El campo español tiene la capacidad, la superficie y las herramientas para desarrollar energía renovable. Todo ello para reducir emisiones a la vez que surgen nuevas oportunidades de negocio
O bjetivo: desarrollar cada vez más energías renovables . Esta es la meta de la práctica totalidad de los países de la Unión Europea a corto, medio y largo plazo, así que todos ellos están buscando e investigando todas las opciones de obtener y usar este tipo de energía y, de este modo, alcanzar la neutralidad climática en 2050.
En el caso de España, los residuos y la biomasa agroforestal y ganadera forman parte de este abanico de alternativas. Y, en realidad, tiene todo el sentido que nuestro país apueste por el campo a la hora de buscar fuentes de energía . Porque, por un lado, somos el segundo país de la UE con mayor superficie agrícola; y por otro, porque somos el tercero en superficie arbolada.
Los países con mayor superficie agrícola de la ue
(Datos en miles de hectáreas)
Con estos datos, no es de extrañar que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) 2021-2030 , que define nuestros objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero , aspire a aumentar la presencia de la biomasa dentro del parque de generación de potencia instalada de energía eléctrica.
De hecho, el Escenario Objetivo del programa es que, en 2030, su presencia alcance los 1.408 MW , poco menos del doble de la actual, registrado además un crecimiento exponencial respecto a los datos de 2015 y 2020.
Evolución de la potencia instalada de energía eléctrica (mw)
Es por ello que el Gobierno prevé aumentar la producción de biomasa en la planificación de la transición energética, ya que, según el Pniec, "la gestión y el aprovechamiento de la biomasa conllevan, además de su potencial exclusivamente energético, elementos de valor añadido". En particular, "permiten la dinamización del entorno rural y mitigan el riesgo de despoblación".
El aprovechamiento de la biomasa dinamiza la economía y mitiga el riesgo de despoblación de los entornos rurales.
En cuanto a los residuos, el Plan reseña que "son un elemento clave dentro de la economía circular ", por lo que "es necesario desarrollar actuaciones que faciliten la conexión y el logro de ambos objetivos: una transición justa y una economía circular".
Daniel García , responsable de Proyectos e Innovación de Avebiom, lo tiene claro: "A pesar de que la energía solar y la eólica son más conocidas cuando hablamos de renovables, la realidad es que la biomasa es la gran protagonista en la generación térmica, suponiendo actualmente del 70 al 80% en calefacción y calor industrial". Y es que "frente a la tendencia actual de electrificar la generación de calor, la biomasa ofrece una solución rápida y renovable que permite desacoplar a industrias y hogares del precio de la electricidad y evita la sobrecarga o saturación de la red eléctrica", afirma.
Las renovables que salen de la biomasa y los residuos
La agricultura, la ganadería y las podas forestales generan una serie de restos orgánicos que, una vez tratados, pueden convertirse en algunas de las siguientes fuentes renovables :
Energía eléctrica, térmica y redes de calor
La biomasa agroforestal y ganadera puede ser transformada en energía térmica . Lo hace cuando se recurre a residuos como las astillas, los pellets e incluso los huesos de aceituna, que son tratados para, posteriormente, generar este tipo de energía, que puede ser usada en entornos industriales, pero también en comunidades de vecinos o en casas. Estos vecinos además pueden acceder a las redes de calor , producidas a través de calderas; o a la propia energía eléctrica , que es generada mediante la combustión de la biomasa.
Este último ejemplo lo conoce bien Agustín Nieto, un empresario de Socuéllamos (Ciudad Real) que gestiona un negocio de grúas. Su actividad podría desempeñarse exclusivamente en obras o carreteras, pero lo cierto es que va mucho más allá. Agustín también emplea sus grúas para recoger cepas y sarmientos de todos los viñedos de la provincia de Ciudad Real y, posteriormente, trasladarlos a una planta que emplea la biomasa para generar electricidad.
Biometano
La industria lleva años pensando en alternativas al gas natural. En este contexto surge el biometano , un gas renovable que realiza esa función sustitutiva, con el añadido de que puede ser inyectado en la red gasística actual. Lo mejor de todo es que la materia prima del biometano son precisamente los restos orgánicos que generan la agricultura y la ganadería.
Esta fuente renovable está experimentando un auge claro. Según Sedigas, la Asociación Española del Gas, en España hay actualmente una decena de plantas que ya convierten estos residuos en biometano. Y la tendencia no va a parar, ya que existen más de 200 nuevos proyectos en desarrollo .
Combustibles renovables
El transporte es uno de los sectores que más está apostando por su descarbonización , y aquí la biomasa agroforestal también juega un papel importante. Y es que el campo español genera diversos residuos que pueden ser verdaderamente útiles: los purines de ganado, los restos de poda, las semillas de las cosechas o los restos de comida de los animales pueden convertirse en combustibles renovables .
Para Pedro Segovia , gerente de Desarrollo de Negocio de Biomasa en Repsol, "la abundante biomasa que genera el campo español es el futuro de los combustibles renovables". Esta compañía acaba de poner en marcha en Cartagena la primera planta de la península ibérica dedicada a la producción de combustibles 100% renovables a escala industrial. Utilizará, además, aceite de cocina usado y grasas residuales como materias primas, "que técnicamente son más sencillos de producir, pero es un tipo de residuo más escaso. Cuando las tecnologías estén maduras, y en algunas ya se está cerca, la biomasa será determinante para producirlos, ya que España dispone de enormes recursos".
Todos estos usos renovables, además, pueden suponer un extra en la autonomía energética de España. Y es que nuestro país depende en gran medida del suministro procedente del exterior, con lo que la producción de electricidad, calor o biometano a partir de biomasa agroforestal y ganadera podría aumentar nuestras reservas energéticas y, con ello, reducir significativamente la dependencia de otros territorios.
Se trata, en definitiva, de una estrategia con diversos focos y beneficios. En primer lugar, aprovechar los residuos agroforestales y ganaderos; en segundo, generar una nueva actividad en el campo español; en tercero, aprovechar el potencial de nuestro país para generar más renovables; y en cuarto, aumentar la independencia energética de España.
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