Barcelona, 7 sep (EFE).- Una investigación en la que participa la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona (URV) permite detectar los puntos óptimos de maduración de las uvas a partir de una técnica simple con espectroscopia de infrarrojos que se aplica en los viñedos y que facilita conocer el mejor momento para su recogida según el uso deseado. Barcelona, 7 sep (EFE).- Una investigación en la que participa la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona (URV) permite detectar los puntos óptimos de maduración de las uvas a partir de una técnica simple con espectroscopia de infrarrojos que se aplica en los viñedos y que facilita conocer el mejor momento para su recogida según el uso deseado. Han desarrollado el sistema el grupo de investigación Chemometric and Sensometric for Analytic Solutions del Departamento de Química Analítica y Química Orgánica de la URV junto al Instituto de Investigación y Tecnologías Alimentarias y el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León. Para el estudio, los investigadores se han basado en un muestreo muy amplio y en el uso de una técnica con espectroscopia de infrarrojos que no estropea la fruta y cuyo objetivo de ayudar al sector primario a diversificar su actividad, aumentar el consumo de fruta y evitar que se acabe desperdiciando, ha informado la URV. El primer paso consiste en obtener información del estado de madurez de toda la viña "determinando parámetros como la cantidad de azúcares y acidez de las muestras, la orientación y la posición de la cepa dentro de la viña, la de cada racimo dentro de la cepa e incluso la de cada grano dentro del racimo para que las conclusiones sean fiables", ha indicado el investigador del proyecto Daniel Schorn-García. La técnica se basa en la interacción de un haz de luz infrarroja con las moléculas de la uva, que "provoca que todos los enlaces de las moléculas sufran vibraciones concretas que, con un tratamiento matemático adecuado o quimiometría, se pueden relacionar con la información sobre su composición y en qué proporción se encuentra cada molécula", ha argumentado el investigador. Con esta información tan precisa y teniendo en cuenta en qué momento y en qué posición se ha obtenido cada grano, se puede establecer qué frutos son adecuados para vendimiar en cada momento en función de su destino final, ha añadido la URV. La URV ha indicado que los análisis clásicos de las muestras de uva implican el transporte hasta el laboratorio y, una vez allí, el uso de técnicas costosas en tiempo y dinero. Por ello, los investigadores han resaltado que una técnica como la espectroscopia de infrarrojos, que es "muy rápida, no requiere ningún reactivo y permite hacer el análisis de la fruta en el campo sin afectarla, supone una alternativa muy interesante". Según la investigadora Montserrat Mestres, en la uva "generalmente siempre se busca el punto óptimo pensando en la vinificación" pero que "si establecemos diferentes momentos de maduración se podrá aprovechar la uva para hacer zumos, para convertirla en snacks o para comerla directamente, entre otros usos". De este modo, el recolector, que "muchas veces deja las uvas en la cepa" porque "no le sale a cuenta recogerla o porque hay sobreproducción, tendrá la oportunidad de aprovecharla esperando otro momento óptimo de maduración para destinarla a otro uso", ha añadido la investigadora. EFE. cp/fl