La provincia alberga cinco indicaciones geográficas protegidas para unos caldos singulares La vitivinicultura en Almería despierta con poco más de mil cien hectáreas de producción, aproximadamente un 20% del viñedo ecológico certificado en Andalucía y el sabor de unos caldos que acaparan premios en diferentes certámenes a nivel internacional. Ribera del Andarax, Sierra de las Estancias, Sierra de los Filabres, Norte, Desierto de Almería y Laujar-Alpujarra; son las cinco indicaciones geográficas protegidas (IGP), en las que se enriquece una mezcla única entre el cuidado de viñedos y las exclusivas condiciones medioambientales que conceden los diferentes territorios de esta provincia. Los enclaves donde se sitúan las bodegas son la excusa perfecta para practicar el enoturismo y, además, g ozan desde 2004 de la mención de calidad 2Vino de la Tierra", así como del apoyo de la marca "Sabores Almería" promovida por la Diputación provincial. Paisajes agrestes y únicos, entre los que la "singularidad" coge peso ante una escueta producción, porque "no vamos buscando cantidad sino calidad y ambas cuestiones pocas veces van unidas", nos ha explicado Virginia Bosquet, desde su bodega familiar de la que salen 400 mil botellas de vino al año y, sobre todo, un cambio de modelo cultural sobre el valor de las cosechas. "Apostamos por seleccionar y cuidar todo el proceso hasta el mínimo detalle", afirman desde Cepa Bosquet, que gestiona 50 hectáreas de viñedo en Laujar , la mayoría de su propiedad, pero también de propietarios a los que ofrecen un porcentaje sobre la producción en la que "tenemos claro que hay que sacrificar una cantidad de uva, pero conseguir una calidad más alta". Con una media de en torno a kilogramo y medio de uva por cepa, variedades exclusivas como su premiado "Incienso", reduce a trescientos los gramos tras el clareo para conseguir una intensidad mucho más alta. Concursos de calidad vitivinícola como el de Bruselas, que les ha entregado la medalla de oro en su modalidad syrah barrica, ponen el nombre de Laujar en el panorama internacional porque "somos una zona muy pequeña en hectáreas, pero con diversidad de tipos de suelos y de altitud". Virginia Bosquet señala "7 y 8 tipos" de suelos "porque plantamos desde 900 hasta 1.200 metros sobre el nivel del mar, con comportamientos muy distintos". Escenario ideal también para la creación de vinos particulares como el Rincón Postrero , un syrah merlot que procede de la crianza que "ellos quieren". Es el caso de Serafín Balaguer, que nos invita a "defender la cultura del vino, un producto de valor histórico, teniéndolo disponible en los mejores restaurantes de nuestra tierra", así como a descubrir el "atractivo turístico que supone". Precisamente, la localidad de Laujar celebra su XVl Feria del Vino los días 29 y 30 de abril , con presencia de otras marcas de la zona como Selección de Vinos de Fondón, con sus viñas situadas a 950 metros sobre el nivel del mar y su vino estrella, el tinto crianza Tetas de la Sacristana. Y es que la IGP ya abarca tres pueblos: Laujar, Alcolea y Fondón; con variedades de blanco, espumoso y tinto, cosechados tras el cambio de modelo que reestructuró el caos en los viñedos familiares tradicionales, para dejar una variedad por finca y ofrecer un sector en auge que aspira a conseguir también su denominación de origen. Pero el albor nacido de la mezcla única entre el cuidado de los viñedos y los ricos y heterogéneos factores climáticos y ambientales de Almería, pasa también por Bodegas Fuente Victoria, ubicada en la localidad del mismo nombre desde 2004 y con 30 hectáreas de viñedos entre las poblaciones de Alcolea y Fondón. O la bodega de Cristina Calvache , pegada a Sierra Nevada, en un paraje singular que oscila en los 1.000 y los 1.200 metros en la localidad de Alboloduy. Una lista que se amplía con el trabajo de muchos otros, como la familia Barea-Granados en Padules y sus 30 mil botellas anuales tras la reconversión de sus parrales de uva de mesa en viñedo para vinificación. El presidente de la Diputación de Almería, Javier A. García, destacaba en su visita a Bodegas Palomillo, ubicado en el Yunco de los Gázquez de Vélez Rubio que "este vino es más especial porque se produce en una tierra que, a priori, no es la más adecuada para la producción de vino. Sin embargo, el empeño y esfuerzo de Inés y Paco, unido al tratamiento tan personal que realizan a la tierra y a cada una de sus parras, ha permitido crear uno de los mejores productos que podemos tener en la provincia". Ya en la época romana y musulmana eran conocidos los vinos de Almería y durante el siglo XIX la uva de mesa, en especial la de Ohanes , tuvo un gran reconocimiento. Ahora, de nuevo, la cultura del vino está de moda en Almería.