Los autores de 'La Guía de Vinos', de La Vanguardia, reseñan las mejores propuestas del año 7 vinos para beber en algunas de las ciudades más románticas del mundo Estas botellas recomendadas por los expertos que firman La Guía de Vinos 2025 de La Vanguardia, dirigida por Lluís Tolosa, reflejan las últimas tendencias en enoturismo, sostenibilidad y packaging. También la preocupación por recuperar variedades ancestrales y la innovación en el envasado o el creciente interés por la agricultura regenerativa. Reflexionemos... El vino es una de las pocas bebidas con la maravillosa capacidad de madurar y enriquecer sus cualidades organolépticas con el paso del tiempo. Por eso existen las bodegas de guarda. El whisky, el brandy o el ron también pueden conservarse durante años, pero una vez embotellados, su esencia permanece inmutable, o si cambia, lo hace de manera muy sutil. El paso del tiempo transforma el vino, suavizando sus taninos y desvelando esos aromas profundos y cautivadores que los expertos llamamos terciarios: café, bosque húmedo, tabaco. Algunas variedades de uva son más aptas para envejecer, resistiendo el paso de los años con elegancia. El petit verdot es una de esas variedades, Oscura, intensa, con aromas en su juventud a ciruela negra, pimienta y pimiento asado, su carácter se confita con el tiempo, al vino le salen bellas arrugas. Este año he podido catar y descubrir este vino, una revelación que desde entonces se ha convertido en uno de mis imprescindibles. Recuerdo haber escrito que, si Buezo hubiera nacido en Ribera del Duero, sería un Vega Sicilia, Pero no. Esta bodega está en la menos conocida Arlanza, una zona colindante a mayor altitud, con viñedos más viejos y un potencial extraordinario, todavía lejos del radar de la mayoría de amantes del vino. En Bodegas Buezo, el vino baila al compás del tiempo con la magia del envejecimiento. Apuestan por guardar sus botellas 20 años, que no son nada, que diría Gardel. Pero en el caso del vino le otorgan su característica nostalgia, igual que si fuera un apasionado tango en las noches de Buenos Aires. Ferran Centelles La historia de Raúl Moreno es realmente inspiradora y muestra su dedicación y pasión por el mundo del vino y la gastronomía. Comenzó en la cocina a edad temprana y luego evolucionó a través de diferentes roles en el sector, desde el servicio en sala hasta la enología. Su paso por Londres y su éxito en múltiples campeonatos reflejan no solo su talento, sino también su capacidad para adaptarse y aprender en diferentes entornos. El hecho de que se trasladara a Estados Unidos y luego a Australia, buscando oportunidades de formación y desarrollo profesional, resalta su ambición y compromiso con su carrera. Quien la persigue, la consigue, dice el refrán, y eso es exactamente lo que pasó. El trabajo duro tiene su recompensa. Estudió viticultura y enología en universidades reconocidas, como la University of Melbourne y la Charles Sturt University (Australia), profundizando en conocimientos que ha aplicado y que hoy comparte como profesor. Este pinot noir es del Pago Carrascal, en Jerez. Es un proyecto de microvinificaciones en depósitos abiertos a niveles diferentes de raspón entero y maceración postfermentativa, que da un vino de sabor único y sorprendente. Tras años de envejecimiento, revela complejidades y matices que pueden emocionar en una cata. Solo se trasiega una vez y para el embotellado, para mantener el dióxido de carbono en solución y no añadir sulfuroso durante la crianza. Sin correcciones, ni filtrados. Es un vino tinto sin la mínima forma de un vino de Jerez, ¡ pero con todo el espíritu y el alma del Marco de Jerez ! Zoltan Nagy Vino de Finca, la máxima categoría para un vino en Catalunya. Monovarietal 100% cabernet sauvignon, histórico y pionero en la creación de los cabernets de carácter mediterráneo. Nace de 8 hectáreas de la Vinya La Scala, plantada en 1963 en Torrelavit (Alt Penedés, Barcelona). Gran Reserva que solo elabora en años excepcionales, De concepción clásica, larga crianza de 24 meses en barricas de roble francés y paciente afinado de 3 años en botella. Símbolo del maridaje entre vino y arte, en su añada 2017 luce una etiqueta ilustrada por el artista Gerard Sala, una de las figuras clave del arte de vanguardia catalán. Es un vino elegante, cálido y confitado, con buena carga frutal, a