El auge del consumo de medicamentos para reducir peso está modificando las conductas de compra de la población. La recién popularidad como remedio adelgazante de Ozempic, medicamento producido en 2012 con el objetivo de tratar la diabetes tipo 2, ha desatado una carrera entre las farmacéuticas por hacerse hueco en esta oportunidad de mercado, al calor de la cual han surgido otros medicamentos GLP-1 como Wegovy (Novo Nordisk) y Zepbound (Eli Lilly) . Este fenómeno está provocando, de forma paralela, un cambio en la compra de alimentos de dichos usuarios, lo cual está transformando la industria alimenticia. Así, muchas firmas están registrando una mengua en la venta de productos como helados y barritas de chocolate. Por el contrario, hay un alimento que se está reforzando en este contexto: el yogur proteico. En la última conferencia con los inversores, Juergen Esser, director financiero de Danone, aseguró que en el incremento en las ventas registrado en América del Norte había sido provocado por el buen rendimiento de la división de cafés y de los yogures proteicos . Según Esser, estos últimos productos habían experimentado un gran crecimiento debido al fuerte incremento de la demanda, así como a la recomendación de la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense de ingerir yogures proteicos para reducir el riesgo de generar diabetes tipo 2 . Este tipo de yogures contribuyen a la regulación de los niveles de azúcar en sangre, así como a la creación de tejido muscular, favoreciendo la pérdida de peso gracias a la sensación de saciedad derivada de la densidad de su textura. Se erigen así en un complemento ideal para quienes siguen estos tratamientos, los cuales pueden tener efectos secundarios como náuseas o pérdida de cabello, provocados por la falta de proteínas. Así, y aunque Esser no lo mencionara, el éxito de este derivado del producto creado en el Neolítico se debe en gran parte a la fiebre adelgazante provocada por los fármacos GLP-1 (péptido glocagonoide 1, en sus siglas en inglés). Algunos de estos medicamentos, como el Mounjaro de Eli Lilly , son capaces de reducir un 22% el peso de los pacientes en dos meses y medio. El objetivo de estos fármacos es el tratamiento de la diabetes tipo 2, sin embargo, su eficacia como reductor de peso ha provocado que muchas personas lo adquieran sin receta médica. Como consecuencia, se ha llegado a producir escasez de suministro de algunos de ellos, tal y como alertó la Agencia Española de Medicamentos el pasado mes de abril, afectando al tratamiento de personas diabéticas. Este fenómeno está transformando la industria alimenticia, modificación que sí fue abordada por Mark Schneider, director ejecutivo de Nestlé, en una conference call celebrada en abril. En ella, Schneider señaló que la empresa prevé un incremento de nuevos segmentos derivado de los consumidores diabéticos y de fármacos GLP-1 para este año. Concretamente, el jefe de Nestlé afirmó que el auge de los medicamentos GLP-1 impulsará su departamento de salud (Nestlé Health Science), provocando un aumento de las comercializaciones cifrado en 1.500 millones de ventas. Además, Schneider apuntó que este fenómeno 'adelgazante' daba la posibilidad de incrementar el contenido proteico de los productos congelados, orientados "para las personas interesadas en perder peso, tanto si estás en una terapia con fármacos GLP-1 como si no". Teniendo en cuenta que la tasa de obesidad y de sobrepeso en adultos en EEUU (superior al 40% y al 30%, respectivamente), uno de los principales mercados de la industria alimenticia, parece que las empresas del sector han concluido que el fenómeno adelgazante todavía tiene recorrido. Así, Danone anunció a finales de mayo la inversión de 70 millones de euros en su factoría ubicada en los Altos de Francia destinados al desarrollo de la nutrición medicinal.