Javier Rincón: "La agricultura está sufriendo y en Europa ni nos ayudan ni nos entienden"
El consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón se puso al frente del departamento con la salida de Vox del Ejecutivo autonómico y analiza ahora la situación del sector en la comunidad cinco meses después de su nombramiento
El consejero de Agricultura, Javier Rincón, esta semana en el Edificio Pignatelli, antes de la entrevista con este diario. / JOSEMA MOLINA
Sergio H. Valgañón
Zaragoza 22 DIC 2024 5:11
Javier Rincón se puso al frente del departamento con la salida de Vox del Ejecutivo autonómico, adelantó el pago de la PACy resolvió las ayudas agroambientales. Rincón no se plantea todavía poner coto a la extensión de las granjas de porcino en la comunidad, quiere que la ley de agricultura familiar quite burocracia y apuesta por la extensión del regadío por el territorio. Es consciente, además, del cambio de modelo productivo y de un futuro con presencia de grandes fondos de inversión.
¿Cómo ha vivido los primeros cinco meses al frente de la consejería?
Intensos, configurando el nuevo equipo e investigando los asuntos que estaban en marcha, además de iniciar otros. Hemos resuelto algunas cosas enquistadas, como las ayudas agroambientales o el anticipo de la PAC, que lo hemos pagado antes de otros años. Las ayudas de la sequía o el ICO-Saeca.
Su manera de entrar al Consejo de Gobierno no fue muy normal, con la salida de otro partido.
Fue totalmente inesperado. Estaba en Hacienda como secretario general técnico. Soy un servidor público que lleva 30 años en la Administración e intento hacer las cosas lo mejor posible. Asumo el reto.
¿Qué se encontró en la consejería al comenzar a trabajar?
Me gusta poco hablar de lo anterior. Había cosas que se habían trabajado bien, otras que iban más despacio, otras en las que no se podía avanzar, como la sequía, porque faltaban datos.
La vicepresidenta Mar Vaquero y el consejero Octavio López sí han criticado las tareas realizadas por el exvicepresidente Nolasco.
Agricultura tiene más continuidad, viene muy marcado por normativas europeas y por líneas que siempre hay que mantener. La propia inercia de Gobiernos anteriores marca esa continuidad. A lo mejor el departamento de Despoblación, que no había existido, tuvo mayor dificultad para poner en marcha nuevas políticas. En Agricultura la realidad nos arrolla y tenemos que seguir avanzando porque las ayudas deben salir y la gente, cobrar.
¿Cómo valora la situación del sector tras conocer la Renta Agraria Aragonesa de 2023?
Salía una renta agraria en línea con la nacional, con un crecimiento del 12% y con más de 2.000 millones de renta. Ha venido motivada por el incremento de la producción ganadera y una reducción de costes. La renta agrícola se redujo por la gran sequía en todo Aragón, que este año se ha dado en zonas concretas. Para este 2024 , a falta de los datos concretos, la sensación es positiva. La ganadería da estabilidad, los precios están bien y la fruta ha ido mejor, pero siempre deseamos precios más altos. Sobre el cereal, ha habido cosechas extraordinarias en algunas zonas.
Se ha visto la fuerza del sector ganadero. ¿Teme tener dependencia del porcino?
Hay una dependencia importante. Pero tenemos la suerte de que los productores tienen mercados más diversificados porque ya no hay tanta dependencia de China. Hay que vigilar las normativas, que siempre buscan atacar al sector, como la nueva norma de bienestar animal, que obliga a tener más espacio libre y regula el transporte. Es un sector que va bien, crea riqueza y asienta población, pero creo que Aragón tiene un sector agrario muy diversificado. Somos líderes en fruta de hueso o alfalfa, somos potencia en frutas y almendra y otros tipos de ganado.
¿Se plantean poner coto a la creación de granjas de porcino? Hay cierta contestación social.
Aragón es muy grande. Puede que haya zonas donde hay muchas granjas, pero el Inaga y la CHE son los que tienen que valorar las condiciones. Hay proyectos de biogás y reciclaje de purín que contribuyen a aliviar la carga ganadera y favorecer la implantación de granjas.
¿Tiene previsto analizar en qué zonas ya no se pueden instalar ?
A día de hoy no nos lo planteamos. Sí que creemos que hay temas con la ley de Agricultura Familiar que tenemos que atacar, como la distancia entre granjas, que a veces es excesiva, o el número de cabezas, pero no somos partidarios de hacer más exigencias.
¿Llegará la Ley de Agricultura Familiar antes del verano?
Ese es nuestro horizonte. El espíritu general es intentar simplificar las cosas y no añadir más burocracia a un sector que por desgracia ya está muy regulado.
¿Hacia dónde quiere llevar la ley?
Hay muchos temas. La transmisión de fincas, por ejemplo, porque no está bien regulado al mezclar lo que fue patrimonio agrario con bienes e inmuebles ordinarios. Es un ejemplo de muchos.
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¿Esta ley puede ayudar a definir el modelo agrícola aragonés?
No hay un modelo único. Hay grandes fincas, fincas familiares, explotaciones, secano, regadío... Todos deben convivir. Es necesaria la agrupación y que las cooperativas sean más grandes, que haya empresas aragonesas que puedan competir. Hay que encontrar un equilibrio porque el mundo va en una dirección y no podemos ser la aldea gala que tenga un modelo diferente. La agricultura mediterránea está sufriendo y en Europa no nos ayudan mucho ni entienden nuestros problemas.
