La entrada de la viruela ovina en España, en septiembre de 2022, provocó que China, principal comprador de lana nacional, cerrase sus fronteras a este producto. Y a pesar de que el país ya está libre de de esta enfermedad, el gigante asiático aún no ha reabierto sus fronteras. ¿En qué se ha traducido esta medida? En que más de un año y medio después haya toneladas acumuladas en los almacenes, y que incluso no esté cotizando en las lonjas. Con la actual campaña de esquileo cerca de culminar, y con la lana sin encontrar salida, el sector empieza a estar alerta. Hay que tener en cuenta que, en el último año, España ha exportado 9.000 toneladas de Lana, con China cerrada. Un nivel que está muy lejos de las 14.000 toneladas que se vendieron en el exterior el ejercicio anterior al cierre de Pekín. En concreto, ese año, la mitad de las exportaciones tuvieron como destino China. El presidente de la interprofesional del ovino y del caprino de carne (Interovic), Raúl Muñiz, pide un esfuerzo diplomático al Ministerio de Agricultura, para que China vuelva a comprar lana española, dado que nuestro país ya recupero su estatus de 'libre de viruela ovina y caprina'. Un ganadero esquila a una oveja con tijera. | Imagen: Dreamstime Estos días, precisamente, los ganaderos nacionales están muy pendientes de la visita del Ministro del ramo a China, con motivo de la celebración del salón SIAL, para ver si consigue algún avance en la resolución de su problema. El ganadero y secretario general de la Asociación Española de Criadores de Raza Merina (Aecme), Felipe Molina, en declaraciones a EFE , insiste en que ya no se trata de un problema sanitario, sino político. Hay ganaderos que han sido capaces de recoger la lana, pero no les han podido ofrecer un precio estimado de a cuánto le liquidarán el kilo, debido a la incertidumbre. Una situación que contrasta con la vivida en 2019, cuando China tiró con fuerza de la demanda de lana, y se llegó a pagar hasta a 2,40 euros el kilo de merina. Alternativas a la lana El problema del cierre de China es que se suma a una caída de la demanda mundial de lana por parte de la industria de la moda, que apuesta más por otros materias primas, como las fibras sintéticas o el algodón . De hecho, China, más allá de sus reticencias iniciales a nivel sanitario, no tiene mayor interés en abrir el mercado a la lana española porque ya no tiene una demanda potente. De momento, las empresas españolas apuestan por mantener su actividad de recogida y clasificación de lana, para no tener que despedir a plantilla, ya que se trata de una labor específica que requiere formación. Siguen teniendo capacidad de acopio, alquilando nuevos almacenes, pero los ganaderos tienen dudas de si pueden mantener esta estrategia si la situación sigue igual durante la próxima campaña. De ahí que el sector insista tanto en la importancia de la diplomacia para desatascar la situación con China, porque ese destino absorbía gran parte de la lana que se exportaba. El sector necesita que abra las frontera, se desatasque la situación y la lana vuelva a revalorizarse.