cerezas maduras y ciruelas, envolturas de especias y recuerdos a vainilla, clavo y pimienta, con final amplio, redondo, balsámico y muy envolvente. Jean Leon tiene una historia de película, posiblemente una de las mejores historias del mundo del vino. En realidad, Ceferino Carrión era de Santander, emigró a Estados Unidos en los años cuarenta, trabajó de taxista en Nueva York y de camarero en el Villa Capri de Frank Sinatra, donde entabló amistad con James Dean, Ronald Reagan y otros famosos de la época. En 1956 abrió La Scala, el restaurante más lujoso de Beverly Hills. Jean Leon siempre quiso tener su propio vino. Eligió el Penedés para crear este Vinya La Scala Gran Reserva Cabernet Sauvignon, el vino que se sirvió en la investidura del presidente Ronald Reagan (1985). Jean Leon sabía que solo una familia podía seguir con la leyenda y actualmente la bodega es propiedad de Familia Torres. Lluís Tolosa Bárbara Palacios es una mujer práctica que, aparte de pertenecer a una de las sagas más importantes del mundo del vino español, tiene la experiencia de haber trabajado en las mejores regiones vinícolas del mundo. Este proyecto es personal y este vino es el cupaje de su nombre y su variedad preferida, que indudablemente es la merlot. Estas viñas que fechan del 1990 corresponden a su autorización en la DOCa Rioja para estudiar su adaptación a los suelos arcillo-calcáreos riojanos. Juntamente a la tradicional variedad tempranillo, se logra un vino con buen grado alcohólico que está perfectamente equilibrado por su frutosidad y acidez. Cuando la moda del vino se ha vuelto borgoñona, Bárbara continúa explorando la reina de los cupajes triunfadores de Burdeos, pero con los suelos arcillo-calcáreos de Haro. Con 15 meses de barrica de roble de segundo año, tras la maceración prefermentativa en frío, expresa los suelos del final de la Sierra de Cantabria. Sus deliciosos taninos hacen que consiga un maridaje vencedor con las texturas grasas y las salsas potentes. "Ahora, con los años, sí que explico que soy la sobrina de Alvaro Palacios", dice Bárbara. Y es que, viniendo de esa gran saga vinatera, este es su proyecto más personal. Desde 2005, después de sus estudios en el extranjero, su objetivo fue realizar este "vino de terroir" en el corazón de Rioja Alta. Sus notas de frutos rojos, los toques de pimienta negra y ahumados, hacen que se pueda disfrutar de su boca fresca ahora, o ver cómo se funde toda su sinfonía en la próxima década. Meritxell Falgueras De las reinas del viñedo gabacho, seguramente la syrah es la que se ha españolizado con más éxito. En este viaje desde el Ródano hasta Toledo, no resulta fácil mantener las características varietales de una uva que defiende en su origen una intensidad elegante y compleja. La severidad de nuestros veranos a menudo convierte la syrah nacional en vinos demasiado maduros y potentes. En Canopy han sabido, sin embargo, mantener la tipicidad de la variedad marcando fruta negra, especiados y ahumados. En boca, Malpaso se muestra potente pero aterciopelado, con taninos maduros y una acidez que refresca y equilibra el grado. En suma, una syrah cálida, pero muy reconocible, con el extra de un uso moderado de la madera que permite disfrutar su frescura y mineralidad. El año pasado hice muchos kilómetros por Toledo escribiendo sobre el vino y el enoturismo en Castilla-La Mancha. Me enamoré de Méntrida, de las garnachas del Gredos toledano y de esa expresión de la syrah en unas tierras de clima severo. Me lo explicaron. La syrah se encuentra cómoda sobre suelos arenosos y fríos, la altura del viñedo (400 m) y el carácter extremo de su climatología favorecen la diferencia térmica que le otorga frescura. Además, en Canopy gestionan la masa foliar del viñedo buscando conseguir espacios sombreados y frescos para la uva. Dicen que crearon su proyecto con el espíritu de hacer vino en la viña, respetando al máximo en bodega el fruto de la vid. Es fácil irse por las ramas, no tanto ir a la raíz de las cosas. Alicia Estrada Enate Merlot-Merlot es el vino que les hizo conseguir la mayoría de edad como elaboradores de vinos tintos, según su propio director técnico, Jesús Artajona. Monovarietal 100% merlot de su gama premium de monovarietales, con 15 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés. Representativo del estilo de vinos tintos que en su día tan