Se ha encendido la luz roja en cuencas hidrográficas como la del Guadalquivir que arrastran ya ocho años con grave déficit de agua. La previsión, cuando acaba de comenzar el año hidrológico (el 1 de octubre), no es de mejora. Y lo rubrican, en pleno otoño, desde la Confederación Hidrográfica andaluza: «Hay agua para consumo humano dos años más, pero si este año no llueve, la cosa se puede complicar», dicen. De momento, las restricciones sí se van a materializar en el campo, y en ciertos usos industriales en esta zona. El alcalde de Lora del Río, Antonio Enamorado , traduce los efectos de tanta escasez de agua al bolsillo. En un municipio como el suyo, ubicado en la provincia de Sevilla, las limitaciones en las 5.000 hectáreas de cítricos suponen que en pocos días se pierden (o se dejan de ingresar) unos 15 millones de euros. La magnitud de esos números debe multiplicarse por las 895.000 hectáreas de cultivo que -solo en regadío- posee la comunidad andaluza. La situación es muy preocupante en el sur, ahora mismo la cuenca más deficitaria de España: pantanos como el de Breña , en Córdoba, o el de Melonares, en Sevilla, rozan el 20% de su capacidad. La cuenca almacena, de media, el 26% del agua embalsada de la que es capaz; afecta al 80% del curso del Guadalquivir, sobre todo, en las provincias de Córdoba, Sevilla, Jaén y Granada. Se calcula que unos cuatro millones de españoles afrontarán restricciones de agua en las próximas semanas, aunque el otoño es una estación (lo son las dos equinocciales, otoño y privamera) de «muy difícil pronóstico pluviométrico», advierte desde la Agencia Estatal de Meteorología Rubén del Campo. «Porque luego llega una DANA con un montante grande de agua, y revierte parcialmente una situación así», declara el meteorólogo a este diario. No obstante, en el conjunto de España ha llovido una cuarta parte menos de lo habitual hasta finales de octubre, añade Del Campo. Septiembre y octubre han sido «meses muy, muy secos», incide, a pesar de haberse recuperado la humedad «con el último y reciente 'río atmosférico' en el sur de Madrid y el este de Castilla-La Mancha, porque aquí ha llovido el doble de lo normal». «A diferencia de lo que se piensa, ha sido muy seco en el norte, en la cornisa cantábrica, la vertiente mediterránea y también en Andalucía», completa. Reserva de agua embalsada hm³ embalsados % sobre el total de cada cuenca Capacidad total en hm³ Vertiente Atlántica 46 / 73 63,0% Cantábrico Oriental Cantábrico Occidental Miño-Sil Galicia Costa Cuencas internas del País Vasco Duero Tajo Guadiana Tinto, Odiel y Piedras Guadalete-Barbate Guadalquivir 288 / 518 55,6% 1.233 / 3.030 40,7% 684 / 353 51,6% 14 / 21 66,7% 3.051 / 7.507 40,6% 4.728 / 11.056 42,8% 2.849 / 9.498 30,0% 150 / 229 65,5% 496 / 1.651 30,0% 2.119 / 8.113 26,1% 15.327 / 42.380 36,2% Total Vertiente Mediterránea Cuenca Mediterránea Andaluza Segura Júcar Ebro Cuencas internas de Cataluña 2.119 / 8.113 35,5% 392 / 1.140 34,4% 1.460 / 2.846 51,3% 3.852 / 7.919 48,6% 449 / 677 66,3% 15.327 / 42.380 47,8% Total Total peninsular 21.897 / 56.136 39,0% Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ABC Reserva de agua embalsada Vertiente Atlántica Capacidad total en hm³ hm³ embalsados % sobre el total de cada cuenca Cantábrico Oriental 46 / 73 63,0% Cantábrico Occidental 288 / 518 55,6% 1.233 / 3.030 40,7% Miño-Sil Galicia Costa 684 / 353 51,6% Cuencas internas del País Vasco 14 / 21 66,7% 3.051 / 7.507 40,6% Duero 4.728 / 11.056 42,8% Tajo 2.849 / 9.498 30,0% Guadiana Tinto, Odiel y Piedras 150 / 229 65,5% 496 / 1.651 30,0% Guadalete-Barbate 2.119 / 8.113 26,1% Guadalquivir 15.327 / 42.380 36,2% Vertiente Mediterránea Capacidad total en hm³ hm³ embalsados % sobre el total de cada cuenca Cuenca Mediterránea Andaluza 2.119 / 8.113 35,5% Segura 392 / 1.140 34,4% Jucar 1.460 / 2.846 51,3% Ebro 3.852 / 7.919 48,6% Cuencas internas de Cataluña 449 / 677 66,3% Total 15.327 / 42.380 47,8% Total peninsular Total 21.897 / 56.136 39,0% Fuente Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ABC El experto especifica que si hablamos de sequía meteorológica (con datos de los registros de lluvia de los últimos doce meses), a 30 de septiembre de 2021, las cuencas de acumulación de Aemet que se encontraban en esta situación eran la del Guadalquivir y sur de Andalucía; Pirineo oriental y también el Ebro, que entró