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Los agricultores dejan de cultivar 2.056 hectáreas de mandarina
La pérdida en 2021 asciende a 888 hectáreas en el caso del caqui, supera las 500 en el almendro y alcanza las 623 en el albaricoque, según un estudio de la Unió de Llauradors
'Collidors' de caqui en una imagen de archivo. v.m.p.
J.B.
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Los productores de la Comunitat Valenciana dejaron de cultivar a lo largo de 2021 un total de 2.056 hectáreas de mandarinos y 888 de caqui, según un estudio elaborado por la Unió de Llauradors, a través de la última encuesta de superficies del Ministerio de Agricultura. Este análisis también recoge la fuerte bajada de la superficie del almendro de variedades comerciales con 523 hectáreas y, en cuanto a la fruta de verano, la caída de superficie de albaricoqueros con 632 hectáreas menos o de melocotón o nectarina con un descenso de 111.
En sentido inverso, en 2021 aumentó de forma relevante la superficie de limón con 1.200 hectáreas, la de aguacate con 714, la de olivar con 264 y la de viñedo (vinificación y mesa) con 166. También crece la de naranjo en 275 hectáreas o la de chufa en 139.
Con estos datos más representativos y el resto de la comparativa de superficie que sube o baja entre 2021 y 2020 se desprende que la superficie perdida o que se ha dejado de cultivar en la Comunitat ha crecido en 1.409 hectáreas. En términos absolutos de superficie no productiva, la región ha pasado de tener 443.534 hectáreas en 2020 a 445.550 en 2021.
Dentro de la fuerte caída de la superficie de mandarinos, la Unió destaca los bajos precios percibidos por los agricultores en las últimas campañas en las mandarinas más tempranas y las clementinas, debido en gran parte a la competencia de los cítricos procedentes de Sudáfrica, que aumentó en 2021 sus exportaciones de mandarinas a la Unión Europea más de un 30%.
Sobre el caqui, la Unió exige a las administraciones más atención y «sensibilidad» hacia este cultivo ante los problemas por los siniestros meteorológicos y de plagas. Mientras tanto, cree que se deberían conceder ayudas para mantener en pie las explotaciones y evitar el «desastre económico y medioambiental» que representan los campos abandonados en las zonas productoras de la Comunitat.
Y es que la Unió insiste en que los agricultores sufren un aumento desorbitado de los costes de producción para frenar las plagas, pues los productos autorizados no tienen la eficacia deseada y los depredadores para la lucha biológica son «demasiado caros». Además, la subida de las tarifas eléctricas, el aumento del precio de fertilizantes o el de los envases o embalajes, entre otros 'inputs', son factores que a su juicio tampoco ayudan.
Por su parte, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) detalló que la superficie agraria en 2021 bajó 2.047 hectáreas en la Comunitat Valenciana, lo que supone un descenso del 1,26% respecto al año anterior, mientras en el conjunto de España aumentó en 4.335 (+0,44%). En total, las tierras dejadas de cultivar ya ascienden a 164.949 hectáreas; es decir, una de cada cinco, y mantienen a la Comunitat como el «farolillo rojo» a nivel nacional y posiblemente en Europa, lamentó en un comunicado. A nivel nacional, la superficie agrícola baldía llega a 1.022.999 hectáreas, de las que el 16% corresponden a la Comunitat Valenciana.
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