Julia Sopesens: "Desde que he apostado por el mundo vegetariano he ampliado mi dieta y consumo más alimentos que antes"
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Julia Sopesens: "Desde que he apostado por el mundo vegetariano he ampliado mi dieta y consumo más alimentos que antes"
Esta joven, de 33 años, dejó de consumir productos de origen animal hace un lustro. Su pareja y su hijo de un año también siguen este modo de vida.
Julia Sopesens y su hijo Luca.
J.S.
Julia Sopesens llegó a Alloza hace cinco años y las primeras noches que compartió habitación con las tres gatas de su pareja, Raúl, le hicieron replantearse el porqué les daba cobijo a estos animales mientras se comía a otros. Tenía 28 años y durante este tiempo había disfrutado de comidas con familiares y amigos en las que no faltaban el jamón de Teruel o los jarretes de cordero.
"Fue una sensación extraña, porque en la zona donde vivimos hay muchas granjas de cerdos y empecé a preguntarme y querer saber de dónde procedía la comida que tomaba. En ese momento me di cuenta de que no quería formar parte de la industria cárnica ni de la láctea porque, personalmente, me parece que son crueles y no son éticas", indica la joven.
Meses después, su pareja, hijo de los carniceros del pueblo, también apostó por este modo de vida, al darse cuenta de que Julia disfrutaba con su nueva vida y había descubierto muchos productos que hasta entonces parecía que no existían. Ahora mismo, no comen ningún alimento de procedencia animal, salvo huevos de las gallinas que ellos mismos crían y que ya estaban en casa antes de dar el paso de abrazar esta forma de vida.
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"Ha sido un camino de mucho aprendizaje y de querer informarme y formarme, porque si dejas de consumir determinados alimentos hay que suplirlos con otras cosas. Por ello, es fundamental contar con el asesoramiento de nutricionistas que te den las pautas y te guíen en tu camino. Hoy en día puedo decir que, desde que me he iniciado este camino, he ampliado mi dieta y consumo más alimentos que antes. Me he sumergido de lleno en un mundo culinario brutal, utilizando muchos más ingredientes, algunos totalmente desconocidos para mi", indica Sopesens.
Julia, con su pareja Raúl y su hijo Luca.
Sahba Visual
En este sentido, la joven asegura que este cambio de vida no solo afecta a su comida, sino a sus valores. "Nosotros abrazamos el veganismo porque no consumimos ni compramos ropa elaborada con piel o lana. Apostamos por la igualdad animal y por evitar el sufrimiento de otros seres vivos para nuestro disfrute", afirma la joven, quien matiza que ahora se siente "más fuerte, más feliz".
El nacimiento de Luca
Una felicidad que se incrementó hace poco más de un año con el nacimiento de su hijo Luca, un bebé que también quieren que crezca siguiendo las pautas alimenticias y de vida de sus padres. "Por ahora toma leche materna pero, en cuanto dejemos la lactancia, no lo voy a suplir con leche de vaca porque nosotros no tomamos y es prescindible. Lo hablamos con el pediatra y nos preguntó si comía bien y variado. La respuesta es que sí, porque ha probado numerosos cereales, legumbres, verduras y frutas. Es un niño que crece sano y feliz", insiste Julia Sopesens, a la vez que recuerda que "si un pediatra no es partidario de este tipo de alimentación no hay que quedarse solo con su opinión, hay que pedir consejos a los nutricionistas y dejarse guiar".
"Si un pediatra no es partidario de este tipo de alimentación no hay que quedarse solo con su opinión, hay que pedir consejos a los nutricionistas y dejarse guiar"
Al preguntarle si algún día su hijo podría replantearse esta forma de vida , Julia asegura que no le prohibirá nada, sino todo lo contrario. "En nuestra casa nunca le vamos a dar carne o chucherías, pero si un día va a casa de los abuelos y quiere un jarrete, podrá comerlo, siempre y cuando tenga la edad suficiente para saber de dónde procede la carne de este animal. Estoy segura de que el sabor le va a gustar, pero...", señala.
Ella ahora ha descubierto otros sabores y disfruta. Y su nueva forma de alimentación no le impide comer fuera con amigos o familiares, aunque es consciente de las limitaciones que tiene. "Depende del grupo de gente con el que quedemos te lo pone más o menos fácil. Me ha tocado muchas veces llevarme mi comida para asegurarme que voy a poder comer. A veces, con buena voluntad, la gente le pone trocitos de jamón a la verdura. Y lo mismo pasa en los restaurante, donde al hablar de comida vegetariana se limitan a una parrillada de verduras o una ensalada ilustrada. También podemos comer garbanzos con arroz y acelgas o espinacas. Con un poco de voluntad, los menús serían deliciosos", afirma.
"En nuestra casa nunca le vamos a dar carne o chucherías, pero si un día va a casa de los abuelos y quiere un jarrete, podrá comerlo, siempre y cuando tenga la edad suficiente para saber de dónde procede la carne de este animal"
Y lo dice una amante de la cocina que diariamente elabora variadas recetas, en las que ha incluido nuevos alimentos a su dieta, así como los suplementos que necesita para seguir disfrutando del deporte, que practica con regularidad, y de una nueva forma de vida que le ha llevado a "conocer las necesidades de mi cuerpo y adquirir nuevos hábitos saludables" , concluye.
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