La cuenca del Ebro encara el año hidrológico que empieza el 1 de octubre con un 52% más de reservas. La imagen de la abundancia está en la presa del Cinca, algo "nunca visto" al acabar la campaña de riego, ya que incluso está desembalsando.
NOTICIA
La torre de Mediano apenas es visible con el embalse al 98%, algo inusual después del verano.
Javier Navarro
Tras un largo periodo de tres años de sequía que puso a prueba la gestión de la cuenca, el Ebro encara el año hidrológico 2024-2025 que empieza mañana (va del 1 de octubre al 30 de septiembre) con más reservas en sus embalses. Los pantanos se encuentran al 57% de su capacidad, 20 puntos por encima de hace un año. De los 2.904 hectómetros cúbicos que almacenaban a finales de septiembre de 2023 se ha pasado a 4.436 en la actualidad, lo que representa un aumento del 52%.
Las cifras globales invitan al optimismo, pero la abundancia no se reparte por igual. Mientras en la margen izquierda la campaña de riego, que concentra el 90% del consumo, acabará en unos días con un elevado volumen de agua en los embalses y algunos llenos como los del Cinca y el Ésera, algo inusual a estas alturas del año, en el sur de la Comunidad Autónoma siguen en alerta ríos como el Guadalope y el Matarraña . La reserva de la margen derecha solo llega al 36%, lejos de la media habitual por estas fechas (47%).
La mejor imagen de este año hidrológico húmedo la encontramos en el embalse de Mediano , que está al 98% de su capacidad, cuando en septiembre de 2023 apenas superaba el 20%; y en Barasona, al 95%, tres veces más que hace un año. Yesa se sitúa al 44%, mejor que doce meses atrás, lo mismo que La Sotonera (61%) y El Grado (71%). Y la cuenca del Noguera-Ribagorzana empieza a remontar después de que la reserva en Canelles, el embalse más grande del Pirineo, tocara fondo con poco más del 10%. Esta semana había alcanzado el 35%, y otra de las principales piezas de regulación, Mequinenza, ha pasado en 12 meses de 36 al 67%.
En el norte de la cuenca las lluvias han sido muy abundantes. El año hidrológico 2022-2023 empezó con los pantanos vacíos, pero en octubre llegó un tren de borrascas con cuatro episodios de crecidas que en apenas unas semanas los llenó , hasta el punto de que hubo que realizar desembalses. La tendencia se mantuvo en primavera, acompañada de intensas nevadas tardías. Y este mes de septiembre las DANA han sido el remate a un año hidrológico muy húmedo.
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La cruz la encontramos en los embalses de la margen derecha, de menor capacidad y consumo pero que apenas se han podido recuperar con las escasas lluvias del verano. La Loteta está al 67%, pero Santolea solo llega al 13%, Calanda al 20% y Caspe al 14%.
Hablan los regantes
Los embalses del norte todavía habrían podido almacenar más agua, destacan los regantes de Bardenas, porque han tenido que soltar mucha de la que llegaba. "A 31 de mayo se habían producido unas aportaciones de 1.486 hectómetros cúbicos, lo que habría llevado a verter incluso con el embalse de Yesa recrecido", señalan en el balance de una campaña de riego "irregular", que está dando sus últimos coletazos y que ha destacado sobre todo por las aportaciones de octubre a abril y las de este mes septiembre. Dicen que gracias a las lluvias de las últimas semanas acaba en niveles adecuados para afrontar los cultivos tardíos de verano y las siembras de cereal de invierno, aunque la próxima quedará nuevamente al azar de la meteorología.
"Vamos a acabar la campaña de riego con los embalses en una situación nunca vista, y eso después de años muy complicados. Tener en los pantanos del Cinca prácticamente tanta agua como al inicio es totalmente inusual ", declara, por su parte, José Antonio Pradas, presidente de Riegos del Alto Aragón, en la intercuenca Gállego-Cinca, la mayor comunidad de regantes del Ebro y de España.
Y es que Mediano, la pieza principal, está prácticamente llena, con 320 hectómetros más que hace un año. Incluso está desembalsando a la vecina presa de El Grado para mantener un volumen de resguardo suficiente, porque el otoño, la estación de lluvias por excelencia, no ha hecho más que empezar . Las sucesivas DANA del mes de septiembre han disparado su reserva del 47 a casi el 98% en apenas dos semanas.
Esta situación da bastante tranquilidad a los agricultores de la intercuenca Gállego-Cinca para afrontar la campaña de 2025, cuando aún faltan seis meses para volver a poner en marcha los aspersores. Eso sí, se lamentan de que en el río Gállego no exista mayor capacidad de regulación para haber podido almacenar los excedentes de las crecidas.
La otra gran comunidad de regantes, el Canal de Aragón y Cataluña, afronta igualmente con optimismo lo que su presidente, José Luis López, considera el inicio de un ciclo húmedo, tras otro seco que ha durado tres años. Los embalses empezaron muy mal, pero han acabado con bastante agua. El de San Salvador está al 62%, Barasona al 95% (el año pasado tenía un 33%) y la cuenca del Noguera-Ribagorzana, víctima de una dura y larga sequía, se empieza a recuperar. Canelles todavía tardará dada su gran capacidad (679 hectómetros cúbicos), pero ha pasado del 12 al 35%.
La peor parte se la han llevado los regantes turolenses, porque mientras la normalidad domina el mapa de la cuenca del Ebro, pintado mayoritariamente de verde, siguen en alerta por escasez las cuencas del Guadalope y el Matarraña.
Según José Fernando Murria, de la Junta Central de Usuarios del Río Guadalope, la campaña se ha salvado "como se ha podido". "Comenzó mal en mayo. La gente se asustó y empezó a regar más de la cuenta, pero luego vimos que estábamos gastando más agua de lo normal". Eso sí, para el secano y para el monte, en general ha sido "un desastre", afirma.
Murria muestra su preocupación porque el año hidrológico empieza en su territorio con pocos recursos, pues, a diferencia de otras zonas de Aragón, "sigue sin llover", salvo trombas de agua muy localizadas que solamente han dejado daños.
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