Poco a poco el campo deja de mirar al cielo en busca de la ansiada lluvia. Con la sequía amenazando el devenir climatológico, la tecnología se ha convertido en uno de los grandes recursos para paliar la falta de agua. Compañías agrarias y 'startups' engordan un ecosistema innovador para optimizar este recurso. El año pasado atravesamos un periodo desafiante con un descenso preocupante de las precipitaciones y la prolongación del clima árido y seco que caracteriza a la geografía española. El Ministerio para la Transición Ecológica llegó a decretar el 15% del territorio nacional en emergencia por escasez de agua y la alerta por el mismo motivo en un 27%. Otro ejemplo lo vivimos hace unas semanas con la Generalitat de Cataluña declarando la fase 2 de la emergencia por sequía en 12 municipios de la provincia de Gerona. El campo español es uno de los sectores que más está sufriendo la falta de agua. Una cuestión que tiene repercusiones a nivel económico, si tenemos en cuenta que es el responsable del 10% de los puestos de trabajo (2,7 millones) y que la aportación del sector agroalimentario supera los 100.000 millones de euros (10% del PIB). La pregunta que todo el mundo se hace ahora es "cuál es la solución". Pues hay algunas firmas que están encontrando en la innovación y la tecnología formas disruptivas con las que hacer frente a este desafío, optimizar el uso de agua a la vez y aumentar la eficiencia de las labores agrícolas. Descarguesé aquí gratis el último número de elEconomista Agro Un buen ejemplo lo representa Esri, compañía especializada en Sistemas de Información Geográfica (GIS) con importantes aplicaciones en la gestión de recursos hídricos como acuíferos y embalses. "Los GIS utilizan distintas fuentes de información de estaciones meteorológicas, sensórica, drones, bases de datos públicas y privadas para después analizar los datos, tomar decisiones y visualizar resultados. Esta tecnología permite predecir comportamientos y tener el control de nuestras cuencas hidrográficas" , explica Diego Hidalgo del Cid, Industry Manager para el Sector Público de Esri España. La compañía ha diseñado para la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico un Boletín Hidrológico que permite recopilar información sobre la situación hidrológica en la península Ibérica, así como c onocer el estado de los embalses, ríos y acuíferos, o la evolución de las precipitaciones y las temperaturas en tiempo real y consultarlo en visores intuitivos y sencillos de manejar. La tecnología geoespacial de ESRI también ha sido parte fundamental en un proyecto pionero de la Confederación Hidrográfica del Segura y el IMIDA -Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental- para analizar el volumen de agua de los embalses de la región de Murcia. El proyecto consiste en la captación de la batimetría y topografía de los embalses con diferentes tipos de drones, y la integración posterior, en cuestión de horas, de las imágenes obtenidas con todas las piezas de la plataforma, transformándolas en productos disponibles en cualquier momento, lugar o dispositivo. Es decir, se toman las imágenes, posteriormente se geo-etiquetan y esto lleva a la creación y montaje de un modelo digital. Otro caso es el Augan, firma especializada en la instalación y monitorización de sensores en el sector ganadero, y UnaBiz, proveedor e integrador global de servicios IoT masivos, que han desarrollado un proyecto que permite a los ganaderos hacer un control preciso del consumo de agua en tiempo real en explotaciones porcinas. Para ello, han dispuesto sensores de IoT en los contadores que se pueden monitorizar a través del móvil al instante. Una solución que permite extraer datos en favor de un mejor uso de este recurso y que además permite controlar la salud del ganado ya que los patrones anómalos de consumo de agua suelen ir ligados a problemas de salud. Según explica Eloy Garrigues, fundador de Augan, "cuando el consumo se dispara hacia arriba o abajo, salta la alerta. Si es al alza, suele ser un problema de la instalación, una probable fuga, pero si es a la baja, suele ser señal de una enfermedad. En un caso concreto, se detectó una enfermedad pulmonar en los cerdos, a través de la constatación de que había una reducción en el consumo de agua y un aumento de la tos de los animales". La prevención de enfermedades no solo supone mejoras operativas para los ganaderos sino también reducción de costes al poder actuar antes de que la única opción sea el tratamiento veterinario extensivo. Además, se logra mayor seguridad para la explotación al anticiparse posibles problemas de ventilación, fallos de bombas o motores. Augan también se vale de la red 0G de UnaBiz para ayudar a los ganaderos a llevar un registro de las condiciones ambientales dentro de las granjas. Con la ubicación de sensores IoT a nivel cabeza del animal, se hace un control de gases CO2 y amoniaco, y se miden las condiciones de temperatura y humedad. El objetivo es evitar el estrés animal que podría producirse por la concentración de ambos gases y un ambiente insano en la granja. Manuel Álvarez, managing director de UnaBiz asegura que "desde nuestros inicios, trabajamos codo a codo con compañías instaladas en zonas rurales, reconociendo el potencial transformador de la tecnología en estas áreas. Nuestra visión es un mundo conectado impulsado por una tecnología simple, donde menos, es más. Al unir personas y tecnología, ayudamos a las organizaciones a vivir de manera más inteligente, simple y sostenible". Generar oportunidades En ese aspecto, coincide también Diego Hidalgo de Esri. "Cuando trabajas a nivel territorial, confluyes en tres dimensiones: la económica, la social y la medioambiental. Es muy importante que las pequeñas startups tengan capacidad de desarrollar aplicaciones para cubrir necesidades de sectores como el agroalimentario. Es importante generar oportunidades y afecta al reto demográfico". La startup aragonesa SpherAg hace uso de IoT para recopilar datos que permiten monitorizar y optimizar el riego en cultivos de alto valor, como es el caso de los viñedos, en función de la climatología y las necesidades. Ahora trabaja en un proyecto, que se desarrolla en el Innovation Center de Parla que la multinacional John Deere ha abierto en la localidad madrileña y en el que también participan firmas tractoras a nivel nacional en sistemas de riego como Azud y Metos, para identificar gracias a esta tecnología las mejores prácticas agrarias en materia de agua. El proyecto, que comenzó en octubre de 2022 y en el que participa la profesora de Viticultura en la Universidad Politécnica de Madrid, Pilar Baeza, se desarrolla en un viñedo experimental dividido en tres sectores, donde se aplican diferentes técnicas de poda en cada uno de ellos. Estas técnicas incluyen la poda tradicional, la poda mínima y la ausencia de poda. El objetivo es evaluar el impacto a largo plazo de cada tipo de poda en el rendimiento del viñedo y determinar cuál de ellas es la más eficaz. Este enfoque permitirá analizar y comparar los resultados obtenidos en cada sector, proporcionando información valiosa sobre el impacto de diferentes técnicas de poda en el cultivo de la vid. Según los datos de un caso de éxito en un viñedo en Torrent, Valencia, en España, se observó un ahorro de aproximadamente el 50% de agua. Si bien los ahorros específicos para este proyecto en el Parla Innovation Center aún no se han determinado, se espera que los resultados reflejen ahorros de agua igualmente positivos o favorables.