Victoria Gaudes, de Azaila, recibió hace unos meses una mención de honor en 'Mejor Contenido en Emprendimiento' en los Premios Aragón Influye.
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Victoria, dentro del tractor, ante uno de sus campos.
V. G.
Resulta, sin ni siquiera pretenderlo, todo un ejemplo en la lucha por la igualdad de género. Victoria Gaudes es una joven agricultora de Azaila desde 2020, año en el que comenzó su trabajo en el campo, rompiendo con todos los estereotipos que tenía alrededor y abriéndose camino -y triunfando- en un mundo claramente masculino. "Cuando me animé a trabajar en esto, con mi tractor, yo estaba convenida de que iba a poder, pero muchos me decían: '¿A dónde vas tú?' Simplemente por ser mujer -la única en su pueblo que hace esta labor- y porque hasta ese momento, aunque mi padre era agricultor, yo no sabía nada del tema".
El tiempo le ha dado la razón a esta emprendedora, nacida en 1994, lo que le produce un gran orgullo. "Ahora ya nadie me dice nada", asegura sonriendo. Y no es para menos: hace unos meses, además, recibió una mención de honor en la categoría de 'Mejor Contenido en Emprendimiento' en los Premios Aragón Influye 2024 , entre unos 500 participantes. Porque Victoria, además de dedicarse a la agricultura, quiso también dar visibilidad a su labor a través de las redes sociales: "La mención me hizo muchísima ilusión porque no me la esperaba".
El galardón, que premia a los mejores creadores de contenidos de la comunidad aragonesa, le fue concedido porque a través de sus páginas @madre.agricultora, tanto en Instagram como en TikTok , se ha convertido en una auténtica influencer. "Simplemente intento mostrar cómo es el día a día de mi trabajo -explica con sencillez-. Las redes sociales me parecen un medio magnífico para dar voz y visibilidad".
"Desde que decidí dedicarme a la agricultura, en el año 2020, me siento mucho más feliz"
Nacida en Zaragoza y tras pasar su infancia en Azaila y en la capital zaragozana por temas de estudios -allí cursó la ESO y un grado medio en Comercio y Marketing-, en 2014 volvió a su pueblo. Primero trabajó como autónoma en hostelería, en distintos bares, pero durante la pandemia determinó cambiar el rumbo de su vida dando un giro de 180 grados y dedicarse a la agricultura. "Vengo de familia de agricultores, de hecho he continuado con el trabajo de mi padre, ya jubilado", expone. Cultiva cereal de secano, concretamente avena, trigo y cebada. "Mi vida ha cambiado muchísimo. El trabajo del bar era muy esclavo y ahora en cambio tengo mis propios horarios -relata-. Por supuesto que trabajo mucho, pero ahora soy mi propia jefa y puedo organizarme como mejor me convenga, por ejemplo yendo a por mis hijos al colegio si mi marido no puede un día, ya que trabaja por cuenta ajena en una granja de cerdos". Porque Victoria, además de todo, es madre de dos niños, de 5 y 7 años. "El mayor aún no tiene clara su vocación, pero el pequeño dice que le encantaría poder dedicarse al pastoreo ya", comenta divertida.
Más sencillo que hace décadas
Victoria es consciente de que las máquinas y todos los adelantos le ayudan en su trabajo. "Hace 50 años sí que se trabajaba con la fuerza, pero hoy en día es mucho más importante usar la cabeza: si una cosa no la puedo hacer, pruebo de otra manera", resume.
La avena es uno de los cereales que cultiva.
V. G.
En todo lo que respecta a la agricultura, empezó de cero, aunque tuvo la suerte de contar con el mejor maestro: "Al principio, iba con mi padre, quien me fue enseñando todo. Para él resultó una verdadera sorpresa que me quisiera dedicar a esto". Después, hizo diferentes inversiones para modernizar su explotación, comprando un tractor y cambiando de maquinaria, aunque no ha podido hacerlo como quería debido a que le han tocado momentos difíciles, con la guerra de Ucrania y dos años seguidos de sequía.
Acogida al programa de Jóvenes Agricultores, dispone de 167 hectáreas. Su trabajo le permite gozar de una de sus grandes pasiones: la naturaleza. "Me gusta muchísimo ver tanto los amaneceres como los atardeceres... además, siempre que me cruzo con un animal, por ejemplo un zorro, intento fotografiarlo". Aunque durante años jugó al fútbol sala, ahora se conforma con ir al gimnasio. Por lo demás, se define a sí misma como una mujer a la que le encanta juntarse con sus amigos para disfrutar de una buena barbacoa o simplemente "echar unos vinos".
Entre sus retos, tiene montones de ideas en la cabeza: "Por ejemplo, probar la siembra directa en vez de la tradicional. Pero necesitaría nueva maquinaria y todavía tendré que esperar".
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