La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta estudia la influencia de factores como las distintas frecuencias y periodos de riego, las lluvias de invierno o el manejo de la superficie foliar del viñedo para mejorar la producciónn y calidad de uva de la variedad Tempanillo a través de la gestión hídrica. VALLADOLID, 13 (EUROPA PRESS) La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta estudia la influencia de factores como las distintas frecuencias y periodos de riego, las lluvias de invierno o el manejo de la superficie foliar del viñedo para mejorar la producciónn y calidad de uva de la variedad Tempanillo a través de la gestión hídrica. El análisis de la calidad de la uva de esta variedad se ha llevado a cabo en la DO Ribera del Duero, en el marco de un proyecto nacional, financiado por la Agencia Estatal de Investigación, que abarca ensayos con cuatro variedades de uva tintas, según ha detallado el Ejecutivo autonómico en un comunicado recogido por Europa Press. La mejora del rendimiento del sector vitícola desde una perspectiva multidisciplinar es uno de los objetivos que persigue el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl). La Junta ha señalado que son "muchos" los factores que influyen en el correcto desarrollo del viñedo, tales como la frecuencia de riego, el perfil del suelo, la influencia de las lluvias de invierno o el correcto manejo de la superficie foliar son determinantes para el crecimiento de la planta y la calidad de la uva. PROYECTO DE MEJORA En este marco, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural comenzó hace casi tres años un proyecto encaminado a la mejora de la producción y la calidad de la variedad tempranillo, conducida en espaldera, en la Denominación de Origen Ribera del Duero. El objetivo de este estudio es mejorar la gestión hídrica a través de distintas frecuencias de riego estival deficitario y de riego de invierno, así como por medio de técnicas de manejo de la superficie foliar del viñedo, para incrementar la eficiencia en el uso del agua, regular la producción, optimizar el microclima de la cepa y aumentar la calidad de la uva, considerando los efectos que el incremento de temperaturas en los últimos años tiene sobre la viticultura. Este estudio se enmarca en el proyecto 'Gestión hídrica y agronómica anual en variedades tintas de vid para mejorar su manejo productivo y cualitativo y disminuir los efectos del cambio climático', que se centra en las variedades de uva tinta Garnacha, Tempranillo, Syrah y Mencía en distintas zonas vitícolas del país. Financiado por el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación, el proyecto está coordinado por el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) y cuenta con la participación, además de Itacyl, del Instituto Técnico Agronómico Provincial de Albacete (ITAP) y la Universidad de Santiago de Compostela (USC). GESTIÓN DE RIEGO DEFICITARIO En Castilla y León los trabajos se centran en la variedad Tempranillo en una triple vertiente. Por un lado, se están analizando aspectos relacionados con el régimen hídrico del viñedo y viendo cómo influyen las distintas frecuencias y periodos de riego en el desarrollo de la planta. No sólo desde el punto de vista de la gestión eficiente del agua, sino también teniendo en cuenta aspectos como la fenología de la vid, su proceso de maduración o el rendimiento y la calidad de la uva. Se han aplicado tres tratamientos experimentales con distintas frecuencias de riego para definir qué ventajas aporta cada una de ellas al viticultor y se han observado resultados interesantes, aunque será el perfil del suelo el que determine la mejor estrategia, por lo que es fundamental que el viticultor analice y evalúe este factor para tomar la decisión más adecuada para su viñedo. SISTEMA DE SOMBREO Por último, se estudian aspectos relacionados con el manejo de la superficie foliar que constituye el dosel vegetal, para contrarrestar los posibles incrementos de la temperatura, que provoquen que el periodo de maduración se adelante los meses de verano, lo que causa un efecto adverso en la calidad de la uva, relacionado con los compuestos que influyen en la composición, el color y el aroma del vino, como son azúcares, ácidos orgánicos y compuestos fenólicos. En este sentido, desde Itacyl se trabaja con la instalación de un sistema de soporte en la parte superior de la espaldera que contribuya a la apertura de la superficie foliar y ayude a modificar las condiciones microclimáticas del viñedo a través del sombreo de la parte basal del dosel, para contrarrestar así los excesos térmicos en la zona de racimos de la cepa. Los primeros análisis arrojan resultados muy prometedores que contribuyen a moderar el régimen térmico de la planta y, consecuentemente, favorecen un desarrollo más apropiado de la misma y una mejora de la calidad de la uva.