Las balsas con acumulaciones de purines es un gran problema de los ganaderos en Cataluña, Murcia y Aragón. Se ha patentado un sistema de procesamiento industrial que convierte lo purines en fertilizantes deshidratados. Purines de granjas porcinas EUROPA PRESS/FUNDACIÓN DESCUBRE - Archivo Los purines de las granjas porcinas constituyen un problema ambiental ya que "contaminan el suelo, el agua y el aire" y dañan el medioambiente y la salud, explica a EFE el ingeniero Manuel Posada, quien ha desarrollado un sistema que emplea energía renovable para obtener fertilizantes a partir de este residuo sin producir olores ni emisiones.
Posada desarrolló su idea mientras paseaba por las inmediaciones del río coruñés Anllóns, un lugar que describe como "paradisíaco" hasta que se percató del "molesto olor" provocado por los purines de los cerdos que, además, al entrar en contacto con el aire favorecen la generación de partículas contaminantes de NO2 , uno de los gases responsables del efecto invernadero.
Asimismo, las balsas con grandes acumulaciones de residuos fecales de estos animales suponen uno de los mayores problemas a los que se enfrentan "los ganaderos en Cataluña , Murcia o Aragón ", señala el ingeniero, ya que estas al estar sobre el suelo "lo contaminan y se filtra a las aguas subterráneas", desde donde puede llegar "al agua potable destinada al consumo humano".
La expansión de las granjas porcinas intensivas en los últimos años ha provocado que la naturaleza haya "colapsado" en varias regiones por la cantidad de compuestos nitrogenados presentes en los campos de cultivo que proceden de los purines, por lo que el entorno natural ya no es capaz de modificarlos, insiste Posada.
Por ello, decidió "encontrar una solución a esta situación terrible" con la que cree que "se ha sido tolerante" porque la población "no es consciente del problema que deja a las futuras generaciones" en el ámbito ecológico, sanitario y agrícola.
Así, durante los meses de confinamiento ha analizado los materiales y la energía necesaria para la solicitud que presentó, a principios de enero de este año , para patentar su sistema de procesamiento industrial que valoriza los purines y los lodos de las depuradoras al convertirlos en fertilizantes orgánicos deshidratados que están listos para ser distribuidos.
"Este producto estaría esterilizado ya que el aire se trata con ozono y luz ultravioleta" para que su posterior empleo no suponga "un riesgo biológico para los cultivos", remarca.
El estiércol está compuesto por "un 93% de agua con compuestos uréicos disueltos y un 7% de sólidos insolubles", detalla, por lo que también el agua se recicla y se depura para que no contenga "ureas, minerales u otros residuos orgánicos" y pueda ser reutilizada, añade Posada.
Conseguir "una contaminación cero" es una de las líneas fundamentales de su diseño ya que su fin es resolver un problema sin que la salud de las personas y el medioambiente salgan perjudicados, insiste.
Por este motivo, el proceso se realiza por medio de un "circuito cerrado" que impide la emisión de gases de efecto invernadero o de olores , al mismo tiempo que la energía empleada es "eléctrica renovable".
Además, Posada destaca que "estas plantas industriales al no causar olores no afectan de manera negativa a las proximidades" y hace que "este tipo de instalaciones pueda existir en cualquier lugar".
Con ello, este ingeniero e inventor intenta transmitir que hay métodos alternativos a la deshidratación de los lodos de las depuradoras con gas natural "que tiene un gran coste económico y medioambiental", así como que tampoco es necesario "importar fertilizantes deshidratados procedentes de Europa".
Posada reitera su compromiso por lograr una tecnología respetuosa con el medioambiente y con la salud humana que ayude a la ganadería a solventar esta problemática a la vez que mitiga los efectos del cambio climático de forma innovadora.