Seleccionamos algunas de las mejores botellas más interesantes, particulares y diferentes La emocionante última gran catedral del vino Por su salinidad, por su frescor, por su color dorado de puesta de sol, por ser una delicia, por tener los viñedos casi en la orilla del mar y porque son muy interesantes, particulares y diferentes... Razones no nos faltan para recopilar en esta selección 7 botellas de vino que no deberías dejar de probar este verano: Con este delicioso brisat disfrutaremos de un momento de placer en la orilla del mar. Se trata de un vino orgánico con características muy especiales y un tono de color que se mimetizaría con la puesta de sol. En nariz afloran notas de naranja confitada, flores secas tipo camomila, manzana reineta y hierbas aromáticas como heno y cereales. En la boca es muy amplio, fresco y deja en el final un grato recuerdo de membrillo. Si un vino blanco elaborado con uva riesling es siempre un regalo para los sentidos, cuando además se suma que tiene cierta vejez y un gran precio, es ya un lujo. Se expresa cítrico, con notas de piña, hierbas aromáticas, hidrocarburos y pedernal. En la boca conjugan a la perfección la acidez y la mineralidad con un final salino, donde repican de nuevo las notas de hidrocarburos que delatan su edad. En este vino blanco encontramos una perfecta expresión de la Malvar madrileña, en el pueblo de Valdilecha. El carácter del vino está muy marcado por el suelo calcáreo. Su color dorado se debe a su fermentación con pieles y algo de barrica de 400 y 500 litros. Ofrece en aromas fruta de hueso tipo albaricoque, pomelo, herbales y membrillo. En la boca es fresco y su final deja sensación de grato amargor y ligera salinidad. Toni Carbó es actualmente el responsable de continuar con el buen hacer de una familia con largo bagaje en Alt Penedès, donde se apuesta por las variedades autóctonas y se trabajan en ecológico. En este vino se maceran las pieles un tiempo y luego se fermenta en depósitos de cemento. Se obtiene un vino anaranjado con dominio de cítricos, manzana reineta, membrillo y flores. En la boca es fresco y con un ligero amargor en el final. Vino blanco, ecológico y muy sorprendente con un tiempo de lías de ocho meses. Su elaboración es artesanal y ancestral, algo que ya puede delatar su color anaranjado. Este Brisat se macera con la uva entera y le va a aportar un grato amargor al vino. Es muy cítrico en aromas, con pomelo y naranja sanguina, nos ofrece además hierbas secas y flores. En la boca es amplio, refrescante y de largo final. Se trataría de un vino dulce de altura y absolutamente equilibrado. Sería un placer tomarlo en la montaña o a la orilla del mar. Su nariz es muy fragante, golosa, delicada y cargada de matices. Destacan las notas de miel, orejones, naranja confitada, albaricoque y flores como azahar. La boca es una auténtica delicia, donde dulzor y acidez se acompasan a la perfección. Este proyecto de una de las bodegas más importantes de Chile se encuentra en Lo Abarca y sus viñedos se ubican en una zona fría y al lado del mar. Lo que en un principio desataba dudas por apuesta arriesgada, es hoy en día un gran acierto por obtener en Chile un Pinot Noir estilo Borgoña. En nariz es balsámico, con notas de regaliz, fruta roja fresca y flores. En la boca es fresco, delicado, elegante y de fina tanicidad.