Las condiciones climáticas favorables, como la que ha vivido Andalucía occidental la pasada primavera -con muchas precipitaciones seguidas de días con altas temperaturas- ha sido el caldo de cultivo perfecto para la expansión del mildiu, un hongo que está latente en la tierra, pero que despierta ante situaciones climatológicas como estas y que ataca a los racimos de uva y a las hojas de la vid. Este año, su repercusión está siendo especialmente dañina en las provincias de Cádiz, Málaga y, sobre todo, Huelva. Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha alertado sobre el efecto que puede tener en la cosecha final y sobre los costes, que se han disparado esta campaña. "En los 14 años que llevo en este sector, este es que está teniendo más incidencia, aunque ciertamente afecta de manera desigual a pagos y fincas. En el caso de Trebujena, el 95% de las parcelas cuenta con mildiu y en Jerez también es alta, aunque hay distintos grados de gravedad", señala José Manuel Sánchez, presidente sectorial de vino de Cooperativas en Cádiz y presidente de Virgen de Palomares de Trebujena. En cualquier caso, asegura que la presencia de este hongo no significa que haya pérdidas absolutas de la producción, aunque sí en un porcentaje alto. Asimismo, en el caso de sus propias parcelas, las viñas más jóvenes han sufrido más su impacto, hasta en un 60%, mientras que las más viejas han resistido mejor (al 15%), a pesar de haber sido tratadas con los mismos fitosanitarios. Tratamientos preventivos Cooperativas estima que este hongo causará pérdidas de hasta el 80% de la producción estimada en algunas zonas productoras como el Condado de Huelva, la más perjudicada. "En la zona de Montilla (Córdoba), las 3.900 hectáreas de viñedo han sufrido ataque de mildiu en menor o mayor medida, por lo que se estiman pérdidas de hasta el 40% de la cosecha, con la variedad de uva Pedro Ximénez como la más afectada y de la que, prácticamente, no se espera producción", destacan desde la entidad. Por su parte, en el Marco de Jerez (Cádiz), pese a que aún están realizando conteos, se estima que hasta el 90% de las explotaciones están afectadas, con alrededor del 40% de los racimos de uva dañados. "El año que el mildiu entra fuerte no es fácil de controlar porque, de hecho, esta campaña lo hemos tratado de manera preventiva con dos o tres tratamientos pero se han dado condiciones muy extremas que han provocado un caldo de cultivo perfecto", subraya Sánchez, quien lamenta que hay bodegas que han perdido toda la cosecha. "Situación crítica" "La situación es crítica y el varapalo va a ser tremendo para un sector, el del vino, resentido tras las últimas campañas, en las que la falta del relevo generacional en el viñedo y la falta de rentabilidad en el sector, están mermando la superficie y provocando el abandono de explotaciones", señalan desde Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía. En este sentido, destacan que los costes en fitosanitarios "se están disparando sobremanera", pues si en una campaña normal se afrontan entre tres o cuatro tratamientos para frenar al mildiu, en la actual se están realizando ocho, en muchos casos, sin resultados. Ante este horizonte sombrío, la federación ha hecho un llamamiento para "continuar trabajando por la concentración de la oferta en el modelo cooperativo, para ganar músculo y hacer frente a los retos de las cooperativas vitivinícolas. Entre ellos, seguir investigando con variedades de uva mejor adaptadas a las condiciones climáticas, abrir nuevas vías de comercialización de los vinos cooperativos para sortear los conflictos geopolíticos, crecer en el embotellado y envasado e innovar en formatos y tipologías de vinos para adaptarse a los gustos de los nuevos consumidores".