Al final todo está inventado, y nada mejor que lo de siempre para dejar las cosas como estaban antes. Por ejemplo, para controlar matorrales o carrizos que degradan hábitats de interés para la conservación de especies animales. En lugar de utilizar desbrozadoras o segadoras ¿qué mejor que el diente de un rumiante? Y si se hace en un espacio natural protegido, con todas las garantías y controles de seguimiento, el resultado puede ser espectacular.
Que se lo digan a las vacas de Fernando Robres , único ganadero de ternera ecológica de la Comunidad Valenciana. Por primera vez en 25 años , sus animales son el primer rebaño que pasta feliz en el Parque Natural del Prat de Cabanes-Torreblanca (Castellón) para gestionar la vegetación de forma natural y tradicional.
Se trata de un proyecto de regreso de la trashumancia promovido por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural con la colaboración de la Fundación Global Nature a través del proyecto LIFE Paludicola y el Ayuntamiento de Cabanes. El año pasado pastaron allí 30 vacas en 50 hectáreas, pero a la vista de sus probados beneficios ambientales este año se ha autorizado la entrada a 49 vacas en 100 hectáreas de terreno.
Camino de las cuadras hacia las lagunas los animales van limpiando a mordiscos el sotobosque y los márgenes de las cunetas, lo que supone un beneficio para la prevención de incendios . Una vez en el Prat, mediante el ramoneo mejoran el hábitat para especies tan raras como el carricerín cejudo , una de las aves más amenazadas de Europa y que habitualmente descansa en esta zona de humedales durante sus largos viajes migratorios.
Las vacas abren claros en las densas masas de carrizal , favoreciendo la aparición de láminas de aguas libres y de otro tipo de vegetación. Los excrementos del ganado promueven el aumento de insectos que a su vez sirven de alimento para otras aves palustres, favoreciendo así la diversidad de especies.
Además de ayudar a la biodiversidad, esta actividad representa un beneficio para el ganadero, que encuentra en el parque natural pastos frescos y saludables para sus animales.
Los responsables del Prat de Cabanes-Torreblanca estudian aumentar aún más la superficie pastable en el futuro. Pero como señalan desde la Fundación Global Nature, " para ello hace falta que haya ganaderos interesados ".
También hace falta gestionar un elevado papeleo . Solo se permite la entrada de ganado bovino y ovino, siendo necesario presentar una memoria que refleje datos técnicos como las características de la explotación, el tipo y cantidad de ganado, tiempo de permanencia, tipo de manejo que se va a realizar, si son necesarias actuaciones sobre el medio físico (roturaciones, manejo del agua) y una estimación de las posibles repercusiones de la actividad sobre el uso público del parque natural.
Desde la dirección del Prat de Cabanes-Torreblanca se espera que esta iniciativa perdure en el tiempo . "Trabajaremos duro para conseguir que esta tradición se convierta de nuevo en habitual año tras año", han señalado a través de un comunicado de prensa.
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