ÚLTIMA IGP EN INCORPORARSE AL ABANICO DE SELLOS DE CALIDAD ALIMENTARIA DE LA REGIÓN
El cabrito extremeño ya deja marca
Esta semana se ha presentado oficialmente esta nueva Indicación Geográfica Protegida extremeña, que ya ha comenzado a certificar producción y que arranca con las miras puestas en el canal de la hostelería y restauración
El cabrito extremeño ya deja marca Rafael Ruiz Fuente
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Con un acto en la Escuela de Hostelería de Extremadura, en Mérida, tras el que se sirvió una degustación preparada por los alumnos de este centro, echó a andar oficialmente el pasado miércoles la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Cabrito de Extremadura. Culminan así los casi tres años de «duro trabajo» que se han necesitado para poner en marcha este sello, el primero de España que tiene como protagonista a la carne de cabrito.
Aunque la idea de crear un marchamo de calidad con ella venía barajándose desde hacía tiempo, fue «la situación crítica» que vivieron los productores durante el periodo inicial de la pandemia la que hizo que la Administración regional «tomase cartas en el asunto» y la iniciativa acabara desarrollándose por fin una de forma definitiva, explica Raúl Muñiz, director de Certificación de la recién creada IGP. La indicación ampara --en presente porque empezó a certificar el mes pasado -- canales de animales nacidos y criados en territorio extremeño procedente de las razas caprinas verata, retinta, florida, malagueña, murciano-granadina, blanca andaluza, cabra de las mesetas o serrana y payoya, o los cruces entre dichas razas.
Algunas de ellas están en peligro de extinción , por lo que este sello puede contribuir a que no desaparezcan, al ayudar a que su cría sea sostenible para los ganaderos. También potenciará la diversificación de un sector ganadero, el caprino, que está fundamentalmente orientado a la producción de leche.
«El cabrito de Extremadura es especial, con unas características diferentes. Este sello de calidad asegurará que el consumidor las tendrá al 100%»
Raúl Muñiz - Director de Certificación de la IGP Cabrito de Extremadura
Cabrito de Extremadura arranca con una docena de ganaderos inscritos, aunque aún se está «en plena vorágine» de recepción de solicitudes. «Queremos ir poco a poco, hacer la cosas bien, y de forma seria, visitando todas las explotaciones...» , esgrime Muñiz. «Después de tanto tiempo no podemos ir corriendo o hacer nada que pueda cuestionar la calidad del producto», remacha. En cuanto a los mataderos, el primero en quedar bajo el paraguas de la IGP ha sido el de la cooperativa EA Group, en Villanueva de la Serena.
Luis Fernández León, presidente de Asociación de Cabra Verata (Acriver), encargada de mejorar esta raza en peligro de extinción, ocupa la presidencia del consejo regulador, que es el órgano al que corresponde verificar que se cumplen las condiciones y prácticas de carácter técnico exigidas en toda la cadena de producción. En este sentido, desde el punto de vista técnico y administrativo la nueva entidad ha contado con el apoyo de otra IGP, la de Cordero de Extremadura (Corderex), de la que Muñiz es director técnico. «Somos muy complementarios. Son dos IGP que tienen que ir muy de la mano. La experiencia y los mercados que tenemos ya adquiridos en Corderex también van a ser muy interesantes para el cabrito», arguye, y pone como ejemplo el que este es también un producto «francamente exportable» a muchos países musulmanes, donde los corderos extremeños tienen desde hace tiempo un importante nicho de mercado.
Categorías comerciales
Son dos las categorías comerciales susceptibles de certificación. Por un lado, el Cabrito de Extremadura categoría lechal, que corresponde a aquellos animales procedentes de madres que se crían en régimen extensivo o semiextensivo, y que se han alimentado exclusivamente con leche materna; por otro, la de Cabrito de Extremadura, ejemplares a los que se les puede complementar su lactancia con concentrados compuestos fundamentalmente por cereales y leguminosas hasta el destete mientras que el acabado de los animales destinados a sacrificio se realizará a base de concentrados elaborados especialmente con cereales, leguminosas, proteaginosas y forrajes.
El cabrito extremeño ya deja marca Rafael Ruiz Fuente
A la espera de elaborar «un plan estratégico y otro de marketing adecuado a él», Muñiz ve claro que la hostelería y la restauración serán una vía fundamental para la comercialización «y una palanca para su promoción». «En los primeros estudios que hemos hecho el cabrito tiene gran aceptación en el canal Horeca y en la alta restauración es un producto muy reconocido». Y será en la restauración donde precisamente la indicación quiere hacer sus primeros «pinitos» estas navidades.
«Todo el mundo cuando piensa en cabrito piensa en una carne de altísima calidad », si bien al sector le falta aún «un poco de organización», una situación que puede cambiar ahora con la IGP, alega su director de Certificación. «El cabrito de Extremadura es un cabrito especial, con unas características diferentes y podemos asegurar que cuando se adquiera con este sello de calidad el consumidor las va a tener al 100%», remarca.