El futuro de la remolacha, en el aire: el cultivo social que fue perdiendo fuerza en Andalucía y vislumbra su final

06/10/2025
En: elcorreoweb.es
Digital
Un cúmulo de circunstancias que se han alargado en el tiempo han dado al traste con uno de los cultivos más sociales de Andalucía. La remolacha desaparecerá de las parcelas del Bajo Guadalquivir en 2026 a causa del anuncio realizado por Azucarera de que esta campaña no habrá producción en su fábrica de Jerez de la Frontera, la única que permanece abierta en la comunidad. Esta semana es clave para dirimir el futuro de la planta y despejar la duda de si se trata de una decisión coyuntural o definitiva. El consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, recibirá estos días a representantes de la compañía --que está en manos desde hace más de 16 años de Associated British Foods (ABF), matriz del grupo textil Primark, quien adquirió esta industria a Ebro Puleva- para conocer el alcance de su medida. Hay que recordar que en la década de los sesenta del pasado siglo abrieron varias factorías en Andalucía al calor de las hectáreas destinadas a la remolacha, lo que supuso la apertura en la Azucarera del Guadalquivir (San José de la Rinconada); Azucarera de San Fernando (Tocina); la Azucarera San Rafael (Córdoba); Jédula (Arcos de la Frontera); Guadalcacín y Guadalete (Jerez de la Frontera), a los que se sumaron El Carpio y Azucareras Reunidas de Jaén (Linares). Solo Guadalete sobrevive, aunque el mazazo que ha supuesto el anuncio de Azucarera hace temer por su futuro. Los agricultores lo tienen claro. "Es un desastre", reconoce Diego Bellido, responsable nacional de Transformados de COAG. Aunque asegura que este anuncio es solo "la puntilla" de una situación que viene de dos décadas atrás. El inicio de la debacle comenzó con la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar, aprobada in extremis como acuerdo político en el Consejo de Ministros de Agricultura de noviembre de 2005. "En estos 20 años se ha perdido el 90% de las hectáreas del cultivo", lamenta Bellido, quien destaca que toda la comarca del Bajo Guadalquivir históricamente estaba dedicada fundamentalmente a la remolacha y el algodón, aunque con el paso de los años se fueron introduciendo nuevos cultivos que han ganado gran peso. Un "drama" para muchos agricultores El problema para los agricultores de la zona ha sido que muchos de ellos ya tenían preparada sus parcelas para sembrar remolacha y ahora se encuentran con la "incertidumbre" de ver a qué dedican esas hectáreas. La previsión era que en esta campaña se destinaran a este cultivo entre 5.500 y 6.000 hectáreas, según Bellido, que recuerda que está vinculado directamente a ayudas acopladas "que tienen que devolver si no cumplen: un drama", resume. En este sentido, alerta de que se van a quedar campos sin cultivar en la comarca. Los destinados a regadíoque pensaban dedicarse a remolacha no llegan a tiempo de sembrar otros como brócoli, coliflor, cebolla o zanahoria, subraya. "Va a afectar a muchos trabajadores de la zona más allá de los propios agricultores", añade. Un mercado del azúcar "por los suelos" El sector del azúcar ha vivido una nueva reconversión significativa en los últimos tiempos. Hay que recordar que Este año la fábrica de Azucarera asentada en Jerez de la Frontera ha vivido momentos convulsos debido al plan de reestructuración del negocio de esta compañía en España, si bien finalmente apenas iba a tener afectación en la planta de Guadalete -finalmente se vieron incluidos en el ERE 11 trabajadores de los 251 que ha recortado en todo el país-, sobre todo teniendo en cuenta que se han cerrado las factorías históricas de La Bañeza (León) y Miranda de Ebro (Burgos). Según Bellido, la industria se escuda en la caída de los precios del azúcar para llevar a cabo este tipo de medidas, un producto que está "por los suelos". "Que no engañen a la gente: lo que quieren es irse a comprar terceros países donde no se garantiza la trazabilidad ni se siguen las exigencias de la UE que garantizan la seguridad alimentaria", enfatiza el representante de COAG, quien recuerda que en los años buenos, solo en Lebrija se destinaban 7.000 hectáreas a la remolacha. Un cultivo que además es muy exigente con la tierra porque necesita estar ocho meses. "Cuando el azúcar ha estado a buen precio, no ha repercutido en los trabajadores, y ahora quieren que también lo paguemos nosotros", lamenta.
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