A los aficionados al vino se nos hace difícil imaginar una buena comida acompañada de otra bebida, pero hay cocinas en el mundo que tradicionalmente se han armonizado bien con varios tipos de cerveza , y a veces la cosa funciona egregiamente. No le hagamos ascos.
Se trata a menudo de cocinas de países donde no se elabora vino , pero eso es matizable: vean, con las cocinas del más exótico Extremo Oriente, las brillantes asociaciones de sabor que en los últimos años se han conseguido con vinos blancos, generosos y espumosos, e incluso, con algunas carnes, como las brochetas saté de Indonesia, con los tintos más redondos, menos tánicos que son los mediterráneos: el Ródano francés, el Este de España, Toscana y las islas italianas...
En sentido contrario, un país muy vitícola como es Alemania es bastante poco proclive a acompañar sus comidas con vino . Sus blancos tradicionales de riesling han sido mayoritariamente dulces o semidulces, y se han bebido tradicionalmente fuera de la mesa, como aperitivo o como digestivo, aunque el avance constante de los blancos secos les esté abriendo más caminos en la mesa. Pero sus platos, a menudo ácidos como el chucrut que acompaña el clásico codillo de cerdo, funcionan bien con una cerveza rubia y con cuerpo . En Baviera, donde la peculiar mostaza dulce de la zona acompaña, por ejemplo, unas salchichitas de Nuremberg, la cerveza bávara de trigo , con su ligereza y su acidez, completa muy bien la comida.
La cerveza en los países donde no se elabora vino En otros países no vitícolas -bueno, o que no lo eran hasta el cambio climático no empezó a cambiar las cosas- la armonía cocina-cerveza se da por sobreentendida: tómense sus mejillones a la belga, no sólo con patatas fritas, sino con una buena cerveza de abadía ; en Irlanda, el reconfortante shepherd's pie (carne de cordero o ternera picada, verduras, patatas guisadas lentamente juntas y servidas en una fuente honda, recubiertas de puré de patatas gratinado) se enriquece con el sabor de una cerveza negra Guinness , que curiosamente también funciona con unas buenas ostras; en Inglaterra se suele tomar una cerveza potente, como una India Pale Ale (IPA) con quesos poderosos, como un cheddar madurado.
Así que ya saben. Lo que se hace en Bruselas o en Londres lo podemos probar también aquí.
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