bien posicionó a la DO Somontano. En esta añada con nueva imagen, muy acertada, con nueva botella estilo Borgoña. Exuberante en su expresión frutal. Excelente en equilibrio entre ligereza y complejidad, Accesible y directo a los sentidos. Destaca por su expresión a frutos rojos, con matices florales, frescor balsámico y amplias notas especiadas, a cacao y torrefactos. De final suave, ligero y redondo, con los taninos muy bien pulidos. Para cualquier momento, para todos los gustos y para todos los públicos. Enate puso de moda los vinos de Somontano. Además de su excelente relación calidad-precio, también reforzó su éxito con la imagen innovadora e inconfundible de sus etiquetas. Cada vino está asociado a un pintor de prestigio y a una obra exclusiva para cada etiqueta. En este caso, etiquetado con una pintura original del artista Frederic Amat. Muchas de estas obras se exponen en la sala de arte de la propia bodega. Este año, premiada como Mejor Bodega Abierta al Turismo 2024 por Rutas del Vino de España, por su concepto innovador que pronto la convirtió en un icono del enoturismo en Somontano, en Aragón y en España, con la arquitectura y sobre todo el arte contemporáneo como hilo conductor. Lluís Tolosa Jumilla expresando modernidad en la concepción y la estética de sus vinos. La internacional cabernet sauvignon complementando a la autóctona monastrell. La vitalidad de las viñas jóvenes en espaldera como complemento de las viñas viejas en vaso tradicional. Todo por ti, en homenaje a sus seres más queridos, los de antes y los que vienen, con todos sus sentimientos de amor, cariño y admiración. Obra de Bodegas Luzón, uno de los grandes productores y exportadores de la Denominación de Origen, que puede seleccionar viñas muy concretas para este tipo de vinos gracias a su gestión de 145 hectáreas de viñedos en la DO Jumilla. La monastrell procede de la parcela La Traviesa, un viejo viñedo de 48 años, de secano y en vaso, plantado en la falda norte de la sierra de Santa Ana, a 550 m de altitud, con suelo muy pedregoso, que aporta uvas de piel gruesa y buen equilibrio entre azúcar y acidez. La cabernet sauvignon seleccionada en la parcela Las Piedras, un viñedo de 20 años en espaldera, situado en su finca Castillo de Madax, a 700 metros de altitud, con suelo también muy pedregoso, que aporta uvas de pequeño tamaño, pero con gran concentración de aromas y sabores. Elaborado meticulosamente, con paso por mesa de selección de racimos antes del encubado y la vinificación. Fermentado en tinas de roble francés, con suaves maceraciones y 18 meses de crianza en barrica, combinando 60% roble francés, 40% roble americano. Potente, concentrado y estructurado. Fruta roja madura, confituras, especias, cacao y regaliz negra, con taninos maduros y dulces. Hecho con mucho cariño. Lluís Tolosa La Finca Río Negro se sitúa en Cogolludo, en la provincia de Guadalajara, en un espacio único donde sus viñedos vegetan a casi 1,000 metros de altitud, en las estribaciones de la Sierra de Ayllón. Visité la bodega y sobra mentar que se trata de un paraje de gran belleza, donde los viñedos rodean la casa. La bodega de elaboración se ha construido con pizarra, fundiéndose así paisajísticamente hablando con el pueblo, de arquitectura negra. Las 42 hectáreas de viña se asientan sobre suelos pobres y de textura franco-arcillosa con grava. El clima es continental y algo extremo debido a la altitud, con generosas lluvias y salto térmico entre el día y la noche en verano. Cerro del Lobo debe su nombre a la parcela más septentrional de las viñas propiedad de la bodega. Se sitúa en una ladera de gran pendiente desde hace ya más de 20 años, delimitada por dos arroyos donde se consigue una perfecta expresión de la uva Syrah. En sus 12 meses de crianza combina barricas de roble francés de 500 y 225 litros de capacidad. De color granate intenso. En nariz se distingue buena fruta roja y negra en su punto de madurez. Exhibe aromas de frambuesas, grosellas, frutos del bosque, moras, ciruela negra, flores de campo, toques lácteos, aceituna negra, hierbas aromáticas, tostados y cacao. La boca es tersa, jugosa, frutal y con un tanino aterciopelado. Una buena acidez le imprime frescor y su final es aromático e incluso algo mineral. Vino muy disfrutable en el momento actual y que redondeará con su estancia en botella. María José Huertas