El sector agroalimentario puede ser uno de los grandes damnificados de la guerra entre Rusia y Ucrania. España, deficitaria en la producción de cereales, importa de Ucrania el 30% del maíz que necesita anualmente, el 17% del trigo, el 60% de aceite de girasol, el 31% de las tortas de aceites vegetales y el 15% de leguminosas grano. Según la Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (Asaja), Ucrania es el principal productor mundial de semillas, harinas y aceites de girasol del mundo, y tiene una de las mayores superficies cultivables del planeta. Es el granero de la Unión Europea, dado que el 42% del cereal que utiliza el club de los 27 es importado de este país (según datos del Icex). No hay preocupación en el puerto de Tarragona porque ya ha llegado más del 80% del cereal que se esperaba este año Sin embargo, no hay temor al desabastecimiento. Lo asegura el puerto de Tarragona, principal vía de entrada de cereal europeo en el Mediterráneo. "El cereal de Ucrania llega los meses de diciembre, enero y febrero, así que hemos podido esquivar la repercursión del conflicto. Estamos tranquilos. Ucrania representa el 4% de nuestro tráfico", comenta el presidente del puerto, Josep Maria Cruset. Según sus cálculos, el puerto de Tarragona ya ha recibido alrededor de 700.000 toneladas de cereal de las 850.000 que recibe anualmente, es decir, más del 80%. Cruset comenta que la mayoría es maíz que más tarde se destina a la producción de pienso para la industria cárnica de Lleida y Aragón, ademas de otras comunidades. Cruset asegura que los barcos que ya habían zarpado del puerto de Odesa hacia Tarragona van a llegar con normalidad (tardan unos seis días de media), pero los que tenían previsto salir se van a quedar en el puerto. "En el corto plazo la guerra no nos preocupa porque el mercado se autorregulará y buscará productores alternativos de cereal en países como Argentina, Brasil, Estados Unidos", añade. El problema grave, sostiene, ocurrirá si el conflicto se extiende hasta finales de año, un escenario que ahora parece demasiado lejano. Lo que más preocupa al sector agroalimentario es una nueva subida de precios de la materia prima, que ya venía acumulando alzas significativas el año pasado a causa de la crisis de suministros global. En el caso del pienso, los precios subieron un 27% el 2021, y en el caso de las semillas, aumentaron un 15%, según datos de Asaja, organización que también se preocupa por la subida de precios de los abonos y los fertilizantes a causa de este conflicto. Aparte de productos agroalimentarios, España importa de Ucrania algunas materias primas como derivados del hierro, minerales y máquinas eléctricas, todas con un peso menos significativo que el cereal.