Corporación Juan Segarra es uno de los mayores grupos empresariales del interior de la provincia de Castellón vinculado al principal motor económico de esas comarcas: el campo. Lejos de los grandes centros de decisión, en los últimos años el grupo con sede en Catí ha protagonizado un fuerte crecimiento debido a que los que han sido sus clientes tradicionales, los ganaderos, cada vez son más escasos. " Empezamos siendo fabricantes de pienso y al final acabamos siendo más ganaderos que fabricantes de alimentación animal, porque el sector nos ha llevado a ello" explicaba recientemente Maria Cinta Segarra, directiva del grupo familiar castellonense. La corporación empresarial que hoy está firmada por seis empresas nació a partir de la actividad de Piensos Vigoran. Su fundador, Juan Segarra Roda, decidió crearla después de heredar el molino de harinas de su padre en 1965. Del molino de harinas, la empresa fue creciendo y extendiendo su actividad en la comarca castellonense del Alto Maestrazgo y en las zonas limítrofes de Teruel y del sur de Tarragona en las que también la actividad ganadera es el principal motor económico. La planta de piensos hoy incluye sus propios laboratorios y almacenes para ofrecer un catálogo que abarca todas las variedades de ganado de la zona... y a las mascotas. En los alrededores de Catí, famosa por su queso con permiso de la ermita de la Mare de Déu de L'Avellà, existen granjas de vacuno, caprino y ovino, además de convivir con la avicultura y la cunicultura. Pero el auténtico animal estrella , como en buena parte de las zonas con menor población del interior de la España rural, es el cerdo. "O te paras y te bajas, o tienes que crecer" Con la ganadería en continuo retroceso ante la jubilación de muchos de los productores, la empresa de piensos tuvo que reinventarse, con una estrategia muy sencilla. "Hay un momento en que, o te paras y te bajas, o sigues y no nos quedó otra. Sin querer tienes que ir creciendo", relató la directiva del grupo familiar durante la última edición de la jornada empresarial Paco Pons . "Eso nos ha ido obligando a asumir roles que no tenías en un principio, como el de ganaderos o como tener una empresa de genética para mejorar la reproducción", explicó. María Cinta Segarra. Fue así como Corporación Juan Segarra fue incorporando nuevas empresas con las que hoy también abarca la gestión de explotaciones porcinas, que incluyen también acuerdos de colaboración con ganaderos para mejorar la competitividad de sus explotaciones y asegurar su continuidad. El grupo suma hoy cerca de 250.000 cabezas de porcino en explotación, en que incluye toda la cadena de valor, salvo la fase final de matadero y procesado, según explica la propia empresaria. En total emplea a algo más de 50 personas. Las seis empresas del grupo alcanzaron una facturación consolidada de 67,7 millones de euros en 2022 y un beneficio neto de 1,8 millones de euros . Una rentabilidad que se redujo por la guerra de Ucrania . " Literalmente es el granero de Europa. Hubo un momento en que para fabricar lo mismo estábamos pagando un 45% más ", explicó María Cinta Segarra. "Afortunadamente no hubo desabastecimiento pero para ello se pagó la materia prima a unos costes tremendos", recordó. Falta de relevo Precisamente uno de los problemas de la actividad en el campo es la cada vez menor población y la falta de un relevo. " La ganadería es un sector duro y que la gente joven no ve con muy buenos ojos . Conseguir que la gente se quede a trabajar es más bien difícil y está siendo complicado", reconoció. Una de las bazas por la que ha apostado para ello es la digitalización, en un sector que definió como "súper regulado", para controlar la trazabilidad. "La innovación es fundamental, pero también cuesta. "El decirle a un señor que se levanta a las 5 de la mañana o a las 6 de la mañana que además tiene que hacer después de una jornada de trabajo unas fichas es duro", señala la empresaria, que también apunta así uno de los problemas que también se enfrenta el sector, la carga de trámites.