El monocultivo de cítricos sitúa a la Safor como la comarca más afectada por la crisis del campo
La Conselleria de Agricultura pone el foco en esa falta de diversificación
Un campo de naranjos cultivado, en la Safor. Levante-EMV
Toni Álvarez Casanova. Gandia
Ver noticias guardadas
Hay un dicho que asegura que «no hay que poner todos los huevos en la misma cesta». Esta frase viene a señalar el riesgo que conlleva el hecho de apostar por un solo elemento, bien sea a nivel económico, laboral o de otro ámbito. La diversificación permite que si alguna de las partes falla siempre queda la otra que puede salvar la situación.
Eso es, más o menos, lo que viene a decir la Generalitat sobre la situación del campo en la comarca de la Safor. Un informe elaborado por la Conselleria de Agricultura la sitúa como la zona más afectada por la crisis productiva que está sufriendo el campo en estos momentos. El motivo es, precisamente, esa falta de variedad en los cultivos existentes.
El trabajo, que se enmarca dentro de la Estrategia Valenciana de Regadíos, habla de prácticamente «monocultivo», ya que el 95% de la superficie de riego de la comarca está ocupada por cítricos.
En cifras: existen 12.332 hectáreas de cultivo en toda la Safor. De estas, 6.024 están ocupadas por naranjos (un 49% del total), mientras que 5.663 son de mandarino (46% del total). Además, hay 95 hectáreas destinadas a otras variedades cítricas. En total, por tanto, las variedades cítricas ocupan 11.782 hectáreas. En cambio, la superficie dedicada a otros cultivos es de apenas un 4,5%.
«Esta marcada orientación productiva resulta un problema en el actual contexto de crisis citrícola», asegura, de forma tajante, el estudio de la Conselleria de Agricultura.
En ese sentido, destaca, por ejemplo, la escasa irrupción de variedades como el caqui, con 138 hectáreas, o de cultivos desarrolladas en áreas de marjal, como el arroz, que apenas presenta 72 hectáreas.
En comparación, en la Ribera, los cítricos ocupan algo más de la mitad de la superficie de riego, un 54%, mientras que el caqui supone el 16% del total de la superficie, o la Vall d'Albaida, donde la naranja ocupa solo el 24%, mientras que el caqui llega al 22%.
Escasa agricultura ecológica
Tampoco se ha desarrollado de forma extensa la agricultura ecológica en la Safor como alternativa a la escasa rentabilidad que ofrecen actualmente los cítricos debido a las importaciones que llegan de otros países. De hecho, es una de las comarcas con menor superficie en esta especialidad, según se recoge en el último informe del Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV), que las cifra en 258 hectáreas, con, además, una reducción respecto al año 2020.
El informe destaca el alto grado de abandono de cultivos que existe en la comarca de la Safor, provocado, por una parte, por la falta de rentabilidad del campo desde hace ya varios años, y también por el desarrollo urbanístico, que «durante la primera década del siglo», indica el informe.
Muchos agricultores de la comarca de la Safor apenas sacan ya de sus campos un pequeño porcentaje de todo lo que invierten en ellos a lo largo del año.
Esa situación ha provocado que para los propietarios de parcelas agrícolas lo más sencillo sea abandonar los cultivos.
Así, el informe elaborado por la Conselleria de Agricultura apunta a que, en dos décadas, la comarca de la Safor ha perdido un 26,8% de su superficie de cultivo.
En concreto, en el año 1999 se contabilizaban 16.846 hectáreas, mientras que actualmente existen 12.332, lo que supone una pérdida de más de 4.500 hectáreas.
El estudio elaborado por la Generalitat destaca, además, que existen municipios de la comarca de la Safor como Villalonga, «que presentan unas tasas de abandono de las explotaciones agrícolas superiores al 30%».
Un estudio elaborado por el CDR de Beniarjó y del que se hizo eco Levante-EMV hace unos meses, apuntaba a que, actualmente, la superficie de cultivo en la comarca de la Safor es del 27%, cuando un par de décadas antes había llegado a ser del 48%.
En breves semanas acabará una nueva temporada citrícola en la que muchos agricultoresde la comarca de la Safor se plantearán qué hacer en un futuro con sus campos, toda vez que la rentabilidad es cada vez menor y los kilos de fruta que se quedan en los árboles o tirados por el suelo cada vez mayor.
De hecho, hay quienes consideran que, con lo que les dan por el género, les merece más la pena que se quede en los árboles, lo que deriva finalmente en el abandono de las tierras.
La superficie de riego desciende casi un 30% en dos décadas
Localidades como Villalonga han visto como desaparecía el 30% de su cultivo
T.ÁC. Gandia