La norma comunitaria permite que el agricultor reutilice en sus siembras variedades de grano obtenidas de su explotaciones que están protegidas por patentes siempre, eso sí, que lo comunique a la empresa obtentora y pague el canon establecido para compensar la inversión que exige la investigación realizada para la mejora de la variedad. Una exigencia incumplida ante la que la administración no se mostraba demasiado exigente hasta hace unos años. Pero la situación ha cambiado y las inspecciones realizadas de oficio por el Seprona han sembrado el campo español de juicios y enfrentamientos que han supuesto cientos de penalizaciones en los cobros de las ayudas comunitarias, multas e incluso penas de cárcel.
Para calmar los ánimos y evitar tan confrontada situación, Cooperativas Agroalimentarias, Asaja, UPA y la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) han llegado a un acuerdo nacional "para cumplir la normativa europea sin que el pago del llamado canon o royaltie por reutilización de semillas sea gravoso para el agricultor".
Así lo han explicado este jueves el director general de Anove, Antonio Villaroel, y los representantes en Aragón de las organizaciones firmantes, esto es, José Victor Nogués, de Cooperativas Agroalimentarias, Fernando Luna, de Asaja, y José Manuel Roche, de UPA, en una jornada celebrada en Zaragoza en la que el consejero de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, que ha destacado la importancia de esta iniciativa para conseguir aunar el derecho de los agricultores a reutilizar sus semillas sin que suponga un coste inasumible con el derecho de los obtentores de cobrar por su tecnología, "necesaria para hacer más rentables y competivivas las explotaciones agrícolas", ha señalado.
No es obligatorio
Este acuerdo, que no exige nuevas obligaciones normativas y el voluntario para el agricultor, establece una cantidad única a pagar (y no en función de las variedades) y se adapta a la situación y la superficie de las explotaciones de cereal, leguminosas y proteaginosas. El canon puede pagarse al operador que limpia y acondiciona la semilla, es decir las cooperativas, a las que tendrá que desembolsar 12 euros/por tonelada. Pero puede optar también por realizar el desembolso cuando solicita la PAC en función del número de hectáreas que siembra. Un pago que en función del rendimiento medio de la comarca y de si las tierras se encuentran en secano o regadío varía entre 1 y 3 euros por hectárea. "Un coste perfectamente asumible", ha insistido Villaroel, que ha asegurado que este canon apenas supone el 0,5% de los costes de una hectárea de cereal pero permiten conseguir "unos rendimientos que triplican los que tenían nuestros abuelos".
No todos los agricultores tienen que hacer frente a este coste. Los considerados pequeños están exentos de este royaltie. Y bajo esta consideración se encuentran aquellos que cultivan menos de 60 hectáreas de secano con rendimiento menores de 2.200 kilos por hectárea, los que disponen de menos de 40 hectáreas en secano con rendimientos de entre 2.200 y 3.200 kilos, si tienen menos de 20 hectáreas en secano con rendimientos menores de 3.200 kilos y aquellos agricultores de regadíos cuyas explotaciones no superan las 10 héctareas.
A este acuerdo no se ha adherido, sin embargo, UAGA-COAG, porque, según ha explicado, "enmascara un afán desmedido de lucro de las empresas de semillas". La organización agraria considera "injusto y abusivo" que el agricultor tenga que pagar un canon anual durante 25 años por la reutilización de sus propios granos para las nuevas siembras.