¿Qué posibilidades hay de que Europa llegue a comprender al sur?
Hay muchos problemas que Europa tiene que solucionar y no sé si somos capaces de trasladárselos.
¿Qué relación puede tener la DGA con la llegada de los grandes inversores al sector agrario?
Las competencias son las que son. Si llega alguien, compra unas tierras y monta una plantación en intensivo de almendro u olivo, no deja de ser una agricultura que está ahí y forma parte del sector. Es cierto que hay empresas que lo usan para compensar huellas de carbono, pero también hay producción. Desde el departamento tampoco tenemos subvenciones ni apoyo especifico para ello. La clave es convivir. Insistimos en la calidad diferenciada, en que el producto se hace de otra manera, y vamos detectando que el consumidor también lo busca. Por eso Alimentos de Aragón es prioritario.
El consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Javier Rincón, esta semana. / JOSEMA MOLINA
¿Falta educación en el consumidor?
Falta. También es verdad que es un tema de precios. Tenemos un porcentaje de marcas blancas más alto que en otros países, pero las decisiones de consumo las toman millones de personas. Hay países donde se elige antes el producto nacional o el europeo. En el sector del vino sí que la calidad diferenciada se está valorando.
¿Cómo afronta Aragón la crisis global del vino?
Es un sector que tiene problemas de varias razones. Arrastran stock del covid todavía, luego la guerra de ucrania y un cambio en hábitos de consumo. En Aragón, las denominaciones de origen trabajan muy bien y no tenemos los problemas de otras comunidad, como Extremadura y Castilla-La Mancha, donde hay mucho granel. Las D.O. harán esfuerzo para seguir exportando vino, pero nos parece que pueden salir adelante. Seguimos con atención la crisis de las viñas y ver cómo hace Francia el proceso de arrancar viñas, aunque la agricultura seguirá. Abrir mercados y productos es bueno, como el caso de que Aragón pueda acoger arándanos. Queremos que haya de todo en todas las épocas del año y es a lo que nos estamos acostumbrando.
¿Vamos hacia un modelo de equilibrio e internacionalización, de grandes y pequeños productores?
No me gusta el concepto de uberización del campo. Las empresas se van concentrando en este sector como en otros. Hay maneras de convivir. En la cereza, por ejemplo, se está yendo hacia la integración y es un cultivo que crece con buenos precios. Hay alternativas para que el pequeño agricultor siga trabajando y viviendo de su explotación.
¿La convivencia es factible?
Entiendo que sí. El campo es duro, hay envejecimiento de la población y se abandona el mundo rural. Es un problema complejo pero también hay ejemplos opuestos. Hay que lanzar mensajes positivos porque da la sensación de que el campo se acaba. Con regadío, explotaciones y buenas comunicaciones, la gente se asienta.
¿Qué se puede hacer con el regadío?
Hace falta capacidad de almacenamiento y finalizar las obras hidráulicas. Que la CHE plantee la reducción de dotaciones es algo difícil de entender.
El exconsejero Ángel Samper llegó a decir que no podría dar ayudas directas sino tenía una partida de 100 millones.
Ayudas directas para qué y para quién. Tenemos 70 millones de margen para hacer políticas, pero casi la mitad para cofinanciar actuaciones, por lo que tenemos en torno a 40 millones para actuar. Creemos que potenciar la figura del seguro agrario es una manera de que las ayudas lleguen de otra forma.
¿El campo se va a tener que acostumbrar a la fórmula del crédito blando?
Nos han criticado, pero el incentivo del 5% de la DGA y el trabajo de los bancos ha hecho que el 50% de los fondos del ministerio hayan venido a Aragón. Nos parece una buena fórmula.
¿Cómo va a resolver la falta de funcionarios?
Es un problema que afecta a todo el Gobierno de Aragón . Había procesos paralizados, mucha temporalidad y el nuevo Ejecutivo puso como prioridad esta tarea. El esfuerzo del año ha sido tremendo y creemos que 2025 va a ser un año clave. La mitad de las vacantes las tenemos en fases avanzadas de provisión y tenemos puestos que se empiezan a cubrir.
Las idas y venidas del acuerdo Mercosur desde Aragón
¿Cómo plantea el acuerdo Mercosur y los aranceles que seguramente implante Trump?
Vamos a esperar a la llegada de Trump, a ver cómo vuelven los aranceles. Tenemos sectores que se verán perjudicados por Mercosur, pero otros, en cambio, se verán beneficiados. El libre comercio es bueno, pero tiene que ser en igualdad de condiciones para todos. No podemos admitir como iguales productos que son distintos. Hay que garantizar la igualada.
¿Teme un invierno caliente y con protestas en las calles por parte del campo aragonés?
No puedo evitar que la gente proteste. Pero sí creo que se debe saber lo que se quiere, saber a quién corresponde cada problema y ver lo que se puede hacer. Entiendo las protestas y algunas cosas las comparto, pero entre todos debemos vender un sector como atractivo. Las protestas ayudan poco. Hay que presionar entre todos a Bruselas, pero no sé si la forma es sacar los tractores a la calle sin autorización.
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