Sus propietarios quedan exentos de la mayoría de obligaciones que sí se aplican a otros dueños de mascotas El pasado 29 de septiembre entraba en vigor la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, conocida popularmente como Ley de Bienestar Animal . Su cometido es poner freno al maltrato y el abandono animal en nuestro país y, para ello, introduce notables cambios y regulaciones relativas a la tenencia de mascotas. No obstante, el texto legal no se aplica a ciertos tipos de animales. En concreto, quedan excluidos los perros de caza y los animales de trabajo. Dentro de estos últimos, se engloban los perros de granja, animales empleados en actividades específicas (deportivas, aves de cetrería, perros pastores y de guarda del ganado), perros utilizados en actividades profesionales (perros de rescate, animales de compañía utilizados en intervenciones asistidas o animales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o de las Fuerzas Armadas). También otras especies usadas en ámbitos agrarios, turísticos o de transporte (como caballos, mulas, bueyes, vacas y animales de recreación que no sean salvajes). Atendiendo a estas consideraciones, a muchos les surge la duda de cómo afecta la Ley de Bienestar Animal a los animales de trabajo. Así afecta la Ley de Bienestar Animal a los animales de trabajo Cabe destacar que ni la raza ni el tamaño del animal servirán para determinar si son o no perros de trabajo, sino que se los considerará como tal en función de a lo que se dediquen. Así pues, los tenedores de animales de trabajo quedan exentos de las obligaciones más notables de la Ley de Bienestar Animal. Para empezar, no deberán realizar el curso obligatorio que sí se impondrá para el resto de propietarios de animales domésticos. La Ley de Bienestar Animal establece limitaciones en cuanto al tiempo que una mascota puede quedarse sola sin vigilancia -24 horas en el caso de los canes-, pero estos límites no se aplican a los perros y demás animales de trabajo. Aunque sí es preciso que estén debidamente identificados, mediante microchip en el caso de perros o gatos u otros métodos pertinentes para otras especies. Además, es necesario que el animal, sea de caza o de trabajo, cuente con un cobijo donde resguardarse. Además, tampoco tendrán prohibido imponerles métodos que impidan su libre movilidad, como tenerlos atados con una cadena. A este respecto, otra cuestión que les estará permitida es la de aplicar los métodos de adiestramiento que consideren oportunos, incluso metodologías dañinas, como collares de pinchos. Sin embargo, esto está prohibido para los propietarios de otras mascotas domésticas.