Biocontrol y 'machine learning' lideran el combate sostenible contra las plagas
Compartir
La búsqueda de soluciones verdes activa el ingenio en la lucha contra las plagas
Biocontrol y 'machine learning' lideran el combate sostenible contra las plagas
Las exigencias de la UE para limitar el uso de químicos en el campo aceleran las investigaciones en busca de innovadoras y sorprendentes alternativas
Charro Barroso
Suscribete
La UE está preparando una batería legislativa para limitar el uso de plaguicidas en sus campos. Esta iniciativa pretende hacer realidad el Pacto Verde y la estrategia De la Granja a la Mesa. Los peligros de los plaguicidas químicos para la salud son evidentes, pues pueden provocar efectos dermatológicos, gastrointestinales, neurológicos, cancerígenos, respiratorios, reproductivos y endocrinos. Además, el uso de ciertos pesticidas químicos aminora la población de polinizadores, absolutamente vitales para el desarrollo de los cultivos.
La cadena de producción agroalimentaria busca alternativas sostenibles e innovadoras para el control de las plagas. Y se ha apuntado, por ejemplo, a la IA. Un ejemplo es el proyecto AgrarIA, consorcio de 24 organizaciones públicas y privadas coordinado por GMV, en el marco de la Agenda España Digital 2025 y la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial.
Noticia Relacionada
D. A.
Su objetivo es implementar la inteligencia artificial en la digitalización del uso del agua
El proyecto está financiado a través del Programa Misiones de I+D en Inteligencia Artificial de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia) del Ministerio de Asuntos Económicos, y con la financiación de los fondos del Plan de Recuperación, Resiliencia y Transformación. Un caso de uso dentro del proyecto consiste en la investigación sobre nuevos productos para el control de plagas. Así lo explica Miguel Hormigo Ruiz, director del Sector Industria de GMV: «El desarrollo del proyecto se basa en una estrategia de trabajo en cuatro ejes principales: el gobierno del dato, la sostenibilidad, la importancia de la cadena de valor y la relevancia del concepto de plataforma de Inteligencia Artificial. Y dentro de las iniciativas que estamos llevando a cabo en la plataforma de IA está el asunto de las plagas».
«Un equipo de drones vigila el invernadero. Disponen de cámaras especiales con un ámbito espectral que permite ver la luz, pero también son capaces de detectar en una hoja específica de una planta concreta, como el tomate, las señales de una plaga», indica Hormigo.
Una vez que se detecta la plaga, la información se envía a la plataforma. Para evitar su propagación, se analiza cuál es el biopesticida más adecuado y al mismo tiempo el sistema informa si lo tiene desarrollado o si hay que crearlo rápidamente. Los drones también difundirán ese biopesticida de manera precisa mediante microdifusores.
Hongo 'comeinsectos'
Glen Biotech, empresa adquirida por Symborg, ha trabajado con el hongo 'Beauveria bassiana' 203, tratado con objetivos bioinsecticidas. Recientemente las autoridades europeas han dado pista libre para que se use comercialmente. El sistema consiste en controlar los insectos que forman una plaga gracias a este hongo, que los hace desaparecer.
Symborg es una compañía murciana de referencia con un catálogo de productos disruptores como bioestimulantes, biofertilizantes y soluciones de biocontrol basados en microorganismos y biomoléculas. Tiene filiales con equipo propio en nueve países, aparte de España: Turquía, China, Francia, Portugal, Estados Unidos, México, Perú, Chile, Brasil.
Propuestas de valor La IA ya es clave en el control de plagas (arriba)/ Ainhoa Martínez, investigadora del proyecto de Irnasa-CSIC sobre gestión de microbiomas (abajo izquierda)/La murciana Symborg trabaja en un sistema que controla los insectos de las plagas gracias al hongo 'Beauveria bassiana' 203, que los hace desaparecer (abajo derecha)
Francisco Javier García Domínguez, Chief Marketing Officer en Symborg, señala que son cuatro las demandas del mercado para este tipo de productos: «La protección del medio ambiente, la tensión regulatoria, la del consumidor que exige que la producción agrícola cumpla los estándares de seguridad y calidad alimentaria y la cuestión técnica de cancelación de viejas sustancias activas».
Sobre la eterna duda de los costes de insecticidas y fertilizantes biológicos, García Domínguez afirma que «no son productos caros. La agricultura debe ser rentable. El agricultor busca un retorno de la inversión. Si la solución funciona, no es caro».
Frente a aquellos que piensan que ya no habrá pesticidas químicos, García Domínguez aclara que «el biocontrol no tiene respuestas a todos los problemas. No se trata de que la química tradicional tenga que desaparecer. Hay que buscar una gestión combinada, de tal manera que se den respuestas eficaces y sostenibles a lo que están buscando el consumidor y el legislador».
Microbiomas
El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (Irnasa-CSIC) está realizando una investigación que se basa en la gestión de microbiomas del suelo para hacer que las plantas sean más resistentes a las plagas de insectos.
Aunque las estrategias basadas en microorganismos se han utilizado desde hace décadas, se ha aplicado a un campo de cultivo un microorganismo beneficioso o un consorcio sencillo. Según Ainhoa Martínez Medina, investigadora principal del proyecto, «los resultados han sido irregulares, como declaran los agricultores, porque no se mantienen las interacciones y estamos olvidando de toda la ecología del suelo».
«La última tendencia es trabajar con comunidades más complejas de microorganismos, incluso con microbiomas completos, como es en nuestro caso. La idea es recuperar ese microbioma natural de las plantas para hacerlas menos dependientes de los fertilizantes y pesticidas químicos», comenta Martínez.
¿Y cómo se hace? «Para recuperar el microbioma nos basamos en la estrategia de rotación de cultivos -dice la investigadora-. Cuando una planta crece en un suelo va a propiciar el desarrollo de un microbioma. Si luego ponemos otra planta, ya tenemos un microbioma que puede ayudar a que la nueva planta crezca en ese suelo. Utilizamos plantas que en estudios anteriores hemos comprobado que pueden generar microbiomas beneficiosos, como algunos pastos típicos de las dehesas. Y luego sobre ese suelo que han modulado con ese microbioma plantamos especies de interés agrícola, como el tomate o la lechuga». Ahora están realizando bioensayos, pero el año que viene llevarán los experimentos al campo.
Radiación
Uno de los sistemas ya implantados para combatir las plagas es el control biológico con radiación. En España, el Centro de Control Biológico de Plagas, bioplanta en Caudete de las Fuentes (Valencia), fue pionero desde 2007 de esta técnica. Aquí se ocupan del principal método de lucha contra la mosca del Mediterráneo, que afecta sobre todo a los cítricos. Tras la esterilización de los machos, se realiza una suelta masiva, lo que impide la fecundación y preserva los cultivos.
MÁS INFORMACIÓN
'AI. More than human', una exposición para conocer la historia de la inteligencia artificial
Otra fórmula sostenible de controlar las plagas es el uso de feromonas. Las feromonas son sustancias naturales que las hembras de determinadas especies emiten para incitar al macho al apareamiento. Si se liberan copias de esos aromas en los cultivos, se entorpece que el macho siga el rastro. Así se reduce el apareamiento y la población.
Ver comentarios (0)