La asociación agraria Asaja Murcia asegura que el problema de la laguna involucra a todos los sectores de la sociedad, y propone medidas para que la agricultura minimice los daños Mientras que se ultiman los detalles de la Ley de Protección Integral del Mar Menor, cuya aprobación está prevista que se lleve a cabo en la sesión parlamentaria del próximo 26 de este mes, desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de la Región de Murcia (Asaja) apuntan al uso de biofertilizantes para frenar uno de los principales problemas que padece la laguna salada, cuya contaminación hace cada vez más difícil su recuperación.
Publicidad De hecho, desde la asociación se recuerda que se trata de un problema «de enorme complejidad» que involucra a todos los sectores de la sociedad, y no solo al agrícola, pero que si se trabaja de forma coordinada, la incidencia en dicho espacio natural puede ser cada vez menor.
Y en ello enmarca la utilización de los biofertilizantes en los cultivos regionales que, junto con los productos de residuo cero de última generación, «son una potente herramienta que viene a complementar una serie de acciones necesarias para respetar el medio ambiente, sin menosprecio del sector agrícola como motor socio-económico de la Región», relatan desde Asaja.
Entre las alternativas propuestas se encuentra la minimización de insumos (fertilizantes y fitosanitarios), la recogida de drenajes, la mejora de la fertilidad con enmiendas orgánicas, el uso de abonos de liberación controlada, la rotación de cultivos, las franjas de vegetación, las zonas de protección, los humedales naturales, la canalización hidráulica, el control de avenidas y la ordenación urbana.
Estos tratamientos pasan, según Asaja, por la utilización de bacterias PGPR (Promoting Growth Plant Rhizobacteria) o bacterias promotoras del crecimiento vegetal, que según los expertos «favorecen la fijación de nitrógeno atmosférico y la solubilización de fósforo y potasio, es decir, que potencian el ciclo biogeoquímico de los nutrientes. Así pues, su uso permite reducir el aporte de fertilizantes cristalinos hasta el punto de reducir costes y mejorar la rentabilidad».
Publicidad De la misma manera, se explica que también existen hongos arbusculares que se adhieren a las raíces, «iniciando un intercambio mutuamente beneficioso, en el que la planta recibe agua y nutrientes a cambio de azúcares».
Este tipo de hongos se pueden encontrar en ciertas cepas que «mejoran» la incorporación de restos orgánicos a la matriz del suelo, «enriqueciendo el complejo arcillo-húmico, responsable de la retención de nutrientes intercambiables para la planta».
Publicidad Máximo interés en Murcia
Para la asociación agraria, todo este potencial es de «máximo interés» y está de plena actualidad en la Región de Murcia, «que actualmente sufre una crisis medioambiental sin precedentes en el Mar Menor».
Asaja resalta que la agricultura murciana siempre ha sido «pionera», implementando soluciones sostenibles, «y los agricultores, cada día más, están concienciados y dirigen sus esfuerzos para proteger el medio ambiente en el que se integran, en cumplimiento de las exigencias de los mercados internacionales, buscando las máximas garantías en salubridad, calidad y respeto medioambiental».
Biotecnología para todos los cultivos Desde Asaja se recomienda a los agricultores, tanto de cultivos convencionales como ecológicos, el uso de los productos de Fyneco, una empresa especializada en la formulación y fabricación de nutrientes, correctores de carencias, bioestimulantes y microorganismos beneficiosos. De hecho, emplean tecnologías en I+D+i para implantar biotecnologías que permiten la obtención de cosechas «plenamente productivas y de calidad, con un ahorro significativo en insumos fertilizantes y agua de riego».