en situación de sequía en agosto de 2021. Los modelos de previsión de la Aemet proyectan que este otoño sea algo más cálido de lo habitual, y al menos hasta la segunda quincena de noviembre, no se registrarán precipitaciones abundantes en la fachada atlántica y la mitad occidental del país, a diferencia de lo que suceda en la vertiente mediterránea y Baleares, donde se producirá un episodio de borrasca de lluvias relevante. A largo plazo, la previsión es más incierta. El Guadalquivir es el punto donde hoy por hoy confluyen tanto la escasez de agua caída como la embalsada, la llamada sequía hídrica. Según los registros facilitados ayer por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, la reserva hídrica española está al 39% de su capacidad, 21.897 hectómetros cúbicos de agua. Con las últimas lluvias, han mejorado en 111 hm3, pero eso significa apenas un 0,2% de ese volumen total. La media de capacidad de los últimos diez años es de 28.807 hm3. Las cuencas están un 25% más bajas que esos registros de la última década, se deduce fácilmente. Respecto al año anterior, en la misma fecha de 2020, estaban 5.000 hm3 por encima (hasrta 26.062) siempre conforme a los datos del Ministerio que dirige Teresa Ribera. Junto a la cuenca del Guadalquivir declarada en la actualidad en situación de sequía, la cuenca del Guadiana y la de Guadalete-Barbate (30%), la del Segura (34,4%) y la Mediterránea Andaluza (35,5%) no están mucho mejor. En las cuencas internas de Cataluña, pese a que los registros de los pantanos están al 66,3% de su capacidad, (hace un año superaban el 80%), preocupa mucho la comarca del Ampurdán, en Gerona, donde la Generalitat decretó la semana pasada la alerta por sequía en 22 municipios, informa Miquel Vera . Todos los pueblos dependen de un acuífero, el Fluvià Muga, en el que las reservas han descendido vertigniosamente. La Agencia Catalana del Agua se anticipa con las restricciones decretadas a un posible episodio de «sequía extrema nada habitual en una zona habitualmente muy verde y húmeda», especialmente en esta época del año. Otros parajes de belleza natural incuestionable, como Las Tablas de Daimiel y el parque de Doñana, o las marismas de Huelva, se hallan en una situación preocupante. Hay dos factores que, en opinión del coordinador del Grado de Recursos Hídricos en la Universidad Rey Juan Carlos y director de un master de esta especialidad en la Universidad de Alcalá de Henares, Francisco Carreño Conde, conducen a ricos parajes naturales a estar cuarteados por la sequedad. Y, presagia, «el futuro no es nada positivo» en este sentido. La recarga de acuíferos como el de Ciudad Real o las marismas de Huelva se producen por la filtración de las aguas subterráneas en el terreno. Si no llueve, se filtra menos, y los agricultores siguen usando esas aguas. Si a eso se añade una extracción intensiva del agua del acuífero asociado, entonces se produce un descenso profundo de las aguas. Y ahí aparecen los problemas para que los recursos lleguen a todos, dice. El profesor Carreño subraya que la gestión de los recursos hídricos en este país es óptima, con buenos técnicos y administradores de las cuencas, y buena legislación, y ha mejorado incluso en el último año y medio, dos años, pero -ejemplifica- es como los ahorros de una casa: «Si llegas a fin de mes, a pesar de tener pocos recursos, es porque gestionas eficientemente lo poco que entra en la cuenta corriente; pero si no entra nada...». De seguir así, comenta el geólogo, «va a haber problemas importantes mucho más allá del abastecimiento . Por ejemplo, se habla de la agricultura de proximidad pero esta solo es posible si hay disponibilidad de recursos hídricos». Hasta mañana habrá nevadas por encima de 1.000-1.200 metros en la cordillera Cantábrica y Pirineos, sin descartar que caiga algún copo en los sistemas Ibérico y Central. La razón, explica la Aemet, «no es por una DANA o gota fría, sino por el flujo de vientos del norte que traen una masa de aire frío y acumulan humedad sobre todo en las montañas del norte». Las bajas presiones en el Mediterráneo occidental del próximo fin de semana y comienzos de la semana que viene dejarán lluvias, aunque se podrían ver las primeras nieves en el tercio oriental peninsular (incluidos los Pirineos). Lo más adverso será el temporal marítimo en Baleares y puntos de la costa mediterránea.