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De ser un orgullo a un estorbo: la miseria que se paga por la lana está provocando que deje de ser un producto...

28/05/2025
En: Salamanca24horas.com
Digital
En 2024 ganaderos salmantinos con trecientas ovejas castellanas que hacen, aproximadamente, dos kilos y medio de lana, recibieron por ella, en total, diez euros 0 Comentarios Una oveja con la lana en el interior de una saca en una explotación ovina ubicada en Galleguillos. Foto Andrea M. Los cambios de hábitos de la sociedad influyen cada vez en mayor medida al campo y a sus gentes, traduciéndose en continuos varapalos para el sector y los ganaderos, afectando en este caso de lleno a la ganadería ovina. Inmersos en la primavera, los quehaceres se acumulan, y entre ellos aflora un oficio milenario que resurge cada primavera con el aumento de la temperatura. Hablamos del esquileo de ovejas, un trabajo que requiere de habilidad y precisión para obtener la lana y que cada año va perdiendo no solo profesionales, sino también rentabilidad para el ganadero. Es un hecho que el oficio del esquilador está abocado a la extinción en lugares como Salamanca, es más Isaac de Arriba Martín, que lleva 25 años viajando por toda España para extraer este producto, que antes era oro, profesionalmente hablando, relata que en la actualidad solo queda una cuadrilla que se ha reducido de cinco a dos jornaleros y él, que trabaja en solitario, y que apunta "estoy en retirada". Abocada a la extinción no está solo la profesión del esquilador, también el destino de la lana, que hoy día se encuentra en crisis, y que bien podríamos decir que vender la lana ahora es una ruina con todas las letras. Isaac de Arriba Martín, esquilador salmantino con 25 años de experiencia "Cuando yo era pequeño, mi padre cobraba la lana a 240 pesetas, lo que es ahora un euro y medio, más o menos. La lana buena de oveja merina, no hace tantos años ha valido casi a tres euros; sin embargo, el año pasado en Salamanca ganaderos con trescientas ovejas castellanas, unos dos kilos y medio de lana, han recibido en total por toda ella diez euros", explica Isaac, a la vez que subraya que "en España hay muy mala lana en general", señalando la lana de pelo, de oveja de ordeño o la lana negra, cuyo único destino, puntualiza es Marruecos "para el uso alfombras". Lamenta así, que la lana "está pasando de ser un producto que tenía rentabilidad, a convertirse en un residuo con los altos costes que va a conllevar retirarlo de las explotaciones". Los usos que antiguamente se le daban a la lana para hacer colchones, mantas o ropa se están perdiendo, poniendo en peligro lo que, tal y como recalca Isaac, fue "un bien sumamente preciado en España en la época dorada cuando se la consideraba un vellón de oro". Este esquilador advierte que "ahora prima lo barato, la ropa de plástico frente a la fibra natural como la lana, por los costes. Evidentemente la ropa de plástico es más barata pero la de lana es para toda la vida y tiene mucha mano de obra detrás, el esquilado, lavado, clasificación e hilado hasta que se hace la ropa, y ahora, en esta sociedad prima el precio bajo frente a los productos de máxima calidad". El precio de la lana en estos años se ha enfrentado a muchas variaciones. "Estos años la lana tuvo varios precios por el mercado de China, porque no encontró lana en otros países que la tienen como Australia y Nueva Zelanda de mucha mejor calidad que en España. Esto fue unido a la diferencia del dólar con el euro, porque China compra en dólares, por lo tanto, una peor calidad de lana y un comercio exterior que no precisa de nosotros como proveedores hace que el mercado de la lana en nuestro país esté parado". Isaac de Arriba Martín, esquilador de ovejas salmantino. Foto Andrea M. China fue el principal comprador de lana de España, pero desde que se detectó el primer foco de viruela ovina en 2022 cerró los mercados y la lana empezó a acumularse en los almacenes. Ahora estamos libres de esta enfermedad, y "el mercado existe", asegura Isaac, aunque, precisa que "con mucho riesgo, mucha calma y sobre todo precios bajos, casi nulos". En este punto, buscarle otro destino a la lana resulta primordial: "Desde el Gobierno se deberían de fomentar otras salidas a la lana. Como mercado tercero en España no podemos competir, el uso industrial a la ropa no se le puede dar, por eso hay que buscar otras alternativas para evitar que la lana se convierta en un residuo". Quitar la lana es una obligación por salud y por bienestar de los animales, por ello en cuanto a estas alternativas, Isaac apunta que como otros usos una Universidad de Navarra la ha probado como aislante en la construcción, para la que hay que someterla a un proceso industrial porque la lana se apelmaza con el paso del tiempo; también se le está dando un uso en la zona de arbolado para que sirva como abono, como uso de pellets y compostaje mezclado con agua, aminoácidos y proteínas. Aarón Hernández Carballares esquilando una oveja en su explotación empleando la técnica sin atar Frente al bajo coste de la lana, no todo son malas noticias para el sector ovino, que mientras ve que se cierran cada vez más explotaciones, mantiene la esperanza de que resurjan nuevas generaciones, jóvenes con frescura que depositen confianza y sobre todo corazón para mantener vivo este oficio en las generaciones venideras. Por herencia familiar y especialmente por amor al campo y al ovino, dos hermanos del municipio de Saldeana, Aarón Hernández Carballares, de 16 años, y Adrián Hernández Carballares, de 18, tomaron las riendas de la explotación que sus progenitores sostenían desde hace treinta años, hace cinco, aumentando el número de cabezas hasta las 400 que tienen hoy. Los hermanos Aarón y Adrián Hernández Carballares con ovejas esquiladas en su explotación de Saldeana Aaron confiesa que "es un oficio muy sacrificado", que "no está valorado" y donde para más inri "la lana no vale dinero, no te la pagan y a veces tienes tú hasta que pagar porque te la lleven", aunque pese a ello su apuesta por continuar con este legado familiar es fuerte y comprometida. La dedicación de este joven de 16 años es plena, tanto que, aparte de cuidar y criar al rebaño, esquila él mismo a sus ovejas. La primera que esquiló fue a los 11 años, y ahora emplea una técnica de gran complejidad como es el esquileo sin atar, del que confiesa que es "más difícil", pero no por ello imposible. Un trabajo que es capaz de concluir en menos de dos minutos, una marca personal con mucho mérito. Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios
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