El sumiller protagoniza un nuevo capítulo del podcast 'Quédate a comer' Dani Lechuga: "¿Cómo va a haber camareros? No es que les paguen mal, es que hay clientes que los tratan como ratas" El sumiller David Seijas protagoniza el nuevo episodio del podcast Quédate a Comer. Seijas, que desveló por primera vez en público en este mismo podcast el problema de adicciones en el que estuvo atrapado durante años, explica cómo ha cambiado su vida desde que compartió su experiencia en aquella conversación y posteriormente en su libro Confesiones de un sumiller (Planeta Gastro). Quien fue pieza clave en la sala de El Bulli explica que hasta hace poco era un adicto que molestaba. "Sentías que pensaban, 'Quédate aquí tranquilo que ya la has liado bastante'. Nuestra experiencia puede resultar muy útil para personas que están atravesando una situación parecida" y a quienes él quiere transmitir que es una etapa en la vida de la que "puedes salir siendo mejor". Seijas cuenta que pasó "de la búsqueda del placer a la de la felicidad, que es muy distinto" y que la lucha por desencadenarse ("es muy común estar encadenado a algo, ya sea al azúcar, al tabaco y a tantas otras cosas") te cambia la vida. "Cuando dejas de estar encadenado esa libertad es felicidad absoluta". La relación entre adicciones y mentiras ("te mientes a ti mismo y a los demás") y su promesa de no volver a mentir nunca más le ha llevado a tratar de disipar esas mentiras o medias verdades que según él abundan en el sector del vino. "Yo creo que todo ha cambiado mucho en los últimos 50 años en la industria alimentaria, y en este sector parece que interesa que no se cuenten muchas cosas". Seijas explica que su procedencia de El Bulli, donde aprendió a cuestionárselo todo, le ha animado a hacerse preguntas y a querer contar las verdades sobre el proceso de elaboración. "Yo hago siempre la broma que si tú tuvieras una contraetiqueta del vino, de todo lo que se utiliza desde el inicio hasta el final, muchas veces, tendrías un desplegable. Hay un montón de cosas, un montón". Seijas explica que al igual que en el cine, en la elaboración del vino intervienen los efectos especiales, pero mientras en el séptimo arte están bien vistos, las bodegas los ocultan. "Creo que tenemos la oportunidad de explicar el auto-tune del vino. Y de decir: "Oye, pues sí, nosotros hacemos unas levaduras seleccionadas, que son súper, porque las seleccionamos nosotros, utilizamos chips de madera de roble, nutrientes, no sé qué, antes de embotellar. Y el cliente quiere saber la verdad" El sumiller cree que el sector y la sociedad han alcanzado un grado de madurez como para dejar de recurrir al aliciente del vino como algo saludable. "El etanol es tóxico y hay que decirlo. Y es el mismo etanol el que metabolizas en un vino natural, que en un vino convencional, que en un vino de 1000 euros, que en un tetrabrik". Para nuestro invitado en Quédate a comer vienen nuevos tiempos, Irlanda 2025 se acerca y hay una aproximación diferente de muchos jóvenes al mundo del vino que obliga a regular y a vender los alicientes reales, de la cultura y del paisaje sin necesidad de recurrir a los beneficios para la salud, que no avalan los estudios científicos, sino al contrario: "Hay un montón de estudios que confirman que no es saludable".