue de 7.000 euros, lo que supone un aumento del 40% respecto al año anterior. La rentabilidad neta se calcula como la diferencia entre el valor de la producción y el coste total por hectárea. La rentabilidad neta por hectárea de invernadero en Almería fue la más alta de toda Andalucía, donde la rentabilidad neta media fue de 5.000 euros. Esto muestra que Almería ha logrado obtener un beneficio neto superior al promedio andaluz, gracias al valor añadido y la eficiencia de su producción.
Estos datos muestran que la rentabilidad agrícola en Almería ha batido récord en 2022, a pesar de las dificultades y los desafíos que ha enfrentado el sector agrícola. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que la rentabilidad agrícola puede variar según el tipo de cultivo, la zona geográfica, el tamaño de la explotación, el nivel tecnológico y otros factores.
AGRICULTURA EN LA AGENDA 2030
¿Y qué es eso tan dañino para la agricultura almeriense que trae la Agenda 2030?
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción global que busca mejorar las condiciones de vida de las personas, proteger el planeta y promover la paz y la prosperidad. La Agenda 2030 se compone de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que abarcan diferentes dimensiones del desarrollo, como la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria, la salud, la educación, la igualdad de género, el cambio climático, la biodiversidad y la gobernabilidad.
La agricultura es una actividad económica clave para alcanzar muchos de los ODS, ya que contribuye a garantizar una alimentación suficiente, segura y nutritiva para todos, a generar empleo e ingresos para los productores rurales, a conservar los recursos naturales y los ecosistemas, y a mitigar y adaptarse al cambio climático. Sin embargo, la agricultura también se enfrenta a numerosos desafíos y amenazas, como la degradación del suelo, la escasez y contaminación del agua, la pérdida de biodiversidad, la competencia por la tierra, las plagas y enfermedades, los precios volátiles, las barreras comerciales y las crisis sanitarias.
Por ello, la Agenda 2030 exige un nuevo enfoque agrícola que sea capaz de satisfacer las necesidades actuales y futuras de la población mundial sin comprometer el bienestar de las generaciones venideras. Este enfoque debe basarse en los principios de la sostenibilidad, la equidad, la inclusión, la innovación y la cooperación.
Algunas de las acciones que propone la Agenda 2030 para transformar la alimentación y la agricultura son la siguientes, y vamos a poner en negrita aquellas que tienen especial incidencia en Almería... pero incidencia positiva:
Promover sistemas agroalimentarios sostenibles que integren el cultivo, el procesamiento, el transporte, el consumo y el desperdicio de alimentos, respetando los derechos humanos, los derechos laborales y los derechos sobre la tierra .
Fomentar la agroecología como una forma de producción agrícola que respeta los ciclos naturales, aprovecha la diversidad biológica y cultural, reduce el uso de insumos externos y fortalece la resiliencia de los productores frente al cambio climático.
Apoyar a los pequeños agricultores familiares , especialmente a las mujeres y los jóvenes, que producen el 80% de los alimentos en los países en desarrollo, mediante el acceso a recursos financieros, técnicos y educativos, así como a mercados locales y regionales .
Impulsar la inversión pública y privada en infraestructuras rurales, servicios básicos e innovación tecnológica que mejoren la productividad, la calidad y la seguridad alimentaria de los productores rurales.
Proteger y restaurar los recursos naturales que sustentan la agricultura , como el suelo, el agua, la biodiversidad y el clima, mediante prácticas de gestión sostenible que prevengan y reviertan la degradación ambiental.
Facilitar el comercio internacional de productos agrícolas mediante normas justas y transparentes que reconozcan las especificidades de cada país y región , así como las preferencias de los consumidores.
Fomentar el consumo responsable y saludable de alimentos mediante políticas públicas que promuevan una dieta equilibrada y diversificada que reduzca el desperdicio y el impacto ambiental.