El director técnico de la IGP Cordero de Extremadura, Raúl Muñiz, subraya que las ovejas aprovechan los recursos de las zonas que "suelen ser las más pobres" de la geografía, manteniendo así un "equilibrio" con el sistema y los paisajes". La ganadería ovina lleva más de 3.000 años pastoreando por los paisajes extremeños consumiendo un material de "escasa calidad" que sin estos animales cubrirían los montes de la zona. Además, el paso de las ovejas juega un "papel fundamental" en la fertilización de las tierras. Raúl Muñiz explica que "si el pastoreo desapareciera, muchas zonas de nuestra geografía quedarían deshabitadas y olvidadas". Además, resalta que genera "beneficios naturales y sociales" y permite que animales "emblemáticos" de la fauna ibérica como el lince ibérico, el águila imperial y el buitre negro puedan coexistir. La ganadería tradicional beneficia a los ecosistemas en "muchos aspectos", como mitigar los incendios forestales, convertir la materia orgánica en minerales disponibles para que sean utilizados por las plantas, facilitar la existencia de animales importantes como carroñeros o insectos, y evitar que algunas plantas dominen las comunidades vegetales hasta llegar a extinguir a otras, señala. Muñiz ha alertado sobre la "baja oferta" de pastores de los últimos años, algo que "podría terminar con el pastoreo y la trashumancia", acciones que con los años se han catalogado de "vital importancia para conservar el medioambiente y generar sostenibilidad en los ecosistemas". El perfil actual del pastor es de una edad avanzada, concretamente mayores de 60 años, con formación eminentemente práctica y que durante "toda su vida han trabajado en el campo". "Aunque es cierto que los jóvenes se están interesando por el mundo rural y llegan a alcanzar una formación académica mayor, la cantidad de personas que optan por trabajar en el campo no consigue paliar la situación desfavorable que vive hoy en día la profesión de pastor", advierte Raúl Muñiz. De esta forma, resalta la importancia de la IGP Cordero de Extremadura, no solo por su "gran producción" de corderos, alrededor de 70.000 cabezas, sino también por las 400 familias que dependen directamente de esta, además de las indirectas que son "muchas más". La IGP Cordero de Extremadura promociona el consumo de carne de cordero para que el pastoreo y la trashumancia "no caigan en el olvido y puedan seguir dotando a Extremadura de la regeneración de su ecosistema y de la sostenibilidad que esto produce", concluye Muñiz. La actividad trashumante tiene "múltiples beneficios" medioambientales, sociales y territoriales y "debería mantenerse esta forma de explotación extensiva en las regiones en las que conforma paisaje, tejido social y desarrollo económico". Por ello, Corderex reclama un "reconocimiento y valorización" de esta labor a nivel nacional, que sirva para impulsar esta actividad que ha sido el "motor del desarrollo sostenible de este territorio". Cabe recordar que el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida para los corderos que nacen en las Dehesas de Extremadura, que protege y ampara las canales de cordero que han cumplido cada uno de los requisitos que se fijan en su Reglamento. Las canales certificadas en los mataderos, siempre llevarán un precinto de garantía numerado en el garrón de su pata, así como el sello corrido a lo largo de las dos medias canales con la mención 'CORDEREX'.