Enclavado en la sierra del Segura, en la provincia de Albacete y con 929 habitantes, Letur despierta poco a poco de la pesadilla vivida con la DANA, que ha dejado seis fallecidos en la localidad. Con su casco histórico prácticamente arrasado, el municipio espera a que la Junta de Castilla-La Mancha apruebe hoy las principales obras de emergencia que permitirán recuperar, por ejemplo, algunas infraestructuras básicas. En la memoria quedan los fallecidos, los daños y pérdidas materiales, además del miedo vivido durante el temporal con las riadas atravesando las calles. Es hora de volver a empezar y el pueblo levanta ahora la cabeza y confía su futuro en empresas como Cantero de Letur, uno de los principales motores de la economía de toda la comarca. La compañía nació en 1990 de la mano de Francisco Cuervo, un asturiano que se había trasladado siendo un niño con su familia a Santa Pola (Alicante), pero que acabó recalando después en este pueblo de la sierra albaceteña porque su mujer era maestra y obtuvo una plaza para ejercer en la localidad. Su idea era crear una pequeña empresa láctea que apostara por la alimentación ecológica en un momento, los años noventa del pasado siglo, en el que se trataba de un concepto prácticamente inexistente en España. El sueño de Paco Era lo que se conoce en el pueblo como el sueño de Paco. Empezó con una pequeña granja junto a unos amigos con una veintena de vacas y una mini quesería construida sobre una antigua balsa de riego, que se aprovechó para las cámaras de curación de queso. "¿Qué intento hacer? Crear una pequeña empresa agrícola y ganadera que transforme su producto básico -la leche- en queso. El objetivo principal de esta pequeña empresa no es el de ganar dinero. La buena rentabilidad de esta empresa es una condición ineludible para su mantenimiento y desarrollo, pero no es el objetivo principal. Este es el de crear vida y trabajo", escribió el fundador de la compañía en una carta dirigida a sus amigos en 1989. Y ese sigue siendo hoy, más que nunca, el objetivo de su hijo, Pablo Cuervo Arango, al frente del negocio como director general desde el fallecimiento de su padre en 1999 y comprometido con la recuperación de la economía local, especialmente en momentos tan duros como los actuales. No era el cuento de la lechera. Los inicios no fueron fáciles y la actividad se centró en un mercado limitado a herbolarios, asociaciones de consumidores y tiendas dietéticas, pero acabó por ampliarse a la gran distribución, logrando que sus productos llegaran al gran público. "Cantero de Letur está presente en toda España, este año vamos a facturar 16 millones de euros y damos trabajo a más de cien personas", asegura en conversación con elEconomista.es Pablo Cuervo Arango. "Estamos comprometidos con Letur, con el mantenimiento de la actividad, con desarrollo del pueblo y con el empleo", insiste, no sin antes recordar que la DANA también ha golpeado con fuerza a la empresa. "Nuestras instalaciones no se han visto afectadas y no hemos tenido daños materiales porque estamos en una parte del pueblo que se salvó de la riada, pero desgraciadamente uno de nuestros trabajadores, Jonathan, falleció junto a su mujer como consecuencia de la DANA". Esa ha sido la peor noticia de un temporal que arrasó además los sueños de otros empresarios, dedicados al pequeño comercio y el turismo rural". Letur Repuebla Pablo Cuervo Arango muestra la disposición de la compañía a seguir invirtiendo en el pueblo, convertido ahora en uno de los referentes de la agricultura y la ganadería ecológica en todo el país. Y cuenta así su proyecto más inmediato: "vamos a construir un centro logístico de refrigeración de 2.000 metros cuadrados". Pero no es solo Cantero de Letur. Tras la pandemia, este empresario ha puesto en marcha también el proyecto Letur Repuebla, por el que ofreció 10 viviendas de máximo confort con alquileres baratos para familias que fueran allí a vivir aquí y se llevaran su trabajo. El pueblo creció en 30 personas, 13 de ellas menores de edad, que permitieron aumentar la ocupación del colegio un 25%. "Soy un defensor de la productividad y los márgenes, porque son los que nos permiten poder llevar a cabo proyectos como este" , aseguraba durante su participación en el último congreso de Madrid de Aecoc, la mayor organización de fabricantes y distribuidores. "Cuidando la salud y el medio ambiente, hemos podido contribuir a desarrollar de forma sostenible una zona desfavorecida como es Letur", asegura. El desarrollo rural se convierte así poco a poco en un hecho y el sueño de Paco, a pesar del temporal y de los daños causados, acaba haciéndose realidad.