La industria española de alimentación y bebidas avanza con paso firme en los mercados internacionales. El valor de las ventas fuera ascendió un 3,4% el año pasado, hasta los 47.620 millones de euros y la internacionalización se ha consolidado como decisiva. De hecho, España se mantiene como uno de los principales exportadores mundiales de alimentos y bebidas, ocupando la quinta posición entre los principales exportadores de la Unión Europea. Aunque las pymes -mayoritarias en el sector- han acusado el contexto de tensión, en la industria ha continuado el proceso de concentración empresarial. Los gigantes del sector más allá de nuestras fronteras son Ebro Foods, con unas ventas internacionales de 2.838 millones de euros y las cárnicas Vall Companys, Grupo Jorge y Campofrío, con 1.250, 1.230 y 1.000 millones de euros, respectivamente, según las estimaciones realizadas en un informe por Alimarket. La cuarta posición es para la filial española de Nestlé, con 970 millones y la quinta para el gigante aceitero Migasa, que alcanzó 930 millones. El caso de Ebro, con 81 marcas y presencia en 63 países, es, no obstante, especialmente significativo, ya que España solo aporta el 8% de su facturación. Pero no es solo por el gran peso de su negocio en el exterior, sino también por su enorme aportación al resultado. Diversificación En su carta a los accionistas, adjunta a las cuentas anuales, el presidente del grupo, Antonio Hernández Calleja, insistía ya en que "nuestra estrategia de diversificación geográfica ha supuesto que en 2023 un 95% del ebitda se haya generado en los mercados internacionales y únicamente un 5% en España". Pero Ebro no solo tiene una gran potencial exportador, sino una importante presencia industrial. Al cierre de 2023, la compañía disponía de 80 instalaciones (56 plantas de producción, 17 oficinas y 7 almacenes) ubicados en 16 países diferentes.Y especialmente llamativo es el caso del gigante cárnico catalán Vall Companys, que dio un gran paso adelante en 2023 y se convirtió en la mayor empresa alimentaria española. El grupo facturó en el último ejercicio 4.148 millones de euros, lo que no solo supone un crecimiento del 38% respecto al año anterior, sino que le permitió superar a Coca-Cola Europacific, la embotelladora del gigante de los refrescos como líder del sector. El grupo Vall Companys ha puesto en marcha la creación de un gigante cárnico en Latinoamérica, desembarcando en Colombia, Perú, México, Uruguay y Brasil con la compra de participaciones minoritarias de compañías en cada uno de estos países, lo que le permitirá reducir la dependencia del mercado español. " Hay una demanda creciente de proteína animal en los países emergentes, especialmente en Latinoamérica y nuestro objetivo es desarrollar una estrategia de internacionalización tanto de la producción como de la distribución", explicaba a elEconomsita.es el pasado mes de marzo Tomás Blasco, responsable del crecimiento exterior de la empresa. La industria cárnica El fuerte crecimiento, en general, de la industria cárnica ha permitido la creación e impulso de grandes gigantes capaces de competir en mercados internacionales. El Grupo Jorge, que se ha consolidado como la tercera mayor empresa alimentaria española por ventas en el exterior, factura ya más allá de nuestras fronteras un 63% de su volumen de negocio, que el año pasado se elevó a 1.945 millones. El grupo aragonés, controlado la familia Samper e integrado por diversas empresas que operan en el sector porcino, agrícola y energético, está presente en más de 100 países. Y algo parecido ocurre con Campofrío, propiedad de la multinacional mexicana Sigma , y que factura fuera ya la mitad de todas sus ventas. Además de la industria cárnica, otro sector con una presencia internacional muy importante es el del aceite. Las aceiteras Entre las grandes empresas alimentarias españolas con mayor presencia internacional destacan, por ejemplo, el Grupo Migasa, que engloba marcas como Ybarra , La Masía o Musa y que facturó en el exterior 930 millones de euros en el último año; Acesur, propietaria de Coosur y La Española , con 750 millones; la cooperativa andaluza Dcoop, con 635 millones de euros; y Deoleo, dueña de Koipe y Carbonell, además de las italianas Bertolli y Carapelli , con 613 millones. Francia sigue siendo nuestro mayor cliente, acaparando el 15,4% de las exportaciones alimentarias al cierre del último ejercicio. A corta distancia figuran Alemania, con el 11,3%; Italia, con el 10,1% y Portugal con el 10%. Fuera de la Unión Europea la mayor parte de las ventas de la alimentación española se dirigen a Estados Unidos, que acapara igualmente el 4,3% de nuestras ventas en el exterior. De acuerdo con los datos del ministerio de Agricultura, la buena noticia es que la tendencia de crecimiento se mantiene y el valor de las exportaciones agroalimentarias se ha incrementado en un 4,4% en el primer semestre del 2024. El índice de precios de exportación ha subido un 0,7%, mientras que el de volumen ha aumentado un 3,7%. El gran riesgo al que se enfrenta el sector está en la posibilidad de que se impongan aranceles tanto en Estados Unidos, tras la llegada al Gobierno de Trump, como en China. Más allá del crecimiento de las exportaciones, la buena noticia es que el margen sobre ventas de la industria se está recuperando tras la crisis de los últimos años. Al cierre del segundo trimestre se situó en el 12,16%, según la Agencia Tributaria, muy por encima del 8,22% del mismo periodo del año pasado.